Carlos Paz: Polémica por la adhesión a la “tolerancia cero” en alcoholemia
31/03/2014 MUNICIPIOSEmpresarios y un legislador criticaron la decisión y dicen que perjudicará al turismo. Autoridades la defendieron y aseguran que no se modificará la actividad.
La aprobación por parte del Concejo de Representantes de la adhesión a la ley de “tolerancia cero” en el consumo de alcohol, en el ámbito urbano de Carlos Paz, suscitó una fuerte polémica entre quienes apoyaron la iniciativa y los empresarios gastronómicos y de otros rubros como boliches y hoteles.
Desde el municipio, el titular del área de Políticas de Prevención, Darío Zeino, señaló que la ciudad trabaja desde hace dos años con distintos programas para prevenir los accidentes que produce el consumo excesivo de alcohol. Entre estos, apuntó el del “conductor designado”, que tiene como objetivo que en cada grupo de amigos, uno de los integrantes no tome alcohol y maneje el vehículo. “Tenemos que tomar conciencia entre todos y tampoco decir un vaso sí o un vaso no, ya que eso no va a incidir en el turismo” dijo. Y apuntó: “La gente no va a dejar de venir a Carlos Paz porque no pueda tomar alcohol en una comida”.
Por su parte, el concejal de Unión por Córdoba, Adrián Lizarriturri, señaló que “hay que velar por los intereses de la sociedad en su conjunto y no por posiciones sectoriales”. Y aseveró: “No es real que esto vaya a afectar el turismo, porque uno de los destinos más visitados en el mundo es Brasil y tiene tolerancia cero al igual que Chile. Lo importante es ofrecer un lugar seguro y si bajamos la tasa de accidentalidad vial, es algo bueno para mostrar”.
En contra. El legislador provincial y exintendente Carlos Felpeto fue uno de los que salió al cruce de la nueva ordenanza, al sugerir que su aprobación atenta contra los intereses turísticos de la ciudad. “No tenemos un problema muy serio de alcoholemia en la ciudad, y en una ciudad con muchas confiterías, restaurantes, se va a ver restringida la llegada de gente”, consideró, aunque se mostró de acuerdo con los controles en las rutas. “No se puede prohibir de esta forma en una ciudad turística. El alcohol complementa las mesas cuando la gente almuerza o cena”, dijo, y apuntó que se tendría que haber seguido el parámetro nacional, que es de 0,5 de alcohol en sangre.
Por su parte, el empresario gastronómico Mario Sansone dijo que la normativa atenta contra “la diversión de los turistas”. “Aquella pareja de 50 o 60 años que se aloje en la ciudad y vaya al teatro y a cenar, y en 10 cuadras le hagan un control de alcoholemia y por una copa de vino tenga que pagar entre 2 mil y 12 mil pesos, no va a volver nunca más. Esta ley en las calles de la ciudad es un error grosero e inconsulto”, señaló.
En Córdoba
Varios municipios han decidido ya (entre ellos, todos los de Sierras Chicas), y otros la tienen en evaluación, la adhesión al criterio provincial de la alcoholemia cero. Lo aplicarán en sus zonas urbanas, en los controles que realicen los inspectores municipales.
En general, todos los que avanzan en ese sentido aclaran que las multas que labren sus inspectores municipales serán de menor valor que las que aplica la Caminera. Además, ningún municipio descuenta puntos de las licencias, como hace la Caminera. Lo que variaría en cada localidad que adhiera es que podrán labrar actas por infracción cuando detecten en la zona urbana a conductores con consumos que superen el cero gramo de alcohol por mililitro de sangre, cuando hasta ahora aplicaban el límite de 0,4.
Cómo es la nueva ley
Nada. La norma modifica la Ley de Tránsito 8.560 y baja el nivel máximo de alcohol en sangre para los conductores de automóviles de 0,4 a cero gramo por litro de sangre.
Antes. Esta normativa ya fijaba en cero el valor para los conductores de motos, taxis, camiones que transportan productos peligrosos y colectivos.
Montos. El valor máximo de la infracción podría llegar a los 12 mil pesos, y el mínimo sería de dos mil pesos.
Ciudad de Córdoba. Por ahora, el valor sigue siendo 0,4, según la ordenanza.
Adhesión. La ley invita a los municipios a adherirse. La mayoría no hacen controles de alcoholemia propios en sus zonas urbanas. Son muy pocos los que los aplican, y lo hacen sobre todo los fines de semana. En general, son municipios de ciudades de cierta dimensión.