“Por ahí están un poco susceptibles”
Los industriales se quejaron el martes por el aumento de las importaciones, la baja del consumo, la suba de tarifas, los cortes de luz y el acuerdo Mercosur-Unión Europea. “Dejen de llorar”, les respondió Cabrera y Acevedo recogió el guante.
05/03/2018 El PaísLos industriales se quejaron el martes por el aumento de las importaciones, la baja del consumo, la suba de tarifas, los cortes de luz y el acuerdo Mercosur-Unión Europea. “Dejen de llorar”, les respondió Cabrera y Acevedo recogió el guante.
“Lo que dijo no cae bien; por ahí están un poco susceptibles”, aseguró ayer el titular de la Unión Industria Argentina (UIA), Miguel Acevedo, al ser consultado sobre las declaraciones del ministro de Producción, Francisco Cabrera, quien el sábado les pidió a los empresarios “que generen una agenda seria, se dejen de llorar y se pongan a invertir y competir”. El enfrentamiento del gobierno con la principal entidad que reúne a los industriales deja en evidencia los problemas que atraviesa el sector de la producción.
La Junta Directiva de la UIA realizó un encuentro el martes pasado donde quedaron plasmadas numerosas críticas al modelo económico, las cuales rápidamente se filtraron a la prensa. En esa reunión, los industriales cuestionaron el crecimiento de las importaciones, la baja del consumo, la suba de tarifas, la persistencia de los cortes de luz y el intento de firmar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea desde el Mercosur justo cuando las principales potencias apelan a herramientas proteccionistas.
Adrián Kauffman Brea, representante de Arcor y ex presidente de la UIA, manifestó su preocupación por la creciente importación de tomates de Italia que ya equivale el 21 por ciento de la producción local. “Es algo que no se puede tolerar”, aseguró. Alberto Sellaro, de la Cámara del Calzado, también se mostró preocupado por la avalancha importadora. Claudio Rodríguez, directivo de Sinteplast, dijo que la demanda de pinturas está creciendo, pero que no le puede hacer frente por los reiterados cortes de luz. A la lista de críticos se sumó también Daniel Funes de Rioja quien manifestó su malestar por la suba de la alícuota del impuesto a los Ingresos Brutos que decidieron algunas jurisdicciones. La mayoría coincidió además en ver con resquemor el acuerdo Mercosur-Unión Europea que el gobierno se empeña en querer firmar, pese a que el contexto internacional cambió luego del ascenso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. “Estamos muertos, sólo nos queda elegir bóveda o nicho”, sostuvo el ex titular de la UIA, José de Mendiguren, cuando le tocó hablar en nombre del sector textil.
“El país requiere empresarios protagonistas, que tomen una agenda ofensiva y no defensiva para avanzar juntos en el camino de la transformación productiva, del crecimiento y la inserción internacional”, respondió Cabrera el jueves pasado en una carta dirigida a la entidad fabril. El sábado el ministro decidió salir por radio y fue un poco menos protocolar. “Que se dejen de llorar y que se pongan a invertir y a competir”, sostuvo.
“Es cierto que suben las tarifas de la energía, pero íbamos a un país normal, donde la energía hay que pagarla. Siguen siendo elevados los costos del financiamiento y por eso queremos la ley de financiamiento productivo, y tenemos que seguir bajando los costos de la logística”, agregó Cabrera ayer al diario La Nación. “Tenemos que trabajar en esa agenda, para eso es necesario que se dejen de llorar y se pongan a invertir”, insistió.
“Lo vemos como un tropezón”, afirmó Miguel Acevedo ayer cuando le preguntaron en Radio 10 por las declaraciones de Cabrera. “En línea general, estamos completamente de acuerdo con las medidas del Gobierno, que son a largo plazo, difíciles de tomar. Después también estamos en la línea de batalla para decir esto lo estamos viendo mal, estamos viendo entrar productos que para nosotros son subsidiados. Eso no se puede tomar como una crítica, sino como algo para que nos tenemos que sentar a dialogar”, sostuvo. Acevedo consideró que la UIA no puede tener “una mirada de estadística”. “Eso te dice que hay muchos que les está yendo bien y un montón de gente que no está en esa situación. Eso no es llorar, no lo quiero mirar como un llanto”, concluyó.