El extraño raid de Vicentin: crecimiento explosivo con fondos públicos y default
La exportadora cerealera saltó del puesto 19 al 6 entre las empresas que más facturan bajo la gestión de Macri. Se endeudó con el Nación por 350 millones de dólares, nunca pagó y se declaró en default el 6 de diciembre.
24/01/2020 El PaísLa exportadora cerealera saltó del puesto 19 al 6 entre las empresas que más facturan bajo la gestión de Macri. Se endeudó con el Nación por 350 millones de dólares, nunca pagó y se declaró en default el 6 de diciembre.
La situación de la firma Vicentin, una de las mayores agroexportadoras del país, presentan tantas aristas contradictorias como sospechas sobre cuáles fueron los móviles de la maniobra que la llevaron a la actual situación. Desde el 6 de diciembre pasado, apenas un fin de semana antes de que asumiera el actual gobierno, se declaró en cesación de pagos acumulando una deuda que rondaría los mil millones de dólares. Su principal acreedor es el Banco de la Nación Argentina, con el que acumuló compromisos por unos 350 millones de dólares, cifra que supera largamente los límites que establece la normativa bancaria y que representa más del 20 por ciento del patrimonio computable de la entidad oficial. Vicentin, a través de la propia firma, de otras firmas vinculadas y de sus propios dueños, aparece como un aportante principalísimo a la campaña por la reelección de Mauricio Macri de octubre de 2019. Junto a la decisión de dejar de pagar sus deudas, los dueños de Vicentin pusieron en marcha negociaciones para vender sus plantas, operación que debía ser precedida por la aprobación de un plan de pagos de su deuda con una fuerte quita. Vicentin llega a esta situación despues de cuatro años de crecimiento vertiginoso, que la llevaron del puesto 19 en el ranking de las empresas que más facturaban en el país en 2015 (cuarta entre las cerealeras), al lugar número 6 en el ránking de 2018 (primera en su rubro, dejando atrás a Cargill, entre otras). ¿Fue una decisión política defoltear justo con el cambio de gobierno? ¿Buscaban transferir la empresa dejando un tendal de deuda no pagada con el Banco Nación como principal perjudicado? Son sólo algunos aspectos de una historia tan turbia como los intereses de quienes la pueden haber armado, una historia que apenas empieza a ver la luz.
El origen del crédito del Banco Nación a la firma Vicentín es la prefinanciación de exportaciones. Esto es, un adelanto en dólares que la firma utiliza para financiar sus operaciones (compra, acopio, traslado y procesamiento del cereal) hasta que cobra las exportaciones. En ese momento, cancela el crédito con el banco. Lo que sucedió en los últimos años, bajo la gestión de Javier González Fraga, que que Vicentín dejó de pagar el préstamo, y lo mantenía pendiente hasta la nueva campaña, pudiendo incluso ampliarlo. Por qué se le permitía operar de ese modo arbitrario a la empresa, es una pregunta que debería responder el ex presidente del Nación, quien sin embargo pese a lo inusual de semejante autorización, no aparece en ningún documento de la entidad oficial tomando parte en el asunto ni llevando su tratamiento al Directorio. Las únicas firmas que aparecen autorizando la operación son de funcionarios de nivel gerencial.
Las actuales autoridades del Banco, que encabeza Eduardo Hecker, ya abrieron sumario sobre los funcionarios de línea que viabilizaron la operatoria, que permitió que el monto de la deuda de Vicentín con la entidad se elevara hasta una cifra que se acerca a los 350 millones de dólares, según fuentes de la propia entidad. «La empresa argumentó stress financiero para declararse en cesación de pagos, pero de los balances no surge que tenga dificultades para cumplir sus compromisos, el 83 por ciento de sus ventas son en dólares, aumentó sus ventas año tras año y escaló en el ranking de la cúpula empresaria», explicó Claudio Lozano, recientemente incorporado como director a la conducción del Banco Nación, a este diario.
«El Banco ya tomó la decisión de bajar la calificación de crédito de Vicentín a Situación 4 (la anteúltima categoría, antes de «Irrecuperable», la 5) y hemos hecho las previsiones para que la entidad pueda afrontar un eventual impago; pero vamos a intentar recuperar el crédito», señaló el economista y ex diputado nacional. «El dinero es recuperable, porque la situación de la empresa le permitiría pagar, pero estamos ante una maniobra compleja, fraudulenta si se demostrara que hubo otras intenciones por las cuales se decidió no pagarle al Banco Nación», agregó.
La llamativa operación de Vicentin ya había sido advertida, por lo irregular, por el propio Banco Central, que por nota reclamó en más de una oportunidad si había autorización del Directorio para semejante flexibilidad, según consta en los legajos del Nación. González Fraga jamás dejó asentada su autorización, pero se sospecha de un circuito político de decisión que actuaba en favor de la empresa de Alberto Padoan, dueño de la cerealera y muy allegado a Mauricio Macri. Padoan, por sí mismo y a través de algunas de sus empresas, realizó importantes aportes a la campaña de reelección de Macri.
Vicentin se declaró en cesación de pagos en diciembre con una deuda de más de mil millones de dólares, la mitad con acreedores del exterior, según expresaron sus autoridades. Localmente, tiene deudas financieras y comerciales. Estas últimas, con productores, acopiadores y cooperativas, principalmente. Al Banco Nación dejó de pagarle en agosto, después de las PASO. A sus acreedores comerciales el 6 de diciembre, casi con el cambio de gobierno. La coincidencia con el calendario electoral no sería casual.
Con respecto a la deuda bancaria, el Nación, con una cifra estimada en 18.500 millones de pesos, representa el 78 por ciento. El resto se reparte entre el Provincia de Buenos Aires (1600 millones), Hipotecario (700), Macro (500) y ocho entidades más por cifras inferiores.
Vicentin cuenta con dos plantas en Santa Fe (San Lorenzo y Ricardone) con 800 empleados, hoy cerradas. Controla otras 15 firmas en el país, incluido una terminal portuaria en San Lorenzo. Y tiene una asociación estratégica con la suiza Glencore, con la que comparte la firma Renova, que produce biodiesel. En más de una oportunidad, se presumió que Glencore sería la destinataria del cambio de propiedad de Vicentin. Tanto las liquidaciones de los dólares originadas en sus exportaciones como las trasferencias de dividendos a sus socios de Suiza y Paraguay son motivo de análisis por las autoridades.