La geografía de los pobres
La geografía de los pobres es una geografía de hacinamiento, de precariedad, de sufrimiento, de dolor.
03/10/2018 MUNICIPIOSLa geografía de los pobres es una geografía de hacinamiento, de precariedad, de sufrimiento, de dolor.
La geografía de los pobres es la misma desde hace 70 años. Casi siempre están en la periferia de los grandes centros urbanos y de los más pequeños.
En ese rincón del mundo siguen naciendo, sobreviviendo y muriendo. Casi siempre repitiendo la misma historia. Historias de carencias, de resistencias, de broncas.
En la geografía de los pobres, no hay lugar en los patios para hacer una huerta y alimentarse de ella.
Porque en los fondos de las casas se construyen piezas para los hijos que también comienzan a tener hijos sin tener trabajo.
En la geografía de los pobres, sus propiedades no siempre tienen papeles ni todos los servicios.
En la geografía de los pobres, su planificación urbanística es apretada como su vida y es insegura como su historia.
La geografía de los pobres es una geografía de hacinamiento, de precariedad, de sufrimiento, de dolor.
En la geografía de los pobres, existe un éxodo permanente en su periferia urbana. Alquilan piezas y pequeñas casas mientras tienen trabajo o changas.
Cuando se quedan sin trabajo, se vuelven a la casa de los padres o a la de algún amigo.
En la geografía de los pobres, vive una gran masa silenciosa e invisibilizada de desocupados. El único ingreso formal son los planes del Estado.
En la geografía de los pobres, el Estado intenta resolver sus problemas estructurales con metodologías del siglo 19. Con aumentos de planes y comedores comunitarios.
Pero el paradigma de la pobreza en el siglo 21 cambió. Para resolverla, debemos discutir la tierra.
Para que los pobres salgan del gueto de su geografía precaria. Para terminar con la pobreza estructural.
De la pobreza, se sale con dignidad, con trabajo. No se sale mendigando. El trabajo y la vivienda son los mejores organizadores sociales para planificar una sociedad donde todos tengamos un lugar para poder vivir mejor.
Decía Stanislaw Lec: “De qué estamos formados, depende de la genética; en qué nos convertiremos, depende de la política”.
Si el bien común no es tan común, es por decisión política, no por un capricho del azar.