Economía verde como palanca al desarrollo

La producción y el consumo de energías renovables, vehículos eléctricos e hidrógeno verde crecen entre las potencias. Cuál es la situación de Argentina.

La producción y el consumo de energías renovables, vehículos eléctricos e hidrógeno verde crecen entre las potencias. Cuál es la situación de Argentina.

¿Cómo hacer que el compromiso público que manifestó el país en términos de reducción de las emisiones de carbono no sea un lastre sino una palanca para el desarrollo nacional? Esta pregunta busca responder un grupo de investigadores en el artículo “Políticas de Desarrollo Productivo Verde para la Argentina” publicado por el think tank local Fund.ar. El trabajo advierte que para cumplir con el reciente objetivo declarado por Alberto Fernández de no sobrepasar la emisión neta de 359 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (MtCO2e) en 2030 el país “requerirá de grandes esfuerzos y de cambios disruptivos, sobre todo en el sector de energía, que es el responsable del 53 por ciento de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero”.

Los autores, Tomás Bril Mascarenhas, Verónica Gutman, María Belén Lourenco, Lucía Pezzarini, Gabriel Palazzo y María Victoria Anauati, por un lado plantean que hay un grupo de empresas que reflejan que el país “tendría ciertas capacidades productivas dentro de la cadena de valor eólica, nichos innovadores en el sector automotriz que podrían contribuir en la transición hacia la movilidad eléctrica y experiencias pioneras en el incipiente sector del hidrógeno”.

Sin embargo, también advierten que se repite el dilema de siempre: apostar a la industria local a pesar de los mayores costos en el corto plazo o abandonar la estrategia de desarrollo nacional y avanzar más rápidamente en la adquisición de tecnología verde. La segunda opción fue la elegida por el gobierno de Mauricio Macri. En el caso de la administración actual, todavía no hay grandes avances concretos en la materia así que se desconoce su postura de fondo. Por otro lado, uno de los principales desafíos es saltear la barrera en el acceso al financiamiento que complica en general cualquier proyecto de inversión en el país.

La agenda ambiental no solo es relevante a la hora de evitar grandes desequilibrios climáticos dentro de algunas décadas sino que tiene cada vez mayor incidencia en la propia agenda de desarrollo, porque abarca a un grupo de segmentos de mercado usualmente de altísimo valor agregado y desarrollo tecnológico en donde empresas y países compiten para ganarse un lugar. El artículo ofrece algunos ejemplos en los tres terrenos más importantes de la agenda industrial medioambiental: energías renovables, movilidad eléctrica e hidrógeno verde.

Alemania. Las energías renovables explicaron en 2018 el 38 por ciento de la generación de electricidad y se planea una participación del 65 por ciento en 2030. A partir de un fuerte paquete nacional de estímulo, las firmas alemanas del sector eólico Enercon, Nordex Acciona y Senvion se ubican entre los principales 15 proveedores de aerogeneradores a nivel mundial. En cambio, en el sector solar hubo experiencias fallidas al no lograr competir con la emergencia de China como factoría a enorme escala.

En autos eléctricos (EV), Alemania posee en la actualidad la sexta flota más grande del mundo. Solo en 2019, el mercado alemán de EV creció un 60 por ciento y se constituyó en el principal a nivel europeo. Alemania es el principal exportador de vehículos híbridos eléctricos enchufables y el segundo mayor exportador de vehículos eléctricos a batería. Dos de las firmas con mayores ventas de EV a nivel global –BMW y Volkswagen– son alemanas. En cuanto al hidrógeno verde, de los 130 mil millones de euros que componen el paquete alemán de estímulo fiscal para afrontar la pandemia anunciado en junio de 2020, unos 9 mil millones –alrededor del 7 por ciento– se destinaron a la expansión de esta fuente energética.

Estados Unidos. En 2019, el 11 por ciento del consumo energético total provino de biocombustibles y de energías geotérmica, solar y eólica, mientras que el 17 por ciento de la generación de electricidad provino de fuentes renovables. En 2016, GE Wind (subsidiaria de General Electric) fue la segunda empresa con mayores ventas de molinos de viento a nivel mundial, solo superada por la danesa Vestas. En el segmento de energía solar se destaca el caso de First Solar, empresa líder en el mercado doméstico en cuanto a ventas de paneles y una de las mayores productoras a nivel global.

Por otro lado, EE.UU. concentra el 20 por ciento de la flota mundial de EV y el 9 por ciento de las estaciones públicas de recarga. Es además el principal exportador de EV a partir del crecimiento de Tesla, la empresa con mayores ventas de EV a nivel mundial.

