Contra el atropello a la dignidad humana
Fui secuestrada por la dictadura cívico-militar con mis dos pequeños hijos. Fuimos llevados a la ESMA, ese centro clandestino que aún hoy emite el eco de los gritos, las cadenas y el dolor. Allí fui torturada. Allí esclavizaron nuestros cuerpos.
06/06/2025 OPINIÓNFui secuestrada por la dictadura cívico-militar con mis dos pequeños hijos. Fuimos llevados a la ESMA, ese centro clandestino que aún hoy emite el eco de los gritos, las cadenas y el dolor. Allí fui torturada. Allí esclavizaron nuestros cuerpos. Allí desaparecieron a mi compañero de vida, el padre de mis hijos, cuyo destino aún seguimos buscando. Sobreviví. Pero no he dejado de cargar cada día con esa ausencia y con ese pasado que sigue siendo presente.
Por eso, hoy no puedo callar ante el brutal despido de la directora del Sitio de Memoria ESMA, Mayki Gorosito, por parte del actual gobierno. No es una decisión administrativa, ni un simple cambio de gestión. Es un acto de violencia institucional, de revanchismo ideológico y, sobre todo, de odio hacia la memoria. Un odio ciego que desprecia la verdad histórica, la justicia lograda con tanto esfuerzo, y que pretende borrar los cimientos de nuestra democracia.
El Sitio ESMA es una herida abierta, convertida en testimonio. Es el lugar donde se encarna el “Nunca Más”. Bajo la dirección de Mayki Gorosito, el sitio no solo fortaleció su compromiso con los derechos humanos, sino que logró un reconocimiento histórico: ser declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Una conquista colectiva que honra a las víctimas y compromete al mundo entero a no olvidar.
Despedir a quien encarna ese trabajo sostenido, sin motivo real, es un mensaje claro: quieren vaciar el sitio de contenido, deslegitimarlo, silenciarlo. Pero no lo vamos a permitir.
Mi compromiso con la verdad sigue intacto. Soy testigo, soy memoria viva, como mis compañeros sobrevivientes. Somos resistencia y juntos seguiremos oponiéndonos al negacionismo y al cinismo del poder de turno. Mis hijos y yo no nos vamos a arrodillar ante el atropello.
Hoy levanto la voz en nombre propio, en nombre de mi compañero desaparecido, en nombre de mis hijos que crecieron con el peso de una historia arrebatada. Y digo con toda la fuerza que me queda: Repudio esta decisión. Denuncio este atropello. Exijo la restitución inmediata de la directora y el respeto irrestricto a la memoria, la verdad y la justicia.
Porque lo que se juega en el Sitio de Memoria ESMA es mucho más que una gestión. Se juega la dignidad de un país que aprendió a no olvidar. Se hará justicia
Nunca Más no es negociable.
Por Ana Soffiantini
*Rosita. Sobreviviente de la ESMA y esposa de Hugo Onofri, desaparecido en ESMA