La consagración de la desigualdad
Según el especialista Miguel Fernández Pastor, el Gobierno cumplirá este año con la recomendación del FMI para llevar el sistema jubilatorio a un régimen de capitalización, sin pasar por el Congreso ni recrear formalmente las AFJP.
28/01/2019 El PaísSegún el especialista Miguel Fernández Pastor, el Gobierno cumplirá este año con la recomendación del FMI para llevar el sistema jubilatorio a un régimen de capitalización, sin pasar por el Congreso ni recrear formalmente las AFJP.
En un extenso Informe Ejecutivo, en el que hace un recorrido de los pasos dados por el actual gobierno en materia de seguridad social, el especialista en el tema Miguel Fernández Pastor advierte que “el gobierno va camino a la reinstalación de la capitalización individual”. Esto, señala, es parte de los compromisos del gobierno con el FMI y se encarará como misión ineludible a pesar de tratarse de un año electoral. “No será una ley única con un debate institucional razonable, los que creen que por ser un año electoral no se avanzará en el tema se equivocan, porque será una reforma encubierta, tocando pocas variables, alentando que los aportes de los trabajadores, particularmente de los que más ganan, puedan derivarse a los seguros de retiro, con lo cual ya estarían las nuevas y aggiornadas AFJPs entre nosotros, que no volverán a llamarse así; y para colmo, sin control alguno por parte del Estado”.
En sus primeras líneas, el Informe Ejecutivo de Fernández Pastor (abogado previsionalista, ex director de Anses, director del Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social, Ciess) apunta que, “sigilosamente, el gobierno anunció que próximamente saldrá un decreto por el que se exceptuarán del pago de Ganancias a los fondos que se inviertan en fondos de retiro. Si bien la noticia no mereció más que unas pocas líneas en algunos medios, esta decisión no tiene nada de inocente y conlleva un gran impacto al sistema de seguridad social. El gobierno va camino de la reinstalación “voluntaria” de la capitalización individual”. Señala que “para la reinstauración de la capitalización individual solo se necesitan tres pequeños pasos”:
Modificar la “tasa de sustitución” de la jubilación, para llevarla al 35 por ciento. Esto quiere decir que una persona que se encuentra en actividad, cuando se jubile pasará a cobrar el 35 por ciento de lo que percibía antes. “El primer paso en ese sentido se dio en diciembre de 2017 con el cambio de la formula de movilidad (allí se pasó de una tasa de sustitución del 60 a otra del 48, en ocasión de fijarse para la actualización de los haberes que conformarán el haber inicial el índice RIPTE). El siguiente paso será tomar para el cálculo del primer haber jubilatorio toda la vida laboral de una persona o los últimos 25 años de servicios con aportes, en lugar de los 10 últimos años con aportes como ocurre actualmente”.
Permitir que los aportes de los trabajadores, en particular de aquellos que más ganan, puedan derivarse a los “seguros de retiro”.
Continuar con el esquema de bajar las contribuciones patronales, para generar una “gran crisis de sustentabilidad”, que obligue a realizar un nuevo gran ajuste.
Apunta el especialista que “ninguna de estas cuestiones presenta inconvenientes serios para ser incluidas en la próxima ley de presupuesto, o en algún otro proyecto de ley que se acuerde con las provincias. Una descomunal campaña publicitaria hará el resto”.
El FMI manda
Según lo acordado con el FMI, este será el año de la reforma, pese a tratarse de un año electoral, recuerda Fernández Pastor. El Informe Ejecutivo de su autoría advierte que “el error de diagnóstico de quienes creen que este año no habrá reforma, parte de la premisa de imaginar una ley “única” con un debate institucional razonable (que el Congreso rechazaría). Pero nada de ello ocurrirá. Sólo será necesario tocar unas pocas variables. Será una reforma encubierta, avanzando paulatinamente de manera de llegar este año hasta donde puedan”.
Entre esas “pocas variables” a tocar, el informe enumera:
Tasa de sustitución. El informe cita una nota reciente de Página 12, firmada por Tomás Lukin, en la cual “se dio a conocer que el FMI le recomendaba –eufemismo por “ordenaba”– a la Argentina y a Brasil disminuir la “tasa de sustitución” de las jubilaciones, esto es la relación entre lo que gana un trabajador en actividad y el haber que percibirá al jubilarse. “Erróneamente, el FMI concluye, en base a un informe previo hecho por funcionarios del propio organismo, lleno de falsedades y desaguisados técnicos, que la tasa de sustitución al momento de ese informe era del 72 por ciento”, cuando en realidad ya pasó del 60 (al momento de ese informe del FMI) al 48 (por el cambio en el cálculo de la movilidad, en diciembre de 2017). “Pero el objetivo del FMI y el Gobierno es bajarla a menos del 35 por ciento. Alcanzar ese porcentaje es necesario para impulsar el golpe final, que es la reinstauración de un régimen de capitalización individual”, sostiene. ¿Cómo lo lograría? El autor del Informe explica que, “para calcular actualmente el primer haber jubilatorio, se computan los últimos 10 años de servicios con aportes, y esto se pretende cambiar por los últimos 25 años de servicios con aportes. Con sólo implementar esta modificación se cumple el objetivo de reducir la tasa de sustitución”.
