Gobernadores hablan de “privilegios” pero millones de bonaerenses siguen sin agua ni cloacas
El destino de AYSA ya se metió en la discusión del Presupuesto 2019. Los gobernadores quieren que Macri se la traspase a CABA y a Provincia. En el medio, ABSA mejorando su servicio, pero mantiene deudas históricas.
13/06/2018 PROVINCIASEl destino de AYSA ya se metió en la discusión del Presupuesto 2019. Los gobernadores quieren que Macri se la traspase a CABA y a Provincia. En el medio, ABSA mejorando su servicio, pero mantiene deudas históricas.
Tras cerrar el mega-acuerdo con el FMI, Mauricio Macri retomó ayer el diálogo con los gobernadores con una reunión con Juan Schiaretti con vistas a empezar a discutir el Presupuesto 2019, en cual tendría que estar traducida una fuerte voluntad de reducción del déficit fiscal. Más allá de toda el agua que corrió por debajo del puente, la postura del cordobés fue la misma que hace semanas atrás: le reclamó la transferencia de AYSA, Edenor y Edusur a las dos Buenos Aires.
El resto del trabajo lo hizo el Ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quién además recibió a al mendocino Alfredo Cornejo (Cambiemos), al formoseño Gildo Insfrán (PJ), a la fueguina Rosana Bertone (PJ) y al neuquino Omar Gutiérrez (MPN).
Si bien la Casa Rosada todavía no ha emitido opinión sobre cuáles serán los pasos a seguir, y en qué medida accederá a los reclamos de los caciques justicialistas, en ámbitos gubernamentales y sindicales de la Provincia se registraba cierta preocupación. Ni las finanzas ni la prestación de servicios públicos pasan por su mejor momento como para pensar en nuevas obligaciones. Esto decía Schiaretti el 16 de mayo tras una cumbre con sus colegas pernistas en Tucumán:
El caso del servicio de agua potable y cloacas es paradigmático. Mientras desde el interior del país se mira con recelo un supuesto privilegio de los bonaerenses, los cálculos oficiales pintan otro panorama: todavía hay 8 millones de personas sin cloacas y cuatro millones sin agua potable; cifras que ubican a la Provincia de Buenos Aires sólo por arriba de Misiones en el rankig nacional de cobertura y saneamiento.
Hay mejoras pero falta un plan estratégico
Si bien el gobierno de María Eugenia Vidal emprendió obras que eran reclamadas desde hace años (mejoras en las plantas potabilizadoras de La Plata y Bahía Blanca y un recambio general de caños y tuberías), varios especialistas coinciden que todavía se carece de un plan estratégico que piense en las demandas poblaciones de acá a cincuenta o cien años.
Por ejemplo, la capital bonaerense se sigue abasteciendo con la estructura base montada a finales de la década del 40 cuando la ciudad era prácticamente un aldea en comparación con el casi millón de habitantes que tiene en la actualidad. Y lo mismo sucede en los principales aglomerados urbanos.
Otro de los puntos que destacan las fuentes consultadas es la necesidad de pensar en una red en anillos que pueda interconectar las cuatro plantas potabilizadoras disponibles (La Plata, Bernal, Palermo y Tigre). De esta forma, aseguran, se podría cubrir La Plata, CABA y todo el Conurbano y, al mismo tiempo, poder sacar una de fruncimiento para eventuales mantenimientos o imprevistos.
A eso habría que sumarle la construcción de un acueducto en la región Noroeste que permita resolver el tema del arsénico en distritos como Junín y la realización de un acueducto en el Río Colorado que permita evitar resolver el problema hídrico en el sur provincial, donde el problema de falta de abastecimiento es recurrente.
Revertir un proceso
Hay que recordar que la idea de Schiaretti también sería revertir un proceso iniciado en diciembre de 2016 cuando, justamente, AYSA amplió su cobertura sobre la zona metropolitana sobre 8 nuevos partidos que pertenecían a ABSA: Presidente Perón, Florencio Varela, José C. Paz, Moreno, Merlo, Malvinas Argentinas, San Miguel y Belén de Escobar (todavía se mantiene el litigio sobre a qué sindicato pertenecen los trabajadores: la misma Legislatura decidió que se quedaban en SOSBA pero Vidal vetó esa decisión y le dio la derecha a Obras Sanitarias).
En ese momento, la excusa para el cambio –que tuvo que pasar por la Legislatura- fue que el servicio de AYSA era mejor que el brindado por ABSA, argumento sustentado por los propios jefe comunales. Claramente no se trataba de una sensación, ya que se calcula que las gestiones kirchneristas invirtieron cerca de $30 mil millones en la empresa nacional.
Ese desembolso, por ejemplo, se tradujo en la cantidad de personal: AYSA tiene 3,06 empleados cada mil conexiones (casas), ABSA tiene 2,59 cuando debería tener, como mínimo 4 por las características del servicio que presta, el cual no está condensando en sólo una región o distritos vecinos. Por recursos y números AYSA es una ‘joya’ dentro de las empresas nacionales.
En resumidas cuentas, si AYSA demandó este 2018 unos 15 mil millones de pesos, entre mantenimiento y subsidios, cualquier traspaso debería ser acompañado fondos o con el reaseguro de los recursos necesario para seguir manteniendo su nivel y potenciar el de ABSA. Ahora bien, si en Gobernación aseguran que hay un rojo estructural de 30 mil millones, y la Nación quiere recortar sus gastos, surge la duda de dónde podría salir el dinero.
Según pudo saber INFOCIELO, entre los trabajadores de AYSA (Agua y Saneamientos Argentinos S.A.) hay preocupación con respecto al futuro de la firma. Toman como “muy sugestivo” el reclamo tan insistente de Schiaretti. ¿Para qué lo diría tanto si supiese que no hay chances?, reflexionan. Más de las complicaciones prácticas, cualquier modificación, se sabe, debería pasar por el Congreso y la Legislatura, lo que ameritaría un buen nivel previo de consenso político.