Gildo Insfrán arrasó en Formosa y logró su octavo mandato consecutivo
Siete de cada diez formoseños refrendaron la gestión del gobernador, que accedió a un nuevo mandato, el octavo desde que llegó por primera vez al poder en 1995.
26/06/2023 El PaísSiete de cada diez formoseños refrendaron la gestión del gobernador, que accedió a un nuevo mandato, el octavo desde que llegó por primera vez al poder en 1995. «Voy a seguir todo el tiempo que el pueblo quiera», aseguró, en un mensaje dirigido a la Corte. La oposición, que había intentado impugnar la elección, se lamentó de que el máximo tribunal no suspendiera los comicios. «Nos abandonaron», se quejaron. La participación llegó al 80 por ciento del padrón.
Gildo Insfrán volvió a arrasar en las elecciones a gobernador de Formosa y logró este domingo su séptima reelección consecutiva. Es la quinta elección en la que supera el 70 por ciento de los votos, un techo que perforó por primera vez hace 20 años, en 2003. La sorpresa, esta vuelta, fueron los casi 60 puntos de distancia que le sacó a su competidor más cercano, el radical Fernando Carbajal, lo que establece otro récord incluso para sus propios parámetros. El resultado, contundente, le aseguró además otro tipo de triunfo, con la mira puesta en Buenos Aires. El objetivo en la previa fue enviarle un claro mensaje a los miembros de la Corte Suprema, que si bien no se atrevieron a proscribirlo, todavía tienen en sus despachos dos planteos de la oposición local para objetar el artículo de la Constitución formoseña que habilita la reelección indefinida. Para eso movilizó como pocas veces antes a toda la estructura del peronismo, que cumplió con creces: la participación llegó al 80 por ciento del padrón. El mensaje se escuchó claro. «Voy a seguir todo el tiempo que el pueblo quiera», sostuvo el gobernador, que en 2027, cuando complete su octavo mandato, tendrá 76 años.
La fórmula Gildo Insfrán-Eber Solís se imponía en la noche del domingo con el 73 por ciento de los votos, mientras que el binomio opositor del Frente Amplio Formoseño, encabezado por Fernando Carbajal, apenas superaba los 16 puntos. La distancia se explica en parte por la irrupción de un tercero en discordia, el empresario del agro cercano a Javier Milei, Francisco Paoltroni, quien dió la sorpresa y cosechaba el 11,5 por ciento. En la capital formoseña, en tanto, se imponía Jorge Yofre por sobre Ramiro Patri (ambos compitieron con sublemas del PJ), por una ventaja leve al cierre de la esta edición.
La participación fue otro de los datos salientes: según informaron desde el Tribunal Electoral Provincial a este diario, rozó el 80 por ciento, muy por encima de la tónica hasta ahora del resto de las elecciones provinciales. Incluso superó los guarismos históricos de Formosa, que habitualmente marcan unos 75 puntos del padrón, lo que marca a las claras que la intención del peronismo fue hacer de la elección un hecho político destinado a Buenos Aires, más precisamente al Palacio de Tribunales.
Poder local
Insfrán votó temprano, antes de las diez de la mañana. Lo hizo en la escuela número 6 de Laguna Blanca, una localidad de diez mil habitantes cerca del límite con Paraguay que es su lugar en el mundo. También lo es para buena parte de su gabinete, desde el vicegobernador Solís hasta las segundas líneas de la gestión formoseña. Quienes lo conocen bien aseguran que sólo se lo ve relajado una vez cada dos años, cuando va a votar. Es uno de los pocos momentos en que decide atender a la prensa. Luego de meter el sobre en la urna, enfrentó a los micrófonos. “Hasta que el pueblo diga”, contestó ante la pregunta de cuántos años más seguirá postulándose para la gobernación, a la que llegó por primera vez en 1995.
