En vísperas de un rechazo

Las declaraciones contra los cambios que hasta ahora han hecho distintos gremialistas dejarán paso a una declaración institucional de la central obrera.

Las declaraciones contra los cambios que hasta ahora han hecho distintos gremialistas dejarán paso a una declaración institucional de la central obrera. Las dos CTA piden unidad de acción contra la iniciativa, también rechazada por las 62 Organizaciones.

La CGT debe fijar mañana una posición institucional sobre el proyecto de reforma laboral que supere el ámbito de las declaraciones periodísticas. Las negociaciones de los técnicos no avanzaron mucho más allá de donde habían llegado el lunes y se estancaron porque el Gobierno sólo quiere hacer retoques a su propuesta. Esto obliga, incluso a los dirigentes gremiales más proclives al diálogo, a endurecer su posición. En tanto, las dos CTA exigen unidad en la acción contra la iniciativa e incluso Las 62 Organizaciones Peronistas expresaron su rechazo.

La difusión del borrador del proyecto provocó un estado de debate permanente en buena parte de las estructuras sindicales. Por caso, la Unión Obrera Metalúrgica mantuvo ayer un encuentro de secretarios generales regionales y abogados laboralistas. El rechazo fue unánime y respaldaron la postura que el secretario de Interior de la CGT, Francisco “Barba” Gutiérrez, había expresado la semana pasada ante el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, cuando junto a otros referentes de la central obrera mantuvieron un encuentro. Ahora, con el aval formal de la UOM, Gutiérrez aseguró que “la CGT rechaza todo lo que tiene que ver con la reforma de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT)”.

Durante la reunión de los metalúrgicos también se acordó trabajar en la modificación del texto de los artículos referidos a los temas que la central obrera había acordado con el Gobierno: blanqueo laboral, capacitación permanente y la creación de la Agencia de Tecnología de Salud. La UOM entiende que “todo está escrito a favor de las necesidades de los empresarios”.

Mientras tanto, el secretario gremial de la CGT, Pablo Moyano, salió ayer a desmentir versiones sobre la existencia de un acuerdo sin objeciones con el gobierno nacional: “Niego este trascendido, reafirmando mis palabras del viernes pasado cuando dije que antes de firmar una reforma en contra de los trabajadores en la CGT me corto las manos”, indicó.

El dirigente camionero mantiene además contacto con las dos CTA en la búsqueda de acuerdos para enfrentar lo que definió como “el proyecto de flexibilización laboral”. Pablo Micheli, de la CTA Autónoma, reconoció que junto al titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, están comunicados con el camionero porque, como afirmó, “quisiéramos que la CGT en su totalidad tuviera la posición de enfrentar esta reforma”. Luego señaló que “hay que parar con fuerza a las tres centrales (frente a la reforma), por eso ratifico el pedido a la CGT para que se retire de esa mesa de monólogo porque no es de diálogo”, indicó.

La crítica Micheli a esa mesa de negociación parece dejar a salvo Moyano por su ausencia a esos encuentros. Pero lo cierto es que hay gremios aliados al moyanismo que participaron pero incluso en la reunión del lunes pasado entre técnicos de la CGT con los del Gobierno estuvo Hugo Moyano (hijo), quien se sentó en su calidad de abogado del sindicato que conducen su padre y su hermano Pablo. Es más, el representante legal de los camioneros protagonizó un fuerte cruce con los funcionarios de Trabajo al achacarles el artículo que elimina el concepto de solidaridad en el caso de las tercerizadas (un empleado solo podrá accionar contra la empresa de servicios que lo despidió y no contra la que pagaba por el trabajo) está destinada exclusivamente a perjudicar a los camioneros. “Ni la dictadura se animó a tanto”, les dijo con mala cara.

De todas formas Micheli no descarta la posibilidad de convocar a una huelga pero consideró que es preciso llevara adelante “una campaña cultural para explicarle al pueblo argentino de que este tan mentado proyecto de reforma laboral para atraer inversiones es todo un verso”.

En las 62 Organizaciones Peronistas tampoco hay acuerdo con el proyecto. El  titular del sindicato de farmacéuticos y bioquímicos, Marcelo Peretta, dijo que “hay acuerdo con modernizar pero no queremos flexibilización”. Por otra parte, repudió la modificación indemnizatoria por despido que pretende el Gobierno al que comparó con “el modelo” de cesantía que “se ve en las películas yanquis cuando el trabajador se va sólo con una cajita”.

Fuente: Página 12