Regímenes diferenciales: “Con este gobierno mueren todos los regímenes diferenciales, con la excepción del sistema judicial que obviamente mantendrá intacto su régimen de privilegio. En particular irán a la carga de los regímenes de docentes e investigadores, promoviendo la fuga de cerebros mediante la quita de incentivos”.
Modificar el sistema de pensiones: “Hace rato que pulula la idea de modificar el sistema de pensiones para ir a un sistema parecido al que rige en España. Algo así: si quien es el beneficiario de la pensión es una persona joven, cobra por un tiempo limitado la pensión y luego la pierde. El tiempo de percepción de la pensión se va alargando según la edad del derechohabiente, y sólo se cobra a perpetuidad si el derechohabiente es mayor y estaba a cargo de la persona fallecida”.
Aumentar la edad jubilatoria: “Este tema siempre está latente en toda reforma. Pero cuando algo más importante se está por perder, se la utiliza como moneda de cambio. El trabajo sucio ya fue hecho con la ley de Reparación Histórica y la creación del engendro que significo la PUAM, la cual elevó la edad de las mujeres más vulnerables de 60 a 65 años”.
Modificar la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM): Hoy equivale al 80 por ciento de la jubilación mínima, con lo cual alcanza a 7447 pesos. El gobierno está pensando en disminuirla al 70 por ciento, es decir, que hoy sería de 6516 pesos.
La eliminación de las contribuciones patronales: “Tal cual ocurrió en la época de la dictadura, seguirán disminuyendo las contribuciones previsionales hasta eliminarlas por completo. Con los argumentos de siempre: generar empleo, disminuir costos laborales. Y con el objetivo también de mostrar una crisis terminal del régimen previsional que invite a irse del sistema”.
Hacia la capitalización individual
Como fue explicado, para que vuelva la capitalización individual no sería necesaria una ley al estilo de la debatida en la era menemista, ni recrear las AFJP. “Las nuevas AFJP se llamarán “seguros de retiro”, los mismos que hoy ofrecen los bancos, pero con “ventajitas”, explica Fernández Pastor. “Ya tuvimos un anticipo en diciembre, cuando el ministro de Hacienda (Nicolás Dujovne) anunció que están pensando un Decreto por el cual eximirían del pago de Ganancias los aportes que se deriven a los seguros de retiro”, señala en su Informe Ejecutivo. “Esto significa, una vez más, una prerrogativa extraordinaria para los bancos y para los que tienen ingresos superiores, exención para los que más ganan que pagará el resto de la población”.
Lo anterior se completaría con otra prerrogativa: abrir la posibilidad de que los aportes obligatorios puedan ser depositados en una cuenta de seguros de retiro. “Así, ya estarían las nuevas y aggiornadas AFJP entre nosotros. Para colmo, sin control alguno por parte del Estado”, opinó el especialista.
El nuevo sistema previsional
“Es muy poca la tarea que queda por hacerse para alcanzar el ajuste final del sistema de seguridad social, toda vez que gran parte del trabajo sucio fue hecho con la ley de Reparación Histórica”, subraya Fernández Pastor hacia el final de su informe. “Así nacerá en nuestro país el sistema de los tres pilares, promovido por la OIT y abonado por el Banco Mundial, la OCDE y la infantería del FMI”. Quedarían tres franjas de beneficiarios del sistema, ordenados de la siguiente forma:
Primer pilar: “Será no-contributivo, a imagen y semejanza de la PUAM, que pasará a pagar el 70 por ciento de la mínima, con el argumento de que esto incentivará a la formalización laboral, pavada que repetida insistentemente se convierte en verdad irrefutable”. Incluiría a todos aquellos que no completen los años de aporte, por estar desempleado o haber trabajado en negro.
Segundo pilar: “Será la actual jubilación ordinaria, con la disminución de la tasa de sustitución a menos del 35 por ciento. Pagará alrededor de la actual jubilación mínima”. Un trabajador que hubiera aportado durante 25 años sobre un salario medio actualizado de 27 mil pesos, tendría un haber jubilatorio no mayor a 9450 pesos, aproximadamente el actual haber mínimo.
Tercer pilar: “De Capitalización Individual, administrado por los bancos, a través de los llamados “seguros de retiro”, donde irán a parar los aportes de los que se conoce como “la crema de la leche” que no son otros que los que más ganan”.