La estanflación a la vuelta de la esquina

Según el FMI, la economía nacional sólo crecería un 0,2 por ciento este año. La inflación sería del 88 por ciento, aunque los privados apuntan a un número más alto.

Según el FMI, la economía nacional sólo crecería un 0,2 por ciento este año. La inflación sería del 88 por ciento, aunque los privados apuntan a un número más alto.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ubicó las proyecciones de crecimiento de la Argentina para este año en el 0,2 por ciento, lo cual implica una sensible caída respecto del avance del 2 por ciento que el organismo anticipaba en octubre pasado.

Además, pronosticó que la inflación en la economía local será del 88 por ciento en 2023, por arriba de las estimaciones del Presupuesto, aunque por debajo de lo que esperan las consultoras privadas, que le apuntan a más del 100 por ciento.

El Fondo publicó este martes su World Economic Outlook, que advierte a nivel global por la desaceleración del crecimiento en las economías avanzadas, a partir del impacto de las políticas restrictivas en materia monetaria junto a los coletazos del cimbronazo financiero que supuso la quiebra del Silicon Valley Bank y la venta a las apuradas del Credit Suisse en manos de su competidor, el UBS.

La sequía
De acuerdo al organismo multilateral, en el centro del deterioro de las proyecciones económicas para el país está el impacto de la sequía en la actividad agropecuaria, que a su vez tiene enorme repercusión sobre la oferta de divisas para que el Banco Central adquiera reservas internacionales y también en la recaudación fiscal.

El economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, dijo que «la razón de por qué tenemos esa proyección a la baja tan grande en el PBI de la Argentina para 2023 es por la sequía masiva que tiene un enorme impacto en la economía», aunque dijo también que en 2024 «se espera que suba 2 por ciento el nivel de actividad económica».

De todas maneras, la sequía se montó sobre un escenario de desaceleración que venía profundizándose en los últimos meses del 2022, motorizado en primer lugar por una inflación galopante que corroe los ingresos y por tanto el consumo.

En lo que respecta a los precios, el FMI calculó una inflación de 88 por ciento anual para diciembre de 2023 contra diciembre de 2022, una fuerte alza respecto del 60 por ciento de inflación que proyectaba en línea con la Ley de Presupuesto votada a fines del año pasado. De acuerdo a la compilación que publica el Banco Central en base a cálculos de las consultoras privadas, la inflación se ubicaría a fin de año en un 110 por ciento.

En relación a la dinámica de los precios en la Argentina, Petya Koeva-Brooks, Subdirectora del Departamento de Investigación del FMI, consideró que el «94,8 por ciento experimentado en 2022 es una cifra bastante grande y vimos un repunte de la inflación en enero, en parte debido a los precios de los alimentos, pero las presiones de la inflación subyacentes siguen presentes y, en parte, ello es debido a que las expectativas inflacionarias no están ancladas».

Koeva-Brooks agregó que «esperamos que la inflación se mantenga en niveles muy elevados, lo que da lugar a otra pregunta, de sobre qué es lo que hay que hacer para combatirla, y de ahí la importancia de las políticas macroeconómicas, de que se tengan políticas monetarias contractivas y estrictas que vayan de acuerdo con lo que hay en el programa con el FMI, y que serían de importancia para revertir la situación».

La visión del FMI de que la inflación cederá con la reducción del déficit fiscal y de la emisión monetaria hasta ahora dio resultados opuestos. En febrero del año pasado, apenas antes de que se cierre el acuerdo con el Fondo, la inflación era del 52,3 por ciento, mientras que en marzo pasado, cumplido un año del programa del FMI, es del 102,5 por ciento.

Economía mundial

El FMI advirtió que la situación global podría complicarse a raíz de nuevos coletazos derivados del sector financiero, luego de la quiebra del Silicon Valley Bank en EE.UU. y la reestructuración del Credit Suisse en Europa, lo que podría determinar que «el crecimiento mundial se reduzca a alrededor del 2,5 por ciento en 2023, el más débil desde la recesión mundial de 2001, salvo la crisis inicial de Covid-19 en 2020 y durante la crisis financiera mundial de 2009». La proyección de crecimiento global todavía es alto superior, del orden del 2,8 por ciento.

En lo que respecta a la región, el FMI estimó para Brasil un crecimiento de 0,9 por ciento en 2023, mientras que para Chile vaticinó una contracción de 1 por ciento. Uruguay y Paraguay crecerían 2,0 y 4,5 por ciento, respectivamente.

En el hemisferio Norte, el Fondo proyecta un crecimiento de 1,6 por ciento en Estados Unidos y para Canadá, mientras que para la Eurozona el avance se ubicaría en torno al 0,8 por ciento en 2023. Un dato llamativo y relevante es que Alemania, la principal economía del Viejo Continente, caería un 0,1 por ciento. En tanto, China e India cerrarían el año en curso con alzas de 5,2 y de 5,9 por ciento, respectivamente.

Fuente: Página 12