“Achicará su plantel por la menor producción”

La segunda industria láctea del país puso en marcha una reestructuración que, según funcionarios santafesinos, llevará a la cesantía del 25 por ciento de sus empleados, que impactaría en 30 puntos geográficos distintos.

La segunda industria láctea del país puso en marcha una reestructuración que, según funcionarios santafesinos, llevará a la cesantía del 25 por ciento de sus empleados, que impactaría en 30 puntos geográficos distintos.

El gobierno de Santa Fe advirtió que SanCor despedirá más de 1000 trabajadores en todo del país. “Van a tener que achicar el plantel de gente, porque la ecuación de empleados es para una empresa que tiene que elaborar 5 millones de litros y hoy está produciendo 1,6 millones de litros”, afirmó ayer el secretario de Lechería santafesino, Pedro Moroni.  Directivos de la empresa láctea habían anticipado la semana pasada, en un encuentro con tamberos en Córdoba, su “plan de reestructuración”. La iniciativa contempla cesantear al 25 por ciento de sus empleados así como “ajustes” en las áreas de logística y distribución para facilitar la venta de la firma.

La crisis de SanCor se viene prolongando desde hace más de una década y media y llegó a una situación límite por el elevado grado de endeudamiento asumido por la actual conducción. La empresa está a la búsqueda de un inversor que le permita reflotar y, ante el corte de la ayuda del gobierno nacional, optó por empezar con una reestructuración que la haga más atractiva a un comprador. Existen dos empresas extranjeras, una francesa y otra mexicana, que estarían interesadas en adquirir la cooperativa. Desde el gobierno nacional limitaron su intervención en el conflicto e impulsan la llegada de esos compradores externos. El ministro de Producción, Francisco Cabrera, responsabilizó semanas atrás a los trabajadores de profundizar la crisis por sus “altos salarios”. Algunas plantas de la firma en Santa Fe siguen paralizadas y parte de los trabajadores todavía no cobraron la totalidad de sus salarios de enero.

El secretario de Lechería del gobierno de Miguel Lifschitz señaló ayer que los 1000 despidos “no van a estar concentrados en un solo lugar, no es una empresa como General Motors que está todo concentrado en una sola ciudad, esto debe estar distribuido en por lo menos en 30 puntos distintos”. En declaraciones radiales, Moroni sentenció que “si esto no se da, la empresa va a tener que cerrar; ya se dio que muchas plantas se tecnificaron y otras de localidades cercanas debieron cerrar”.

A comienzos de mes, SanCor aludió en un comunicado a “diferentes circunstancias (que) vienen afectando en forma severa la actividad del sector lácteo nacional en general y la de SanCor en particular”. Entre ellos, refiere que “la remisión de leche a nuestras plantas industriales ha disminuido considerablemente en los últimos días, por lo que la Cooperativa decidió la suspensión de actividades en algunas de sus instalaciones industriales”. El año pasado se registró la menor producción de leche en los últimos nueve años. En 2016 la producción cayó 10 por ciento contra 2015, en parte, por las lluvias registradas entre abril y mayo, que afectaron principalmente a las cuencas lecheras de Entre Ríos, Sur y Centro de Santa Fe, Noreste de Córdoba y Villa María. Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sostiene que “las condiciones climáticas sólo agravaron la precaria situación del sector, que se encontraba ya afectado por la crisis internacional”, al tiempo que apunta contra “la ausencia de políticas que estimulen la producción y el consumo interno”.

El informe señala, además, que “en un contexto de aumento de los costos de producción que no llega a cubrirse con el incremento del precio de la leche, pérdidas ocasionadas por el clima y continuidad de la crisis internacional, la política del Gobierno favoreció el proceso de concentración en la producción primaria de leche”. Este proceso, apuntan los investigadores, se expresó en la duplicación de la tasa de cierre de tambos en 2016 con respecto a los últimos años. A lo largo del último año cerraron 460 tambos, lo que representa una caída del 4 por ciento en el número de establecimientos que impactó, principalmente, entre los más pequeños

Entre las plantas afectadas desde comienzos de mes figuran las de Coronel Moldes y Brinkmann en Córdoba, así como las de Coronel Charlone y Centeno en Santa Fe. “Existe una alternativa que es un inversor privado, mientras esa alternativa esté vigente nosotros no vamos a intervenir. Vamos a evaluar las condiciones de los nuevos dueños, como por ejemplo si toman a todos los empleados o solo una parte. Nosotros no vamos a estar ausentes, que la gente se quede tranquila en ese sentido; evaluamos la posibilidad de conformar una cooperativa con empleados despedidos y productores”, prometió el funcionario santafesino durante una entrevista con Radio 2 de esa provincia.

Fuente: Página 12