Las famiglias, la clase, los perdones
Triaca y Etchevehere, dos (malos) ejemplos entre tantos. Medio millón de pesos para el ministro: idas y vueltas. Qué cambia y qué subsiste tras la devolución de la platita. La necesidad de investigar.
05/02/2018 OPINIÓNTriaca y Etchevehere, dos (malos) ejemplos entre tantos. Medio millón de pesos para el ministro: idas y vueltas. Qué cambia y qué subsiste tras la devolución de la platita. La necesidad de investigar. Carta de una madre de famiglia con conciencia de clase. Santiago Maldonado, la investigación pendiente.
Por Mario Wainfeld
Una clásica máxima de la política describe (aconseja) que la mujer del César no solo debe ser honesta, sino también parecerlo. El Gobierno de Mauricio Macri la fracciona y minimiza: lo fundamental son las apariencias, no las realidades,
Los papelones-escándalos protagonizados por el ministro de Trabajo, Jorge Triaca (hijo) y su par de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, sirven como muestras de un fenómeno más extendido. El conflicto de intereses es una de las claves de la gestión de Cambiemos, que estalló en dos casos. El Gobierno los esconde de entrada, luego los tergiversa, a veces retrocede.
El oficialismo interpreta que para apagar el fuego bastan pedidos de disculpas, a menudo realizados puertas adentro. Sin embargo, las conductas sospechosas de constituir delito debe(ría)n tener un recorrido más largo, con llegada a los tribunales federales de Comodoro Py. Difícil que el chancho chifle, dirá usted, si adopta el tono campero.
Etchevehere afronta un par de entuertos serios, acciones penales incluidas. Ese Luis Miguel cada vez canta peor, a diferencia del inmortal morocho del Abasto.
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Más malus que bonus: Etchevehere restituyó a la Sociedad Rural (SR) 500.000 pesos que le habían sido abonados con carácter extraordinario cuando ya estaba designado ministro.
Los que saben de fútbol cuentan que el primer movimiento de un habilidoso suele ser un amague, enseñan a no “comérselos”. Etchevehere amagó una excusa falsa: la paga era por haberes adeudados, devengados con antelación. El acta de la reunión que instrumentó la canonjía dice algo bien distinto. Fue una paga “extraordinaria”, sin explicar la causa. En términos legales, un pago sin causa explícita.
La Oficina Anticorrupción (OA) abrió una investigación haciendo gala de su tradicional parsimonia. Deslizó filtraciones a medios aliados: nuestro hombre estaba en apuros. Todo indica que desde la Casa Rosada le soplaron a Etchevehere que debía restituir la platita. Así fue, sin reconocer ninguna transgresión.
Hizo bien en apresurarse. La suma excede por mucho el monto de las donaciones que puede recibir un funcionario, según las reglas que rigen la ética pública.
Un pago sin causa es jurídicamente dudoso, solo para empezar.
La pregunta del medio millón es por qué y para qué se hizo. A primera vista, apesta a dádiva o a negociación incompatible con la función pública. Son dos presuntos delitos (alternativos) que justifican la apertura de una causa judicial.
La OA divulgó a los cuatro vientos que la cuestión devino abstracta, cuando Etchevehere restituyó los fondos. Es discutible que haya perdido interés para la OA. Es seguro que el regreso del medio palito carece de validez para desincriminar automáticamente al ministro en los tribunales federales.
Ocurre que el posible hecho delictivo se consumó: pago efectuado, recibido y embolsado. La vuelta atrás no anula el posible delito: tampoco sería así si un ladrón devuelve el botín de un asalto realizado un par de meses atrás,
Hay un expediente iniciado, que tramita ante el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi. Si su Señoría obrara correctamente debería avanzar con la pesquisa teniendo en la mira no solo a quien cobró sino a quienes decidieron pagarle; los integrantes de la Comisión Directiva de la SR que votaron a favor. Martínez de Giorgi es un magistrado que lleva la camiseta amarilla puesta sobre el corazón. Sería una grata sorpresa que avanzara el proceso, Cuesta creer en milagros…
Una digresión respecto de la SR: no es exclusivamente una ONG común sin fines de lucro que defiende intereses sectoriales (como una cooperativa de bomberos voluntarios) ni una entidad dedicada al bien común (como Médicos sin Fronteras). La SR realiza actividades económicas que le reportan ganancias pingües: explota el predio Ferial de Palermo, costoso inmueble que se alquila a buen precio para actividades varias. Con una cobertura societaria embrollona es uno de sus propietarios. Se lo entregó a precio de regalo el gobierno del ex presidente Carlos Menem. El estado protector de los ricos dista de ser un invento de Cambiemos. Las continuidades también existen.
Finalizada la digresión, volvamos al ministro. Otro expediente lo acecha, se está moviendo. Un conflicto de famiglia que está judicializado.
