Crecen las solicitudes de préstamos para comer o pagar otras deudas contraídas

La inflación golpea los bolsillos y la caída del poder adquisitivo empujó a muchas familias a pedir préstamos para afrontar gastos cotidianos

La inflación golpea los bolsillos y la caída del poder adquisitivo empujó a muchas familias a pedir préstamos para afrontar gastos cotidianos

El nivel de endeudamiento en numerosos hogares argentinos viene creciendo exponencialmente en los últimos meses, ya que muchas familias recurren no solo a financiar sus compras cotidianas con tarjetas de crédito, sino que acuden a préstamos personales para afrontar gastos corrientes o afrontar compromisos contraídos con anterioridad, debido a que sus ingresos no les alcanzan para cubrirlos.

Es habitual que esta tendencia crezca en el último trimestre del año, y sobre todo este mes, cuando suele aumentar el nivel de gasto previo a las Fiestas. “En los meses de octubre, noviembre y diciembre, empieza a crecer la cantidad de solicitudes, hablando en líneas generales. Desde el Día de la Madre para adelante es como que se suelta un poco la situación y después de esa fecha ya vienen las Fiestas, vienen los regalos”, comentó a UNO Manuel Quintana, presidente de la mutual CreSer, quien analizó la situación financiera general que vive actualmente la Argentina.

Al margen de estos gastos puntuales, también el grueso de las solicitudes tienen destinos que son comunes para la mayoría. Al respecto, Quintana señaló: “Desde hace mucho tiempo más personas vienen pidiendo préstamos porque necesitan el efectivo para pagar deudas o para comer. Cuando charlo con ellas, muchas coinciden en esto, en que precisan la plata para ir al supermercado, o para pagar la tarjeta. Porque muchos se endeudan pagando el mínimo y es terrible la tasa de interés que les cobran después: está 200% la tasa de interés efectiva mensual, o sea que es un 17% mensual, y terminan pagando más del doble de su deuda”.

Por otra parte, observó que si bien crecen en cantidad las solicitudes de préstamos, el inconveniente con el que se encuentran quienes gestionan un crédito es que por su alto nivel de endeudamiento ya no tienen margen para contraer uno nuevo: “No sé si se incrementan en cuanto a los montos los pedidos de préstamos, pero si en volumen. Y esto se explica porque el nivel de endeudamiento de mucha gente está al límite, otros inclusive lo han superado y no puede sacar más créditos porque las entidades financieras no se los otorgan”, manifestó al respecto.

Esto explica que, aunque haya más solicitudes, producto de la necesidad de llegar a fin de mes o de hacer frente a otras deudas contraídas con anterioridad, el nivel de otorgamiento de nuevos créditos, sobre todo en los bancos, viene cayendo: ocurre que hay menor límite disponible y menos personas califican para acceder a uno, pero a la par las altas tasas de interés influyen en el saldo: ante el incremento del interés a pagar, menor es el capital del préstamo a otorgar.

En este marco, Quintana refirió: “Esto pasa también con todas las tarjetas de crédito. Han ido restringiendo los límites, y si alguien les pide al banco un aumento del límite de su tarjeta, seguramente no se lo van a dar hoy en día, por la cuestión inflacionaria y porque cada vez se está más endeudado”.

“Uno necesita endeudarse porque la inflación le está comiendo sus ingresos, pero su sueldo y su poder adquisitivo, en líneas generales, va perdiendo puntos. Y en esto las tarjetas restringen los aumentos de límites en este contexto, porque no quieren incrementar la morosidad, que en este momento está en un 7% o un 8%”, añadió.

También evaluó: “Hay más gastos y la gente se endeuda no como quiere sino como puede, sacando lo que tiene disponible hoy en día. Por ejemplo, viene alguien a mi oficina y saca un préstamo de 5.000, 10.000, o 15.000 pesos. Pero después va a otro lado y saca 5.000 pesos más. A todo esto lo va generando la inflación, que es el gran problema en la actualidad en el país”.

Acto seguido, aseguró: “Muchos solo se fijan que les alcance para pagar el importe de la cuota, pero no evalúan cuánto es lo que van a terminar abonando con los intereses. Uno les informa que se les puede otorgar un nuevo préstamo, y enseguida preguntan donde tienen que firmar, sin contemplar estos aspectos”.

Por último reflexionó que esta situación se va a seguir replicando ante este contexto económico, y mucha gente continuará comprometiendo sus futuros ingresos con más deudas. Y no parta darse un gusto, arreglar la casa o cambiar el auto, como años atrás, sino porque no les alcanza.

Si bien sacar un préstamo es una opción que hoy solo genera más deudas y no es conveniente por las altas tasas de interés que cobran hoy los bancos y otros sistemas financieros, que engrosan el saldo a pagar, termina siendo una alternativa que consideran viable para salir del paso, con la expectativa de mejorar su condición económica a futuro y poder cancelar las cuotas pendientes. Pero el alivio al bolsillo es solo momentánea, y las deudas terminan engrosando el problema.

“Se debilita la responsabilidad de pago”
La suba de tasas que viene aplicando el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para incentivar la inversión en los plazos fijos, impacta por otro lado en un aumento del interés que termina pagando quien contrae un préstamo o financia una tarjeta. “Con un 100% de inflación anual, y una tasa de interés del 75% anual, o un 6,25% mensual que el banco paga por un plazo fijo, la tasa que se le cobra a quien saca un préstamo termina siendo muy elevada”, señaló a UNO Manuel Quintana.

En este marco, evaluó: “Como consumidor de crédito, mínimo voy a pagar entre un 10% y un 15% mensual de préstamo. Es un promedio de unos 180% más de interés anual. Es mucho el interés y se lleva gran parte de los ingresos de quien toma un préstamo”, advirtió.

Por último, comentó que toda esta situación termina generando además “un debilitamiento en la responsabilidad de muchos en el pago, y se incrementa la morosidad”.

Fuente: Uno