Ley ómnibus, inflación y verano: el combo que le pone trabas a la economía

Aunque el Gobierno ha marcado un rumbo, la discusión en el Congreso todavía no traza una línea clara. A la baja de vacaciones se suma la alta inflación y la incertidumbre que frena a muchos sectores.

Aunque el Gobierno ha marcado un rumbo, la discusión en el Congreso todavía no traza una línea clara. A la baja de vacaciones se suma la alta inflación y la incertidumbre que frena a muchos sectores.

Con excepción de sitios turísticos y lugares de veraneo, el primer mes del año suele ser de baja en las distintas actividades de la economía. Luego del mayor consumo de las fiestas y de la mano del receso de verano, tanto empresas como consumidores se lo toman para reunir fuerzas y plata. Sin embargo, en 2024 la baja es más pronunciada, lo que enciende las alertas en los distintos sectores, si la situación no comienza a “resolverse” dentro de las próximas dos o tres semanas.

Es que la inflación -con signos de continuar alta- ha hecho mella en el poder adquisitivo y, por ende, en los niveles de venta de comercios y empresas. Además, la pérdida de referencia de los precios también atenta contra el consumo debido a que los que pueden o necesitan comprar desconocen si un producto o servicio está barato o caro. Incluso, es alta la dispersión de precios para los mismos tipos de productos, lo que genera más dudas todavía.

A esta situación se suma el componente político que tiene que ver con el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y la ley ómnibus que se discuten en el Congreso. En este marco, hasta que no avancen las modificaciones que propone el nuevo Gobierno de Javier Milei y esté listo el nuevo marco normativo, las empresas han puesto un freno extra a sus actividades y llevan a la mínima expresión sus proyectos, ventas y compras.

Un informe del Ieral de la Fundación Mediterránea, compara la situación actual con lo sucedido después de las PASO de 2019, debido a ciertas equivalencias desde el punto de vista económico entre ambos períodos. Entre otros puntos, se trata de la devaluación y de la necesidad de cerrar en forma simultánea los desequilibrios externo y fiscal. Aunque la mayor inflación de 2024 hace “más inestable e impredecible el escenario de este año”, si los números continúan en esta línea, el tipo de cambio efectivo de exportaciones quedaría por debajo del de noviembre (en términos reales) hacia principios de marzo.

El informe firmado por el economista Jorge Vasconcelos agregó: “Existen incógnitas a nivel gobernabilidad y la suerte que corran en el Congreso y en el plano judicial el DNU y el Proyecto de Ley Ómnibus, pero también debe monitorearse el ritmo al que pueda moderarse la inflación de aquí a abril, ya que esta variable es clave, tanto en términos de competitividad de exportaciones como de “la calle”, es decir, el grado de conflictividad social que pueda experimentarse”.

Faltantes, freno e incertidumbre
En este marco, el gerente del mayorista Oscar David, Rubén David, comentó que los faltantes que se ven en algunas góndolas se deben a que está todo un poco paralizado tanto desde la producción como desde la compra. “Las empresas no toman decisiones porque no se sabe bien para dónde se va a ir”, destacó el empresario quien deseó que pronto el país se ponga en marcha.

Desde su punto de vista, cuando uno compra o vende algo toma un compromiso, y en la actualidad no están claras las reglas o los deberes que uno toma por lo que prefiere no hacerlo. Es decir que no hay definiciones, entre otras cosas, sobre cuánto saldrán las importaciones ni acerca de cómo o cuándo se deberán pagar. Lo mismo sucede con los precios que hoy, en algunos casos, están por las nubes y que muchos intermediarios han elegido no convalidar.

En parte, porque se trata de productos que no se podrán vender por lo que no serán rentables y, en parte, como un modo de ejercer presión a proveedores. Esta situación también es causa de las faltas en las góndolas, algo que también se explica por el menor envío por parte de las empresas o el freno puesto desde hace unos meses y que se ha intensificado después de diciembre.

Adrián Alín, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de la Ciudad de Mendoza, comentó que uno de los principales frenos tiene que ver con la dispersión de precios. “Esta suerte de libertinaje en el que cada uno puede hacer lo que quiere, no otorga ningún tipo de seguridad jurídica, así como altas variaciones entre un lugar y otro”, subrayó el dirigente empresarial. En este marco, si bien concedió que era importante llevar adelante algunas desregulaciones, destacó que las formas no favorecen la certidumbre y, por tanto, dificultan aún más las alicaídas ventas.

La entidad que Alín preside también forma parte de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (CAME), que ha expresado la importancia de la continuidad de un programa de incentivos al consumo similar al Ahora 12. Con las altas tasas de financiamiento e inflación, un plan de este tipo será clave para que el consumo no termine de caer.

Por este motivo, CAME impulsa un programa de incentivos ante el Gobierno nacional. Sin embargo, en esta área –como en otras- no hay referentes claros, lo que dificulta el avance en las peticiones o las negociaciones que contribuyan a una reactivación.

Fuente: MDZ