«Yo pasé todos los gobiernos», agregó enseguida, cuando le preguntaron cómo imaginaba una nueva gestión a partir de diciembre en caso de que la oposición llegue a la Rosada. La respuesta no fue sólo una demostración de poder, sino una descripción: Insfrán gobernó Formosa a la par de Carlos Menem, Fernando De La Rúa, los cinco presidentes de la crisis del 2001 y más tarde durante el interregno de Eduardo Duhalde, los 12 años de kirchnerismo y los cuatro del macrismo y del Frente de Todos.
Si en el PJ formoseño hay un gobierno que se recuerda especialmente, ése el de Néstor Kirchner (se sigue utilizando el “Frente para la Victoria” como uno de los sublemas principales), por una razón fundamental: la inversión en infraestructura y conectividad, que para la provincia subtropical es sinónimo de progreso. Pero también el de Mauricio Macri, aunque por razones inversas: Insfrán nunca perdonó que el expresidente le haya negado el financiamiento para una ruta provincial y le haya mandado, en 2018, a la Policía Federal para hacer control callejero en la capital, una intromisión que todavía recuerda.
La idea de una provincia que se maneja con su propia lógica fronteras adentro se refrendó cuando el gobernador admitió que no había invitado a ninguno de los flamantes candidatos del peronismo, confirmados sobre el cierre de listas en la noche del sábado, para celebrar el triunfo. «Yo no he invitado a nadie y no es costumbre nuestra tampoco», aclaró. De todos modos, varias voces del peronismo local aseguran que su relación con Sergio Massa quedó algo dañada durante las campañas que el ahora candidato de Unión por la Patria realizó en la provincia cuando se postulaba por el Frente Renovador, en las que dejaba varias críticas a la gestión local. Es una relación que deberá ser subsanada. “Recibió un país al borde del precipicio y esperamos que se siga corrigiendo», fue el elogio escueto que el gobernador le dedicó al candidato, al tiempo que evitó pronunciarse sobre la fórmula. “Todavía no pude pensar en eso. Estuve muy ocupado con lo que pasa acá”, dijo.
Las felicitación de Massa, sin embargo, no tardó en llegar. «Felicitaciones Gildo Insfrán por el enorme apoyo de tu provincia y tu elección como gobernador. Trabajemos juntos por lo que falta», dijo vía Twitter el candidato presidencial de Unión por la Patria.
También recibió el apoyo del presidente Alberto Fernández. «¡Merecido triunfo! Siempre has tenido un compromiso inquebrantable con garantizar el bienestar de las y los formoseños. Con ese compromiso, seguiremos trabajando unidos por el desarrollo igualitario de Formosa y de nuestro Norte Grande. ¡Felicitaciones!», twitteó.
El clima previo
Los bulevares de las avenidas principales de la capital formoseña daban la sensación en la previa de una elección con mucho movimiento. La 25 de Mayo, la 9 de Julio y la Belgrano se convirtieron en un campo de batalla de carteles, uno detrás del otro, con el rostro de todos y cada uno de los candidatos, tanto para la gobernación como para la intendencia, con sus respectivos sellos y colores. Aparecían clavados en el pasto de los canteros o atados indistintamente de los árboles, los postes de luz, los faroles y las rejas de los comercios. En la cartelería proselitista del centro estaban representados casi todos los lemas en competencia, con sus fórmulas cruzadas: mismo candidato a gobernador, distintos candidatos a legislador o concejal dentro del mismo partido. En total, según informó la Dirección Electoral local, se presentaron 86 sublemas y nada menos que 2543 candidatos, para un universo de 490 mil votantes.
Esa sensación, sin embargo, se instaló recién en el tramo final de la campaña: no fue hasta la semana previa a los comicios que los motores de partidos se activaron a todo vapor, especialmente los del peronismo. Los dirigentes de los principales partidos coinciden en que fue una de las elecciones más tranquilas que se recuerden en la provincia. Y en que la razón fue que hasta último momento se esperó qué podría llegar a decidir la Corte, cuya última acordada del jueves pasado no incluyó una sóla línea sobre Formosa. «En una elección normal, ya veías las calles llenas de boletas, por todos lados. Eso es una pauta de que todo estuvo muy tranquilo, porque todo estuvo medio parado. Pero así fue hasta el último jueves. Ahí se activó toda la militancia”, describía un dirigente peronista con varias campañas sobre los hombros.
