La novela de Cambiemos ya es un culebrón
La cúpula de la UCR y el ala política del Gobierno vuelven a reunirse esta semana. Sigue la pulseada por el rumbo de la economía.
08/04/2019 El PaísLa cúpula de la UCR y el ala política del Gobierno vuelven a reunirse esta semana. Sigue la pulseada por el rumbo de la economía.
Esta semana promete nuevos encuentros entre la cúpula del radicalismo y el ala política del Gobierno. Ya hubo una cena reservada de los radicales con la primera línea del PRO y un desayuno con el Presidente y, si bien no quieren dar a conocer el día ni el lugar, en la Rosada indicaron a este diario que le darán continuidad al espacio de consulta a los aliados. El plan es que en el encuentro de esta semana la cúpula del radicalismo acerque sus propuestas para una reactivación económica, como les pidió la semana pasada el jefe de Gabinete, Marcos Peña. El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, metió presión para que haya cambios en el plan económico; sostuvo que es más importante que la discusión del vicepresidente radical. No obstante, la discusión está: el ministro de Defensa, Oscar Aguad, dijo que Macri debe elegir a quien le plazca, mientras que el consultor Jaime Durán Barba se mostró en contra de que el vice sea radical y varón.
La semana pasada el Gobierno buscó desactivar la expectativa de un gran encuentro entre el presidente Mauricio Macri y los gobernadores radicales del que salieran resoluciones concretas. Por eso, suspendió sin fecha el cónclave previsto, pero el jueves pasado ya se reunieron los integrantes de la cúpula radical con Peña, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. El encuentro, que tuvo lugar en un coqueto restorán frente a la Facultad de Derecho, sirvió para que sentaran las bases de lo que el ala política del Gobierno espera que sea la reedición de una mesa con los aliados que perdure durante la campaña. Allí Peña pidió propuestas para reactivar la economía y no sólo críticas. Y la cuestión de un posible vicepresidente radical –que, como adelantó este diario, el Presidente comenzó a considerar– quedó para más adelante.
La reedición de esa mesa política tiene paralelos con la crisis cambiaria y económica de 2018. Allí también se buscó crear un espacio para escuchar a los aliados, que no funcionó como se había publicitado. De hecho, uno de los integrantes de la supuesta mesa chica política, el presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, está de salida de su cargo a fin de año (y no se sabe si también de Cambiemos).
La idea de los radicales es esta semana llevar propuestas concretas para la reactivación económica y ver si tienen un efecto concreto en el rumbo del Gobierno. El gobernador de Jujuy fue el encargado ayer de señalar que es prioritario un golpe de timón: “El punto no es si el radicalismo va a ocupar o no la candidatura a vice en las elecciones. El tema es más profundo, es si va a haber la posibilidad que el Gobierno tome algunas medidas que tengan que ver con la economía real, con las economías regionales, para las pymes, con cómo se sale de la trampa mortal que es inflación con recesión y de qué modo se toma un paquete de medidas que forme parte de un plan que reactive la economía”, sostuvo el mandatario radical. Y remarcó que los números en la Convención radical –que en mayo deberá ratificar la alianza con el PRO o, como quiere un sector, apostar por la candidatura de Roberto Lavagna– están complicados. “Salvo en el tema tarifas, siempre hemos tenido una actitud responsable. La vamos a seguir teniendo, pero si no hay un golpe de timón vamos a tener una Convención muy complicada”, advirtió Morales.
La posibilidad de ruptura en la convención es el cuco al que vienen recurriendo los radicales tanto en público como en privado. Lo mismo escucharon Frigerio y Peña en la visita amigable que les hizo Enrique “Coti” Nosiglia para recordarles que la UCR está a tiempo de irse con Lavagna. Esas reuniones, hace dos semanas, se dieron con el aval de Macri e iniciaron el período de consultas con los radicales y abrieron la posibilidad del vice radical. Según publicó Clarín, el Presidente también se hizo el tiempo para desayunar con un radical al que supo tener en su mesa chica: Ernesto Sanz. Concurrió a Olivos acompañado por Jesús Rodríguez. Sanz se había alejado hace tiempo, desencantado con el rumbo del Gobierno. Además, la cúpula del radicalismo estuvo reunida con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y con el de Producción, Dante Sica.
Dentro de las figuras del macrismo, los radicales ven al dúo Larreta-Vidal como los más dialoguistas. “Vidal y Larreta también están preocupados por la situación”, acotó ayer Morales. A estos debates se suma la discusión sobre el vice. Uno de los ministros radicales de Macri salió a aportar su granito de arena en favor del PRO: “Personalmente creo que la fórmula es un problema del Presidente, el compañero debe ser una decisión de Macri. Uno puede dar concesiones, pero coincido con Elisa Carrió en que debe hacerlo el Presidente”, sostuvo Aguad. Lilita no es partidaria de un vice radical, pero hasta ahora mantiene silencio.
Por su parte, Durán Barba dejó en claro que no acompaña la idea de un vice varón y radical: “No es aconsejable que quien esté en la vicepresidencia no sea de confianza del Presidente. Macri tendrá que escoger él a alguien que sea de su confianza para ese cargo”, sostuvo en un reportaje en Perfil. No es un secreto que la compañera de fórmula de Macri debe ser, para el consultor ecuatoriano, mujer y del PRO. También dijo que si se van de Cambiemos, los radicales no tienen chance con otra candidatura: “No veo ninguna tercera candidatura que tenga chance”. Para él, es o Macri o CFK.
Desde el sector que presiona para que la Convención rompa con el PRO, el vicepresidente del Comité Nacional de la UCR Federico Storani sostuvo que “el deterioro de la figura de Macri es muy fuerte, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, y eso disminuye sus chances de ser reelecto”. Mientras, Ricardo Alfonsín lo comparó con Margaret Thatcher y sostuvo que los radicales “acompañan decisiones que no considerábamos buenas hasta 2015”.