Córdoba en situación de calle: desidia, desmanejo y desamparo

¿Qué podemos esperar de un Gobierno que mira para otro lado frente a personas que lo perdieron todo?

¿Qué podemos esperar de un Gobierno que mira para otro lado frente a personas que lo perdieron todo?

La crisis económica que vive el país repercute cada día más sobre la vida de los cordobeses. Mientras el Gobierno nacional se encarga de explicar con cifras macroeconómicas que los argentinos debemos hacer un esfuerzo, todos los días cientos de miles de familias tienen complicaciones para llegar a fin de mes. Asistimos a lo que sin dudas es un fracaso económico de este Gobierno.

La insensibilidad de la gestión de Cambiemos tiene un alto costo y no hay señales de que vaya a cambiar.

Para los cordobeses, eso no es todo: en nuestra ciudad existe un problema aun mayor. Al desmanejo del Gobierno nacional, se le suma la inacción de su socio cordobés.

Un combo perfecto de exclusión que pone en riesgo a miles de personas a las que la crisis económica dejó en la calle. Nos negamos a tolerar que el Estado municipal deje librado al abandono a cientos de cordobeses haciendo gala de su despojo frente a esta verdadera crisis humanitaria.

Según un informe de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Córdoba, en la ciudad capital el número de personas en situación de calle se incrementó, en tan sólo un año, un alarmante 28 por ciento, lo que representa que hoy casi 500 personas vivan en las calles.

Desamparo

Como concejala del bloque Unión por Córdoba, hace tiempo venimos advirtiendo esta situación al intendente, pero nuestra preocupación ha sido ignorada, y de los pedidos de informe presentados, no hemos recibido a la fecha respuesta alguna.

Es preocupante que cuando los números oficiales marcan un aumento de personas bajo la línea de pobreza e indigencia, y la propia Defensoría del Pueblo lo advierte, el Estado se retire y deje desamparadas a familias enteras sin un techo bajo el cual dormir.

Además de contar con las herramientas necesarias, la Municipalidad tiene la obligación de velar por la situación de quienes fueron expulsados a la calle. El hogar Sol de Noche fue creado con esos fines, pero en esta gestión sufrió un desfinanciamiento sin precedentes, que lo convirtió en un lugar obsoleto para afrontar esta situación, sumado a la inexistencia del plan Córdoba te Abriga, anunciado con pompas y vaciado desde su origen.

Recortes

No debe pasar inadvertido que se trata de una decisión del intendente Ramón Mestre, que mientras asigna recursos y tiempo a mandar a funcionarios por el mundo, recorta las partidas de Emergencia Social.

Al día de la fecha, ningún funcionario pudo responder cuál es plan que tiene la Municipalidad de Córdoba para dar soluciones a las personas en situación de calle.

En vano esperamos que los funcionarios municipales competentes tomen conciencia de la situación que viven aquellos que se quedan sin casas, y la crisis que indujo el Gobierno nacional los empuja a vivir situaciones infrahumanas.

Cada año, Mestre incrementa su presupuesto en publicidad e inunda las redes sociales, en un costoso intento por instalar eslóganes que son ajenos a la verdad.

Con más cinismo que vergüenza, ha intentado vender que esta ciudad es la “capital social”. Raro concepto el que tiene de la sociedad el intendente, cuando cada vez resulta más evidente que hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda (o inclusive de tercera) categoría.

Córdoba es la capital del abandono, pero ya no sólo de la infraestructura, sino que los abandonados son los propios vecinos.

Sin ir más lejos, el recorte en Desarrollo Social llega a 600 millones de pesos interanuales, como lo vemos reflejado en el presupuesto municipal.

¿Qué podemos esperar de un gobierno que mira para otro lado frente a personas que lo perdieron todo? El Estado tiene la obligación de dar soluciones a aquellos a quienes la situación económica les quita todas las posibilidades materiales de tener una vida digna.

Las prioridades de Mestre son una muestra de que la sede municipal Cambiemos cuenta con la misma insensibilidad que sus patrones nacionales. La ciudad que el radicalismo nos deja es una ciudad abandonada. Es una ciudad que la voracidad electoral del intendente reduce a su peor versión.

La “capital social” de los cordobeses está en crisis y no hay tiempo para especulaciones electorales. En los días mas fríos del año, mucha gente durmió en la calle. Es muy alto el costo del capricho de quienes la (des)gobiernan.

* Concejala de la ciudad de Córdoba (UPC)

Fuente: La Voz