El ministro de Gobierno, Justicia y Seguridad de Formosa, Jorge González, dijo a Página/12 que sea situación favoreció al oficialismo. «La única esperanza que tenía la oposición era un favor de la Corte, lo que no pasó. Apostaron todo a lo que pudiera decidir la política de Buenos Aires, y casi no hicieron campaña. Nosotros, en cambio, seguimos con las obras, para adelante. Eso explica también el resultado», describió.
La elección cayó este año, además, en plena celebración de San Juan Bautista, una fiesta originaria de Formosa que se realiza todos los años en la noche del 23 y 24 de junio. Esta vez, la segunda noche se vió interrumpida por la veda. La fiesta coincide también con el famoso “veranito de San Juan”, un fenómeno climático que genera algunos días de calor en pleno invierno. Los formoseños votaron, en algunas localidades, con casi 30 grados de temperatura.
La oposición y el cierre de listas
Para martirio de la oposición, la fecha de la elección se había fijado para el 25 de junio, el día después al cierre de listas a nivel nacional. Fueron varios los candidatos para cargos locales que llegaron al domingo también confirmados en las boletas nacionales para las PASO de agosto. El caso más resonante fue el de Carbajal, que se anotó como candidato a senador nacional bajo el armado de Horacio Rodríguez Larreta. También hizo lo propio Gabriela Neme, candidata a la intendencia de la capital, que llegó al domingo como la cabeza de lista de diputados nacionales por Formosa del jefe de Gobierno. Paoltroni, por su parte, se cobijó bajo el ala de La Libertad Avanza. El oficialismo los acusó en plena elección, con sorna, de haber tirado la toalla antes de tiempo.
El resto de la UCR formoseña no apoyó a fondo las candidaturas de Carbajal y de Neme. Tanto Luis Naidenoff como el exministro de agricultura Ricardo Buryaile, le dieron la espalda al principal candidato opositor. Ambos, en la noche del sábado, ya estaban confirmados como candidato a senador y a diputado nacional, respectivamente, en la boleta de Patricia Bullrich. De ser electo, Naidenoff completaría 24 años como senador por la minoría.
La Corte y la Constitución
La Constitución de Formosa habilita la reelección indefinida. El artículo 132 dice que «el gobernador y el vicegobernador durarán cuatro años en el ejercicio de sus cargos, y podrán ser reelectos». Nada más. La oposición local presentó dos amparos para suspender los comicios y también en la búsqueda de una intromisión de la Corte en ese artículo en particular. Lo hicieron envalentonados por los fallos previos de San Juan y Tucumán y la interpretación de que el «sistema republicano» de Gobierno de la carta magna nacional se basa en la «alternancia» en los cargos electivos.
«Tienen que respetar al pueblo formoseño. Nos dicen que somos una provincia feudal, pero el feudalismo consistían en las grandes extensiones de tierras que los señores feudales les daban a sus vasallos. Hace poco vi una estadística donde Formosa está en el quinto lugar a nivel país entre las provincias cuyos habitantes son dueños de su propia casa. Y la capital está última. La que es feudal es Buenos Aires», retrucó el propio Insfrán.
Un fallo intrusivo, similar al de los de San Juan y Tucumán, no habría sido acatado, según confiaron fuentes del peronismo a este diario. La idea pasaba por realizar igualmente la elección y en todo caso desatar una batalla judicial posterior, con el resultado sobre la mesa.
Carbajal expresó el ánimo de la oposición al respecto. “La Corte nos dejó solos, nadie vendrá a rescatarnos de la opresión y la tiranía», se lamentó.