Una de cada tres emprendedoras son el sustento principal del hogar en Latinoamérica
El dato surge de una encuesta privada hecha entre 1.500 mujeres de entre 25 y 55 años de 11 países de la región. El estudio muestra la existencia de barreras para el desarrollo profesional en el plano económico y simbólico entre los que aparecen los prejuicios y los estereotipos de género.
13/04/2022 El PaísEl dato surge de una encuesta privada hecha entre 1.500 mujeres de entre 25 y 55 años de 11 países de la región. El estudio muestra la existencia de barreras para el desarrollo profesional en el plano económico y simbólico entre los que aparecen los prejuicios y los estereotipos de género.
Una de cada tres mujeres emprendedoras son el principal aporte económico en su hogar en Latinoamérica, según los resultados de una encuesta privada realizada a 1.500 mujeres de entre 25 y 55 años de 11 países de la región, de las cuales el 62% tiene su propio emprendimiento y el 16% son freelancers.
En la Argentina, según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo, una de cada tres micro, pequeñas y medianas empresas son lideradas por mujeres.
El estudio «MiPyMEs lideradas por mujeres» concluyó que las micro, pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres presentaron un porcentaje más elevado de participación entre los empresarios y empresarias de menos de 30 años (37,1%), que en franjas etarias de mayor edad.
El informe reflejó, además, que los emprendimientos y pymes lideradas por mujeres se concentran en los sectores tradicionalmente feminizados, como educación, con el 73% de participación; salud (42%), actividades inmobiliarias (40%), servicios personales (39%), hoteles y restaurantes (38%), comercio y servicios de entretenimiento (37%).
Este cuadro de situación determina que las mipymes con liderazgo femenino en general exportan menos y proveen en menor medida a las grandes empresas.
El estudio permitió observar que desde el año «2007 en adelante hubo un gradual pero sostenido crecimiento del liderazgo de las mujeres en las empresas físicas», una tendencia que se cortó en 2016 cuando se comenzó a observar un retroceso en el porcentaje de empresas cuyos titulares son mujeres.
En los primeros tres trimestres de 2021 -según el informe-, «la participación de mipymes cuyo titular es una mujer alcanzó el 30,8%, lo que evidencia una contracción de casi un punto porcentual durante la pandemia».
En la encuesta privada, realizada por la empresa Avon en 11 países de la región, se verifica una marcada coincidencia en que las principales barreras para el desarrollo profesional de las mujeres pasan por el plano económico y simbólico, entre los que se encuentran los prejuicios y los estereotipos de género.
«Aun así, el interés por emprender es altísimo en toda la región y el 50% de las encuestadas comenzó su negocio propio durante la pandemia», citó la encuesta, según la cual «una de cada tres emprendedoras es el principal ingreso del hogar, mientras que otro gran porcentaje (35%), aporta en igual medida que sus parejas».
La mayoría de las encuestadas (60%) asegura que le interesa tanto tener su propio negocio como trabajar de forma independiente, dado que ven a la actividad freelance como un complemento (77%).
A su vez entre las dos opciones, el tener un negocio propio tiene más respuestas positivas (29%) que ser freelance (9%).
En la Argentina el 41% dice tener un negocio propio o emprendimiento, el 20% un trabajo en relación de dependencia más un emprendimiento propio, 14% trabajan por su cuenta (freelance); 8% sólo en relación de dependencia y 7% son trabajadoras formales en relación de dependencia y suman ingresos por actividades freelance.
Emprendedora o no emprendedora, en los 11 países relevados las mujeres coinciden en que afecta su desarrollo profesional el prejuicio de que las mujeres son más emocionales (39%), que están en esa posición por haber tenido sexo con alguien (38%) y porque son débiles (26%).
En el caso de la Argentina el prejuicio de tener un cargo por sexo sube al 40% de respuestas positivas, la emocionalidad como defecto (38%) y la presunción de que las mujeres son débiles tuvo 27% de adhesión.
En el país el 27% de las mujeres dijeron que no hay estereotipos que afecte su desarrollo profesional, mientras que el 23% señaló como una barrera el prejuicio de que están en esa posición «porque son mujeres», y 22% dijo lidiar con la etiqueta de «trepadora».