Eliminación de programas del Inta ya impacta en Jujuy

Productores agrícolas se quedaron sin técnicos, semillas y otros recursos, aunque aún no hubo recortes de personal.

Productores agrícolas se quedaron sin técnicos, semillas y otros recursos, aunque aún no hubo recortes de personal.

Referentes gremiales de la Asociación del Personal del Inta (Apinta) se refirieron a la eliminación de los programas Pro Huerta y Cambio Rural debido a recortes presupuestarios nacionales y manifestaron preocupación por la incertidumbre laboral ante el anuncio de eliminar 1.200 puestos de trabajo. Hasta ahora solo 235 empleados han optado por el retiro voluntario, tres de ellos en Jujuy.

Los programas Pro Huerta y Cambio Rural del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) fueron eliminados como resultado de un ajuste presupuestario a nivel nacional, afectando la asistencia técnica y los recursos para productores rurales en todo el país. Referentes de la Asociación del Personal del Inta (Apinta) expresaron su preocupación por la pérdida de puestos de trabajo y la incertidumbre que rodea al organismo, que enfrenta un futuro marcado por el achicamiento de personal y recursos.

Fabiana Peñaloza, secretaria general de Apinta en Abra Pampa, explicó que el recorte en el programa Pro Huerta dejó sin contrato a 40 técnicos en Argentina, aunque no afectó directamente a Jujuy, ya que el único técnico de la zona fue incorporado al Inta el año pasado. Sin embargo, en localidades como La Quiaca, la eliminación del programa dejó sin técnico a la comunidad y sin suministro de semillas para las huertas comunitarias, que eran financiadas por el Ministerio de Desarrollo Social, ahora conocido como Capital Humano.

El programa Cambio Rural también cesó su actividad, afectando a productores rurales que dependían de la asistencia técnica para mejorar su producción. Martín Galarza, secretario general de Apinta en Yuto, detalló que el programa brindaba apoyo técnico a pequeños y medianos productores, agrupándolos para facilitar el acceso a recursos y asesoría de agrícolas. Este cese de actividades también impacta en las oportunidades de innovación tecnológica y acceso a financiamiento para los productores.

Los ajustes también incluyen un plan de retiros voluntarios, con el cual el gobierno busca reducir 1.200 puestos en el Inta. Sin embargo, hasta el momento solo 235 empleados han optado por el retiro voluntario en todo el país, cifra que las autoridades consideran insuficiente.

La situación generó un ambiente de incertidumbre entre los trabajadores, quienes temen que, si no se alcanza el número de retiros necesarios, se proceda con despidos en las próximas semanas. Nicolás Bronsovich, el recién nombrado presidente del Inta, declaró recientemente que el organismo debe «hacer el esfuerzo» de ajustar su plantilla, sugiriendo un posible achicamiento de personal.

El ajuste afecta especialmente a zonas rurales de difícil acceso y recursos limitados, donde el Inta opera mediante estaciones experimentales que dependen de técnicos especializados en temas como gestión de agua y sanidad animal. En Jujuy, estaciones como la de Abra Pampa cubren vastas áreas que incluyen localidades de Salta, donde la necesidad de asistencia técnica es crítica.

Galarza advirtió que el cese de programas como Pro Huerta y Cambio Rural también impacta a huertas escolares y proyectos de desarrollo comunitario, que se quedan sin acceso a semillas, insumos y asesoría técnica en un contexto económico que incrementa la demanda de estos recursos.

La continuidad de los programas y de los puestos de trabajo en el Inta sigue siendo incierta. Peñaloza mencionó que se están realizando auditorías en las estaciones del Inta para evaluar sus actividades y determinar si se justifica mantener el presupuesto asignado.

Sin embargo, el recorte presupuestario limitó incluso los recursos básicos, como la conexión a internet en algunas estaciones, y se teme que esta reducción de fondos culmina en el «pase a disponibilidad» de más empleados, en la misma línea de otros organismos de desarrollo social que redujeron sus operaciones.

La pérdida de Pro Huerta y Cambio Rural deja a miles de pequeños productores y familias rurales sin acceso a recursos fundamentales, afectando no solo su sustento, sino también su capacidad para innovar y mejorar sus prácticas agrícolas, que solía hacerse gestionando financiamiento externo para ejecutar según las necesidades.

Fuente: El Tribuno