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Derechos de famiglia: El pleito penal tramita en un tribunal ordinario de Entre Ríos. Abreviamos detalles que pueden buscarse en notas publicadas en PáginaI12 por el periodista Sebastián Premici o en el diario digital Junio de Gualeguaychú.
La denunciante es Dolores Etchevehere, hermana del funcionario y accionista de sociedades con otros miembros de la parentela.
La causa es por vaciamiento y ocultamiento de bienes. El fiscal Alejandro Cánepa tomó en serio las acusaciones. Ya ordenó y concretó allanamientos en distintas propiedades de Etchevehere a quien citó a indagatoria para el 27 de febrero.
La mater familias, Leonor Beatriz de Etchevehere, clamó en defensa de sus cachorros o por mejor decir de la línea interna de la famiglia que integra el ministro. Escribió una carta pública que fue transcrita en su totalidad y sin comentarios por los diarios La Nación y Clarín. La platea de doctrina le dedicó luego un editorial solidario, hace pocas semanas. No es para menos: el texto es un alegato clasista, un autorretrato de los sectores dominantes.
Para la matriarca las causas penales son (sic): “Cosas de familia. Un dolor que tenemos derecho a preservar en la intimidad de nuestros corazones. Un deseo profundo por resolver diferencias. Pero lo que debía analizarse, descubrirse, mediarse en el grupo familiar, fue malamente mediatizado: ha opinado gente sin rostro y desconocida para nosotros. Se ha pretendido manosear nombres y usar otros; se ha mentido y bajado al nivel de quienes zaherían y zahieren sin que nadie los hubiera llamado a una situación de familia. Ni los llamamos ni nos llamaron. A mí nadie me preguntó por la verdad de nuestra historia, sobre la cual podría haber contestado o no amparada por el derecho constitucional a defender la intimidad de mi familia”. La autora de la epístola fulmina a los intrusos en el impromptu final: “segundos afuera” expresión con la que titula la catilinaria. Llama “gente sin rostro” a periodistas, personas del común, la “opinión pública”.
Hete aquí que las acciones penales, con contadísimas excepciones (no es éste el caso) son asuntos públicos, que se ventilan ante uno de los poderes del Estado. Una vez abiertas ni siquiera dependen de la voluntad de la denunciante inicial.
La propuesta de Leonor Beatriz de Etchevehere contradice al Código Penal y agrede a quienes se interesan en un hecho de interés público. La pertenencia a la clase dominante fomenta ínfulas mellizas: superioridad frente al vulgo e impunidad ante a los Tribunales.
El domicilio de la mamá, ay, también fue allanado. No para fisgonear la comidilla familiera sino porque figura como sede de alguna de las sociedades comerciales del grupo Etchevehere.
El futuro es abierto, nada se debe dar por sucedido antes de tiempo. Quedan picando interrogantes: ¿será procesado el ministro? En tal caso ¿se aplicaría la “doctrina Irurzun” sobre la prisión preventiva sin condena? ¿O tales reglas, violatorias del debido proceso, rigen solo para los opositores?
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A alambrar, a alambrar: Es habitual describir al actual como un gobierno de ricos. El concepto se redondea agregando que es un gobierno de clase,
Las preposiciones importan. Ser “gente bien” no equivale a ser “gente de bien”. La nueva élite política propende al autoelogio, a veces frisando con el ridículo.
Una de las alabanzas predilectas del elenco oficialista es pintarse como un conjunto de personas desprendidas, exitosas en la actividad privada, cuyo altruismo los llevó a la función pública. Se movilizaron para “ayudar”, la guita “ya la hicieron” Los hechos propios refutan la narrativa.
Medio palo es un vuelto, comparado con el patrimonio de Etchevehere y los beneficios sectoriales que engrosan el patrimonio. Empero, el hombre se enlodó de lo lindo.
El chanchullo de Triaca para ahorrar en el sueldo de la empleada doméstica revela no solo bajeza sino también tacañería extrema.
Preocupado y en busca de un golpe efectista, Macri la emprendió contra “el nepotismo”; congeló los sueldos de los funcionarios políticos. Medidas de maquillaje para contrarrestar un mal trance. Huele a coartada para justificar despidos y aumentos nimios a trabajadores estatales. Ciudadanos que viven al día, sin respaldo de fortunas acumuladas que relativizan la gravitación del ingreso fijo.
El Gobierno se mete goles en contra, casi todos por exclusiva torpeza. La novedad cambia el escenario, abre una chance para la oposición. Hasta ahora, solo suma los traspiés del Gobierno, sin conseguir armar un equipo apto para ser alternativa. Meter goles y no limitarse a festejar los que se auto propina el rival. He aquí, hasta el cierre de esta edición, la única buena noticia del verano para el oficialismo.