El dato sobre el número de inquilinos y la utopía de la casa propia
La falta de políticas públicas sumado a la crisis económica y los altos niveles de inflación hacen que el acceso a la vivienda para muchos argentinos sea una odisea.
11/05/2023 El PaísLa falta de políticas públicas sumado a la crisis económica y los altos niveles de inflación hacen que el acceso a la vivienda para muchos argentinos sea una odisea.
El acceso a la casa propia es uno de los desafíos que ni el gobierno actual ni las anteriores gestiones pudieron atender. La falta de políticas públicas para disminuir el déficit habitacional y la existencia de una legislación que no resuelve los problemas de fondo sino que los acrecienta, hace que miles de argentinos vean el sueño de transformarse en propietarios como una utopía.
El déficit habitacional es un problema que vienen arrastrando los gobiernos de las últimas décadas pero en un contexto de crisis económica, el problema se profundiza y las soluciones no se vislumbran en el corto ni mediano plazo. La problemática habitacional afecta fundamentalmente a los estratos medios y bajos de la población que son cada vez más amplios en el marco de la crisis económica que vive nuestro país desde hace años.
El último informe que contiene los Indicadores de condiciones de vida de los hogares en Argentina da cuenta de una disminución en el porcentaje de argentinos que son propietarios de sus viviendas en relación a los años anteriores y en consecuencia, un aumento de los inquilinos.
Si se tienen en cuenta los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), desde el 2016, hay un aumento sostenido del porcentaje de inquilinos que pasó de un 17,7% a un 20,7 % en el segundo semestre del 2022. Dentro de la categoría de ocupantes, se incluyen aquellos ocupantes por pago de impuestos o expensas, los ocupantes gratuitos con permiso y los ocupantes de hecho (sin permiso); en conjunto, representan el 9,8% del total de hogares.
En el caso de los argentinos que son propietarios de las viviendas donde habitan, el dato es inverso y da cuenta de una disminución ya que el porcentaje en el 2016 era de 67,3% mientras que en el 2022 fue del 60,9%.
Los porcentajes registrados anualmente dan cuenta de un fenómeno que tiene como protagonistas a millones de argentinos que mes a mes se encuentran con una dificultad cada vez mayor. Si bien en las últimas décadas, las provincias han adaptado las políticas públicas de vivienda a sus presupuestos locales para dar respuesta al déficit habitacional, en algunos casos, los procesos de urbanización fueron poco sostenibles resultando en mayores desigualdades y acrecentando las diferencias entre los sectores que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad.
Alquileres, inflación y una solución que no llega
El fenómeno de «inquilinización» que se observa en nuestro país avanza de forma sostenida y la situación de los inquilinos se agrava cada vez más ya que, a los altos costos de los inmuebles, se suma el número cada vez más escaso de propiedades existentes en el mercado destinadas al alquiler en Argentina y una inflación mensual que se mantiene en alza.
El nivel general del Índice de precios al consumidor registró una suba mensual de 7,7% en marzo de 2023, y acumuló en el primer trimestre del año una variación de 21,7% mientras que en la comparación interanual, el incremento alcanzó el 104,3%. A eso hay que sumar que, en abril el incremento de los alquileres fue del 92% mientras que los inquilinos que hayan firmado su contrato en mayo del 2022 pagarán el próximo mes un aumento cercano al 96%.
En ese contexto, los inquilinos se encuentran inmersos en un sistema plagado de condiciones desfavorables, con un Estado ausente y sin expectativas de cambiar su condición en el corto y mediano plazo.
El acceso a la vivienda propia se transformó en un sueño difícil de realizar para los argentinos y, a pesar de que algunos accedieron a través del sistema de crédito UVA para la compra de vivienda, en la actualidad muchos se vieron obligados a recurrir a la justicia para que intervenga en las condiciones de los contratos con los bancos.