Córdoba: Basura, el último gran contrato de la gestión Mestre

2018 fue, para la ciudad de Córdoba, el año de la basura. No porque en varios barrios la recolección de los residuos generados en las Fiestas haya tomado varios días, sino porque finalmente el intendente, Ramón Mestre, pudo adjudicar el servicio.

2018 fue, para la ciudad de Córdoba, el año de la basura. No porque en varios barrios la recolección de los residuos generados en las Fiestas haya tomado varios días, sino porque finalmente el intendente, Ramón Mestre, pudo adjudicar el servicio.

Se trata del contrato más oneroso de la Municipalidad, para el que comprometió el ocho por ciento de los egresos totales. O el nueve por ciento de los ingresos proyectados para este año.

Para Mestre, fue el cierre de un proceso muy dificultoso. Para lograr la adjudicación, optó por dividir lo que históricamente iba en conjunto, y dejó en manos de empresas municipales el barrido y la disposición final.

Para la limpieza de las calles, creó el Ente de Servicios y Obras Públicas (Esop), que –según la última redeterminación de precios– le cuesta al municipio 150 millones de pesos por mes.

Y para la disposición final, está la Corporación Intercomunal para la Gestión Sustentable de los Residuos del Área Metropolitana Córdoba (Cormecor), que aún tiene irresuelto el litigio por la ocupación de tierras para tratar los desechos.

En 2014, había declarado desierta la licitación. Y en agosto de 2017 volvió a realizar el llamado. En octubre de ese año hubo tres oferentes, y finalmente en mayo se adjudicó por ocho años y con posibilidad de prórroga de dos años más el servicio de recolección.

Logística Urbana Sociedad Anónima (Lusa) se quedó en el sur. Esta empresa ya prestaba el servicio de recolección en el norte capitalino desde marzo de 2012. Es del grupo Romero, que también es dueño de Ersa, concesionaria del transporte urbano de la ciudad.

En el área central –Centro, Nueva Córdoba y parte de Alberdi, Güemes y General Paz– quedó Solví-Caputo operando con el nombre Logística Ambiental Mediterránea (LAM). Solví es del grupo brasileño Vega, mientras que Caputo fue hasta enero de 2018 propiedad de Nicolás Caputo, un empresario muy cercano al presidente Mauricio Macri. Caputo se desprendió de su paquete accionario y hoy esa firma está controlada por la constructora TGLT, presidida por Federico Wiel.

En la zona norte quedó Urbacor: una empresa conformada por Cotreco en sociedad con Transporte Olivos SA (Tosa), firma del grupo español Urbaser. Al igual que Lusa, Cotreco estaba en Córdoba desde marzo de 2012, en las zonas sur y centro.

En el medio, hubo denuncias cruzadas entre dos de los consorcios interesados: Vega-Caputo y Tosa-Cotreco. La discusión incluso tuvo una amenaza por parte del municipio: si no se ponían de acuerdo, el Esop se haría cargo del servicio.

La intención de Mestre era que las empresas tomaran el servicio el primer día de octubre. Sin embargo, los plazos se siguieron dilatando.

Recién en septiembre se suscribieron los contratos, y se dispuso una nueva fecha de inicio de la prestación: el 1° de diciembre.

El tránsito hasta ese día no fue fácil. Noviembre arrancó con múltiples rutas sin completarse, reclamos del gremio de recolectores Surrbac a Cotreco, y de Cotreco a la Municipalidad. Finalmente, llegó diciembre y comenzó la prestación.

Arranque complicado

El arranque no fue fácil: las rutas no se completaron y los reclamos se multiplicaron, por lo que el intendente les pidió paciencia a los cordobeses y aseguró que para febrero el servicio tendría la excelencia que se prometió durante todo el proceso licitatorio.

Pero las novedades no terminaron. El municipio tuvo que otorgar un “subsidio reintegrable” a Crese para que asumiera el pago de obligaciones laborales, legales y convencionales de los trabajadores que habían sido cedidos a Cotreco desde febrero de 2012.

Fueron a 137,7 millones de pesos que supuestamente se recuperarán de las facturas que aún no se pagaron a Cotreco.

En la última semana de 2018, esa empresa anunció su salida del servicio. Traspasó su paquete accionario en Urbacor a Urbaser. Y ahora amenaza con ir a la Justicia para reclamar una deuda de 400 millones de pesos. Esa acción no se podía realizar si la firma seguía siendo prestataria del municipio.

$ 366 millones por mes

Costo por todo concepto

Los costos. LAM, Urbacor y Lusa ganaron la licitación ofertando 156 millones de pesos mensuales, pero cotizado a octubre de 2017.

En el presupuesto. En el Presupuesto de 2019 se fija que la recolección costará 2.623 millones de pesos, 216,8 millones de pesos por mes. Es el nueve por ciento de los 29,8 mil millones de pesos de ingresos corrientes, o el ocho por ciento de los 33,5 mil millones de pesos de egresos totales. Y sumando el barrido y la disposición final, la ciudad tiene previsto gastar 4.399 millones de pesos, lo que equivale a unos 366 millones de pesos mensuales. El municipio tendrá que garantizar que ese dinero se gastará para un servicio de calidad: no sólo con los camiones que recolectan la basura seis días a la semana, sino con la diferenciada funcionando, con los centros verdes a pleno y con la contenerización sumando cuadras, algo que ya comienza a verse.

Fuente: La Voz