A 40 años de la recuperación de la democracia, debemos atender las nuevas demandas de la sociedad

El diputado nacional por San Juan repasa los logros obtenidos y las deudas pendientes en este período ininterrumpido de vigencia de los derechos electorales. 

El diputado nacional por San Juan repasa los logros obtenidos y las deudas pendientes en este período ininterrumpido de vigencia de los derechos electorales.

Este año se cumplen 40 años de las elecciones que consagraron al Doctor Raúl Alfonsín como Presidente de los argentinos, dando inicio así al proceso democrático ininterrumpido más largo desde que el país elige a sus autoridades por el voto universal, dispuesto por la Ley Sáenz Peña.

La República Argentina abrazó, en 1983, el sistema democrático como la forma para dirimir quien tendría el poder, delegado por el pueblo, para conducir los destinos de la Nación, dejando atrás, de esta forma, años en los que el país se debatió entre democracias con fuerte raigambre popular, pero que no eran del agrado de los factores de poder; democracias de muy baja intensidad que duraron lo que esos factores de poder disponían y gobiernos de facto, dictaduras sangrientas, que no ahorraron balas, muertes, torturas y desapariciones de personas para imponer, mediante el terror, la ignominia de ese régimen sobre el pueblo argentino, desde el año 1976 hasta 1983, lo que constituyó un verdadero terrorismo de estado.

Evitaré referirme a las luchas y padecimientos del pueblo peronista en esos años de sangre y proscripción que van de 1955 a 1983, la historia es conocida, porque quiero reflexionar sobre la importancia de estar cumpliendo 40 años de recuperación de la democracia.

Los políticos estamos obligados a hacer un mea culpa acerca de los errores cometidos en el ejercicio de nuestro accionar, sobre todo los que tenemos actuación militante y responsabilidades institucionales, en los lugares que el pueblo nos delegó su representación.

Siempre he tenido posiciones públicas muy claras en favor de la actividad política, no de la politiquería; reivindico a la política como herramienta de transformación social, como el mejor instrumento para modificar positivamente la realidad de nuestro país y la de nuestro pueblo, sobre todo la de los sectores más vulnerables.

El país transita por 40 años de democracia recuperada e ininterrumpida y aún hay algunas materias que la política no ha sabido resolver, especialmente en lo que tiene que ver con lo social, que implica un buen desarrollo económico sostenido en el tiempo, que genere la mejor calidad de vida que nuestro pueblo necesita.

En materia de federalismo, sin dudas, la principal deuda es la falta de una Ley de Coparticipación Federal, pendiente desde la reforma de la Constitución Nacional de 1994, que ordene, de manera equitativa, la distribución de fondos que la Nación recauda, vía impuestos, entre las provincias, para evitar que haya asimetrías entre los Estados que más recaudan con los que recaudan menos.

En lo que a vivienda respecta, aún está pendiente legislar para resolver el déficit habitacional, sancionando leyes que promuevan la construcción de viviendas sociales por parte del Estado y corregir definitivamente el problema que enfrentan cientos de miles de familias que no pueden acceder a la compra de una vivienda y tienen que recurrir al alquiler, que es otro problema a solucionar.

La industria minera, clave en nuestra región, está llamada a cambiar la matriz productiva de la Argentina: la explotación minera requiere de inversión de capital y mano de obra intensiva.

En otros países, con los que competimos en mercados como el del litio, oro, cobre y otros minerales, tienen empresas públicas, que intervienen en toda la cadena de producción; por eso, no sería descabellado pensar en una Compañía Argentina de Minerales con formato de Sociedad Anónima.

Por eso, transcurridos 40 años de democracia recuperada, sepa el pueblo que no hay mesías, no hay profetas que vengan con soluciones de laboratorio de alquimistas, Argentina necesita recuperar el camino del diálogo político para construir ese país con el que soñaron, Mariano Moreno, Manuel Belgrano, San Martín, Yrigoyen, Perón, Alfonsín y Néstor Kirchner y que estamos a un paso de retomar esa senda votando a Sergio Massa el próximo 19 de noviembre.

POR JOSÉ LUIS GIOJA

Fuente: telam