Córdoba: Con campo minado, Mestre se lanzó a 2019

En Cambiemos, hay voces que consideran que es el candidato natural

En Cambiemos, hay voces que consideran que es el candidato natural.

Lo insinuó en el retiro radical de Villa Giardino de noviembre, avanzó algunos pasos más a inicios de diciembre al celebrar su quinto año en el gobierno capitalino y la semana pasada terminó de reforzarlo en la cena del Foro de Intendentes Radicales: Ramón Mestre está lanzado a la carrera por la gobernación en 2019.

Las razones por las cuales el titular del Palacio 6 de Julio comenzó a anticipar sus movimientos son variadas. Con salida asegurada del municipio ante la imposibilidad legal de ir por un nuevo mandato, Mestre activó su plan de tomarse revancha de lo que sucedió en 2015, cuando en la incipiente alianza Juntos por Córdoba (hoy Cambiemos) Mauricio Macri vetó su candidatura y la de Luis Juez y, en cambio, eligió al ahora ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad.

A diferencia de lo que sucedió en el último turno electoral provincial, Mestre cuenta ahora con un capital que antes no tenía: para buena parte de las fracciones que integran el armado opositor, se encamina a ser el “candidato natural” del espacio.

Lo dicen en privado los principales referentes del macrismo, quienes consideran que colocar dentro de tres años al vice en una eventual fórmula sería un logro importante para una fuerza novel en la provincia.

Incluso Luis Juez, hasta hace poco uno de los principales adversarios políticos de Mestre, dio a entender que está dispuesto a acompañar una postulación del radical. Lo expresó ante sus pares de la Mesa Provincial de Cambiemos en la reunión del viernes último.

Sin embargo, el principal escollo para Mestre está en el patio de su casa. Si bien controla la mayoría de los resortes partidarios, hay dos dirigentes de experiencia que mantienen vivas sus apetencias políticas: Aguad y Mario Negri.

A través de voceros, ambos mandaron a decir en los últimos meses que tienen una bala más para tirar, guardada en la recámara. Y las miras apuntan a 2019.

En el aguadismo y el negrismo cayó como una patada al hígado la puesta escenográfica que mostró a Mestre en el camping General San Martín, donde festejó el primer año de su segundo mandato al comando del municipio cordobés.

“Ramón 2019, Diego 2017”, fue el mensaje que se enrostró a través de las pancartas al resto de los núcleos internos que conforman la UCR. La actitud no gustó. “Mestre habla de ser generosos, de ponernos de acuerdo a través del diálogo, pero en la primera de cambio arma un acto 100 por ciento mestrista”, se quejó un referente de otra línea radical. No fue el único.

El intendente insistirá hasta donde pueda con la idea de que su hermano Diego figure entre los cuatro primeros lugares de la lista de diputados del año próximo. Soledad Carrizo es la otra ficha que pretende colocar el mestrismo. El problema es que los números así no cierran: el resto de las corrientes radicales se quedan sin asientos asegurados. Y adelantan que no se la harán fácil al intendente.

“Si Mestre pretende ser el candidato en 2019, tendrá que resignar lugares en 2017”, razonan, calculadora en mano, los no mestristas, macristas y juecistas.

Desde que se filtró la posibilidad concreta de que sea el presidente Mauricio Macri quien decida a las cabezas de lista en cada una de las provincias, en el mestrismo comenzaron a sobrevolar los fantasmas.

Hay preocupación. Analizan que si el elegido es Aguad y tiene un buen desempeño en las urnas –ni hablar si llegara a ganarle al peronismo–, el tres veces candidato a gobernador se posicionaría, otra vez, para un nuevo intento.

Por eso, en el entorno del jefe capitalino alientan la candidatura de Héctor “la Coneja” Baldassi. El macrista, que continúa a los empujones con sus pares amarillos, lidera todos los sondeos de opinión. “Sólo De la Sota le ganaría el año que viene”, reconoce en privado un schiarettista de visita permanente al Panal.

Quienes conocen a Baldassi aseguran que el hombre de Sierras Chicas no pretende llegar a la primera magistratura provincial; sí, tal vez, acompañar desde la vicegobernación. Una opción que se alinea de manera casi perfecta con el plan de Mestre.

Fuente: la Voz