Las centrales obreras en la pelea por la puja distributiva
Las centrales obreras motorizan estrategias ante la inflación con soluciones distintas, entre reaperturas de paritarias o sumas fijas, pero acuerdan en la necesidad de convocar al Consejo del Salario para actualizar el Salario Mínimo Vital y Móvil, al que están atados los planes sociales.
20/07/2022 El PaísLas centrales obreras motorizan estrategias ante la inflación con soluciones distintas, entre reaperturas de paritarias o sumas fijas, pero acuerdan en la necesidad de convocar al Consejo del Salario para actualizar el Salario Mínimo Vital y Móvil, al que están atados los planes sociales. Y acentuar la presencia en la calle. Movilizarán juntas el próximo 17 de agosto.
La puja distributiva en medio de la delicada situación económica, sumado a la especulación financiera y escalada de los precios puso en guardia a las centrales sindicales. La CGT dispuso una movilización de sus gremios para el 17 de agosto contra el proceso inflacionario, con una consigna difusa y sin apuntar a quién va dirigido el reclamo. Desde la CTA de los Trabajadores sostienen que adherirán a la movilización cegetista, al tiempo que impulsan actos y plenarios conjuntos de la CGT y CTA regionales previos a la convocatoria del 17 donde apuntarán a los especuladores y formadores de precios. En tanto, las estrategias para la recomposición salarial de ambas centrales van por caminos diferentes.
En la mesa chica de la CGT predomina la idea de que la disputa se dirima en el marco de la discusión paritaria, aunque gremios industriales como el metalúrgico aún no han podido cerrar la propia. La CTA de los Trabajadores, en cambio, reclama aumentos de sumas fijas por decreto como adelanto de paritarias para achicar los tiempos entre la escalada de precios y los aumentos salariales, así como la brecha entre los sindicatos con poder de fuego para hacer escuchar sus reclamos y los más chicos que quedan rezagados en medio de la suba inflacionaria. Mientras tanto, la CTA Autónoma reclama aumentos inmediatos y ya adhirió al plan de lucha que empujan los movimientos sociales por el Salario Básico Universal.
Aún así, el punto que unifica a todas las centrales es el reclamo de la urgente convocatoria al Consejo del Salario para actualizar el Salario Mínimo Vital y Móvil, al que están atados los planes sociales.
La CGT –y en especial su mesa chica– se encolumna hasta ahora en que el camino para la recomposición salarial es la discusión paritaria. La mayoría de sus gremios (cuyas paritarias tienen fechas de apertura diferente) han impuesto ante las cámaras patronales cláusulas de revisión de los porcentajes anuales acordados. Aún así, muchos deberán esperar meses antes de reabrir la negociación en medio de la escalada inflacionaria, en detrimento de la disminución del poder adquisitivo de los salarios.
Una muestra en la disputa que lleva adelante uno de los gremios industriales más importantes de la grilla cegetista, es el metalúrgico. La UOM arrancó esta semana con medidas de fuerza ante la negativa de las cámaras empresarias de adelantar parte de las cuotas ya acordadas. El gremio quiere adelantar el 15 por ciento de octubre a julio y alcanzar el 45 por ciento de subas en los salarios. Además, quiere adelantar la revisión de noviembre a octubre y anexar ese mes un 20 por ciento de incremento salarial que totalice un 65 por ciento anual, que estaría aún por debajo de la inflación anual estimada.
Distintos gremios están en la misma situación, aunque muchos de ellos no cuentan con el músculo sindical para imponer reapertura de las negociaciones paritarias, que ya quedaron relegadas con los aumentos de precios. Sin embargo, la mesa chica cegestista descartó dar la pelea por otra vía. El secretario general de UDA, Sergio Romero, expresó la postura de los popes de la CGT: «Dar suma fija y por decreto lo rechazamos plenamente de cuajo», dijo el sindicalista tras la reunión de la CGT el jueves pasado y le apuntó al ministro Claudio Moroni. «El Ministerio de Trabajo ya debería estar dando las paritarias. Los economistas están hablando de una posible inflación de hasta el 8 por ciento en julio. Si esto realmente en la práctica termina siendo cierto, va a ser catastrófico para el pueblo argentino», agregó el docente en declaraciones periodísticas.
Para la CTA, en cambio, los aumentos salariales por decreto que le reclama al Gobierno son una forma de achicar la brecha salarial en medio de las negociaciones paritarias. Sostienen que hay muchos gremios que no tienen “la capacidad de presión” de gremios como Camioneros, Bancarios e incluso los docentes.
“Mientras que otros quedan en la fila a la espera de poder reabrir su propia discusión paritaria en medio de los aumentos especulativos de precios que las empresas aplican cuando los gremios fuertes consiguieron sus aumentos”, explicó su secretario general, Hugo Yasky, a PáginaI12. Tampoco descarta como instrumento para enfrentar la escalada inflacionaria el otorgamiento de bonos, en el caso de jubilados y pensionados.
La CTA Autónoma también planteó su propuesta durante la participación en la asamblea convocada por los movimientos sociales la semana pasada y donde reclamaron por el Salario Básico Universal: «Hoy es necesario aumentar el salario de activos y jubilados, aumentar el salario mínimo, e implementar el Salario Básico Universal» para los trabajadores no registrados, dijo allí Hugo “Cachorro” Godoy, dirigente nacional de ATE y adjunto de esa central sindical. “El pueblo es paciente pero hay un punto en que las urgencias y necesidades empiezan a expresarse en las calles”, agregó el dirigente en declaraciones radicales y recordó que “vamos a convocar a jornadas de lucha la semana que viene” y “para el 7 de agosto habrá otra jornada de unidad entre movimientos sociales y centrales sindicales para San Cayetano”.
Un punto que unifica a todas las centrales obreras es la convocatoria urgente al Consejo del Salario, donde junto al Estado y las cámaras empresarias se define el Salario Mínimo Vital y Móvil, a cuya actualización está atado el ajuste que le correspondería a los planes sociales. De todas maneras y con distintas metodologías, las distintas centrales coinciden en que llegó la hora de salir a la calle por sus reclamos.