San Francisco lidera el pago de multas con trabajo social

En promedio, dos personas por día aceptan saldar la contravención con esta modalidad, con tareas en instituciones.

En promedio, dos personas por día aceptan saldar la contravención con esta modalidad, con tareas en instituciones. La mayoría son por infracciones de tránsito. Es donde más se aplica en la provincia.
Julio salió con su moto, pero esa noche un control de tránsito verificó que no tenía casco y le retiraron el vehículo. Cuando fue citado al Tribunal de Faltas de San Francisco, la jueza municipal le ofreció saldar la contravención con un pago en efectivo y otra parte con trabajo comunitario en una institución de la ciudad.

“Necesito tener la moto lo antes posible. La uso para trabajar y llevar a mis sobrinas. Es buena la propuesta de pagar parte de la multa con trabajo porque si tuviera que juntar todo el dinero me llevaría más tiempo”, contó Julio, de 33 años. Cumple su tarea en el Archivo Gráfico y Museo de la Ciudad.

Es uno de los tantos casos que se resuelve de este modo en el Tribunal de Faltas, que tramita unos 50 mil expedientes por año por diferentes contravenciones en esta ciudad de 65 mil habitantes. La mayoría son por infracciones de tránsito y la más repetidas por el no uso de casco en motos y por estacionar los autos en lugares prohibidos.

Ana Gorian, jueza de Faltas de San Francisco, indicó que un 20 por ciento de las personas sancionadas aceptan llevar a cabo trabajos comunitarios en lugar del pago de la multa. “Tenemos un promedio de dos casos por día que solicitan esta modalidad, a veces esa cifra puede subir a cinco o seis diarios”, apuntó la funcionaria.

Desde el municipio se alienta esta acción y sostienen que la sanción no debe tomarse como un “castigo”, sino como un proceso de concientización y educación vial.

Para llevar a cabo esta medida, se cuenta con una lista de reparticiones municipales, instituciones y ONG que receptan a los interesados en cumplir con tareas comunitarias.

“Muchas veces ofrecíamos un plan de pago, pero solamente pagaban las primeras cuotas quedando pendiente el resto. En cambio, con esta modalidad se cumple el 100 por ciento del pago de la infracción”, explicó la jueza a La Voz.

Hace dos años, la Municipalidad trabaja junto al Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi). Gustavo Pisitello, secretario de Gobierno, indicó que se creó el Programa Municipal de Cultura Vial, que generó una serie de acciones y políticas destinadas a mejorar el tránsito vehicular en la ciudad mediante obras públicas, medidas de regulación y más control.

En relación con las multas, Pisitello afirmó que todo lo recaudado se reinvierte en este programa y en mejorar los equipos y vehículos de la Policía Municipal. “A nosotros nos interesa que las personas quieran sumarse al sistema de trabajo comunitario porque tiene un sentido más pedagógico”, aseguró Pisitello. “Tenemos casos de padres que pueden pagar las multas de sus hijos, pero prefieren que ellos vayan a las instituciones para que recapaciten sobre la infracción”, apuntó.

En el municipio destacan que hay personas que fueron a cumplir la tarea a instituciones sociales, como merenderos, y luego se quedaron como colaboradores voluntarios.

Las instituciones que reciben a los voluntarios valoran la experiencia. La Voz contactó a algunas de las que participan del programa.

Desde 2014, el Archivo Gráfico y Museo de la Ciudad y La Murga La Estación son dos de las que reciben personas para realizar trabajo comunitario. Alberto Orellano, colaborador de ambas entidades, calificó como “muy positiva” la experiencia. “Nosotros somos una ONG sin fines de lucro y contar con estas personas es un aporte muy valioso porque colaboran en diferentes actividades”, indicó.

Orellano acotó que muchos llegan sin conocer las actividades que realizan “y se van contentos después de su aporte y a veces con la promesa de volver”.

“Nos esforzamos para que ellos se sientan cómodos y nos adaptamos a sus horarios disponibles, para que nadie tenga que dejar de trabajar o estudiar para cumplir este requisito”, apuntó Orellano.

También destacó que se realiza un seguimiento detallado de cada caso y cuando se finaliza se envía al Juzgado de Faltas un informe y la planilla de asistencia. “En todo este tiempo no tuvimos ningún problema y todos se mostraron dispuestos a colaborar”, afirmó.

Otras instituciones que brindan esta posibilidad de trabajo comunitario son merenderos, comedores y dependencias municipales. Por la gran demanda que tienen, la jueza de Falta precisó que deberían sumarse otras instituciones para agilizar el sistema.

Diagnóstico y planificación

El Programa Municipal de Cultura Vial apunta a lograr cambios. El primer paso fue diagnosticar y planificar las medidas para mejorar el tránsito en la ciudad. Para ellos, el Cesvi detectó los principales problemas, fijó las prioridades e implementó algunos cambios en la infraestructura vial. También se realizan charlas de educación vial y concientización desde las guarderías municipales hasta los colegios secundarios y fuertes controles de tránsito.

Fuente: La voz