La informalidad laboral volvió a crecer

Los resultados marcan un incremento de 0,6 punto porcentual frente al mismo período del año anterior. Aunque no ofrece indicios sobre un profundo deterioro, el registro es el más elevado desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri.

Los resultados marcan un incremento de 0,6 punto porcentual frente al mismo período del año anterior. Aunque no ofrece indicios sobre un profundo deterioro, el registro es el más elevado desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri.

La informalidad laboral alcanzó al 34,4 por ciento de los asalariados durante el tercer trimestre de 2017. Los resultados publicados por el Indec marcan un incremento de 0,6 puntos porcentuales frente al mismo período del año anterior. El registro es el más elevado desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri. Los datos están en línea con los valores observados a lo largo del último lustro cuando osciló entre 31,9 y 34,6 por ciento. Aunque no ofrece indicios sobre un profundo deterioro, la información publicada ayer por el Indec evidencia que la reactivación estadística no está acompañada por un proceso virtuoso de creación de empleo registrado mientras que los escasos puestos que se abren son precarizados.

Entre 2003 y 2012 la informalidad cayó alrededor de 17 puntos, de 49 a 32 por ciento. La magnitud de la reducción es significativa y existen pocas experiencias similares en el mundo. Investigaciones realizadas por los especialistas de la OIT, Fabio Bertranou y Luis Casanova, revelan que las mejoras fueron el correlato de un proceso de crecimiento económico acompañado por la creación de puestos de trabajo registrados. Desde 2013, como consecuencia de causas internas y externas, los indicadores se estancaron y la informalidad persiste en niveles históricamente elevados. El mínimo en la serie se observó durante el primer trimestre de 2015 cuando marcó 31,9 por ciento mientras que el nivel más elevado fue en el tercer trimestre de 2013 al llegar hasta 34,6 por ciento. El último registro publicado por el Indec, el 34,4 por ciento entre julio y septiembre de 2017, está en línea con ese máximo.

La principal propuesta de los ministerios de Hacienda y Trabajo para enfrentar una de las problemáticas estructurales de la economía argentina es la rebaja en las contribuciones patronales. La iniciativa incluida en la reforma tributaria que será discutida en el Senado el próximo miércoles fue implementada en distintos países, incluso en la Argentina, con magros impactos sobre la generación de empleo y la disminución de la informalidad. Esas iniciativas ofrecieron como resultados salientes el desfinanciamiento de los sistemas de seguridad social y la transferencia recursos del fisco hacia las grandes empresas. Los beneficios fiscales no son una herramienta inválida en una política integral de combate al trabajo no registrado pero el recambio de gobierno estuvo acompañado por el desmantelamiento de las herramientas de control y fiscalización así como la existencia de un esquema macroeconómico institucional que sea acompañado por la creación de empleo registrado.

Un equipo multidisciplinario de economistas, abogados y sociólogos que asesora al legislador porteño y ex ministro de Trabajo Carlos Tomada estimó que la reducción de las contribuciones patronales prevista en el proyecto de reforma tributaria resultará en una transferencia de ingresos de la seguridad social hacia el sector privado por hasta 153 mil millones de pesos en 2022. Aunque 8 de cada 10 trabajadores informalizados se desempeñan en establecimientos de menos de 40 personas pero, el beneficio será apropiado por grandes empresas y multinacionales: 45 de cada 100 pesos quedarán en las arcas de las compañías con más de 200 trabajadores que representan el 1 por ciento del total de los empleadores del país. “Queremos reducir el costo de contratación de los trabajadores menos calificados para promover su ingreso al mercado laboral formal”, expresa el Palacio de Hacienda al defender la rebaja de las cargas sociales a todas las empresas sin condicionalidades ni contraprestación alguna.

El trabajo doméstico, los cuentapropistas, el sector agropecuario, la construcción y el comercio son los ámbitos con mayores niveles de precarización. Existen, además, situaciones irregulares en diferentes dependencias estatales ya sea a nivel ministerial como a escala municipal. Bertranou y Casanova indican que la mayor parte de los trabajadores informales presenta bajas calificaciones (estudios formales incompletos, desempeño en tareas no calificadas), además de trabajar en unidades productivas frágiles.

Fuente: Página 12