China. “Mientras en 2005 la generación de electricidad en China en base a nuevas energías renovables era 14 veces menor que en Alemania, en 2018 esa relación pasó a ser de 3 a 1 en favor de China”, grafica el trabajo. China cuenta en la actualidad con 70 fabricantes locales de turbinas eólicas, ocho de las cuales conforman el top 15 de los principales proveedores a nivel mundial (Goldwind, Envision, Minyang, United Power, Sewind, Windey, CSIC Haizhuang y XEMC). Sin embargo, cuando se excluyen del cálculo las ventas en el mercado doméstico chino, solo Goldwind está entre las diez principales empresas en 2018. Además, en 2008 China se convirtió en el mayor productor a nivel mundial de paneles fotovoltaicos. En movilidad eléctrica, las tres empresas que le siguen a Tesla en el ranking de mayores ventas mundiales son chinas.

La situación en Argentina
Eólico. El país pasó de tener una capacidad instalada prácticamente nula en 2015 a 2.620 MW de energía eólica y 760 MW de energía solar en diciembre de 2020, un promedio de alrededor del 9 por ciento del abastecimiento de la demanda total. “Sin embargo, desde 2019 no ha habido nuevas convocatorias y no existe información pública sobre próximas aperturas de licitaciones ni respecto de eventuales nuevos programas de incentivos. Sin programas específicos de estímulo es baja la probabilidad de alcanzar los objetivos del 25 por ciento en la participación de renovables establecidos para 2025”, advierten los autores. Argentina es uno de los países con mayor potencial eólico a nivel mundial.

Si se mira a la industria nacional, “existen fabricantes nacionales en múltiples eslabones de la cadena, desde generadores hasta estructuras metálicas y torres, así como un cluster que nuclea a más de 75 empresas de capital nacional. En cuanto a los aerogeneradores, hay tres desarrolladores importantes: IMPSA Wind y NRG Patagonia, quienes ya cuentan con equipos de alta potencia instalados y certificados, e INVAP, que ha desarrollado un aerogenerador de alta potencia pero hasta el momento solo ha instalado equipos de menor tamaño. El principal desafío en este segmento se asocia con los bajos costos de los aerogeneradores importados desde China”, dice el trabajo.

“Como en tantas otras oportunidades, el debate de fondo es si la Argentina debiera estimular la producción local de aerogeneradores, incluso si ello encarece los precios de los equipos y ralentiza la adopción de estas tecnologías, o si solo se debiera impulsar el crecimiento de sectores potencialmente competitivos a nivel internacional y, en paralelo, desarrollar capacidades locales para la instalación, el mantenimiento y los servicios asociados al ensamblado de productos importados”, plantean los investigadores.

Solar. Son pocas las empresas que ensamblan paneles fotovoltaicos importados y no existen plantas que integren la totalidad del proceso. Aun así, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) desarrolló paneles de forma completa a escala piloto y el gobierno de San Juan está construyendo una planta de fabricación de paneles solares. “Esto quiere decir que el desarrollo de la industria solar en la Argentina se encuentra actualmente en etapa de experimentación. La principal limitación reside en que se precisa una escala de producción mucho mayor para que la integración vertical resulte económicamente rentable y el principal desafío, también en este segmento, es la competencia china”, indica el artículo.

Movilidad eléctrica. “Algunos especialistas destacan la oportunidad de electrificar, sobre todo, el segmento de las pickups debido a la especialización actual nacional en la producción de este tipo de vehículos y a la inserción exportadora diversificada en este nicho”, dicen los autores. Destacan algunas experiencias locales en el desarrollo de EV «como Sero Electric en provincia de Buenos Aires y Volt Motors, de Córdoba, que han desarrollado vehículos comerciales ligeros con homologación para circular, así como el caso de E-Motion del Grupo Basso y ciertos proyectos potenciales como Coradir en San Luis”.

Hidrogeno verde. “El sistema de ciencia y tecnología argentino viene impulsando desde hace varios años la I+D en hidrógeno con un rol clave de agencias como el CONICET y la CNEA, así como empresas asociadas al sector público como INVAP e YPF. Sin embargo, los avances concretos del país en este sector son limitados. Cabe subrayar la experiencia de Hychico en la provincia de Chubut, que desde 2009 mantiene activa una planta dedicada por completo a producir hidrógeno verde”.

Fuente: Página 12