Entidades de San Francisco se unen y diseñan plan ambiental que incluye separación de residuos urbanos

Pese a proyectos aislados en algunos barrios, no se clasifica la basura y su disposición final no es la más adecuada.

Pese a proyectos aislados en algunos barrios, no se clasifica la basura y su disposición final no es la más adecuada. Varias instituciones y profesionales elaboraron un proyecto con información concreta y efectiva, sustentable en el tiempo, el que quieren llevarle a García Aresca.Aseguran que con un esquema de recolección que funcione, no puede ser tan complicado ponerlo en marcha. «Es un trabajo muy completo, no se está improvisando en absoluto», afirman.

El destino de los residuos que generan los vecinos es uno de los problemas más serios y acuciantes para cualquier municipio. Y San Francisco no es la excepción. Los costos de recolección y disposición, el impacto ambiental y la cuestión de la salud pública obligan a un exhaustivo análisis acerca de los procedimientos que deben llevarse adelante en esta materia.

En nuestra ciudad todavía estamos lejos de las mejores prácticas. Lo que se recicla es una ínfima porción de la enorme cantidad de basura que se genera. Aun así, la cuestión parece formar parte de las prioridades de un sector de la sociedad que vuelve a poner sobre la mesa la problemática del tratamiento de la basura.

En los últimos seis meses, un grupo de entidades e instituciones locales están trabajando en torno a la problemática del tratamiento de los residuos urbanos. Ya elaboraron un plan director de gestión y quieren presentárselo a las autoridades municipales. También, tomaron contacto con el Banco Interamericano de Desarrollo para un posible financiamiento.

Entre otros, participan del proyecto el Colegio de Ingenieros Especialistas de San Francisco, el Centro Empresarial y de Servicios (CES), la Asociación para el Medio Ambiente y su Dinámica (Amad), Cáritas, Cooperativa La Virgencita, representantes de diferentes centros vecinales y miembros de la comunidad universitaria. Conformaron el Grupo de Trabajo sobre Residuos Sólidos Urbanos.

Preocupación y propuesta
El objetivo de este grupo multidisciplinario apunta a generar acciones que abarquen diferentes ámbitos como el social, ambiental, de salud, etc.

Para ello, en todo este tiempo llevaron a cabo reuniones entre sus miembros quienes se fueron interiorizando sobre la problemática que afecta a San Francisco.

Paralelamente, fueron trabajando en el armado de una propuesta basada en un plan director de gestión de residuos sólidos urbanos (RSU) que pretende interesar a las autoridades municipales para que sean éstas las que comiencen a delinear políticas públicas al respecto, sostenibles en el tiempo.

La iniciativa obedece a la intención de plantear una propuesta de colaboración respecto a la necesidad de que sea llevada adelante una adecuada gestión integral de RSU que contemple a la población de San Francisco, presentando una propuesta de un Plan de Gestión Sistemático de Tratamiento de los RSU desde su generación hasta su disposición final, a partir de variados criterios con el fin de lograr «un ambiente más sano, equilibrado, social y solidariamente responsable, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes».

Como una de las primeras acciones, se solicitó una audiencia al intendente Ignacio García Aresca para hacer llegar su inquietud. El plan director de separación diferencial de residuos sólidos urbanos propone la implementación de diferentes fases: análisis de la situación; previsiones de evolución; evaluación y desarrollo de alternativas; sistemas de implementación y remediación de impactos existentes.

Beneficios y política de Estado
Entre los beneficios que plantea el proyecto, se contemplan los siguientes: sanitarios, disminuyendo significativamente los riesgos para la salud tanto de los generadores como de los recolectores o cirujas; ambientales, porque modifica y mejora una condición ambiental muy deteriorada; económicos y sociales, porque requiere de mano de obra formal generando empleos y obtiene además saldos positivos en lo atinente a la clasificación y comercialización para su reciclado de la fracción útil.

Además, establece el cumplimiento de requisitos legales nacionales, provinciales y otros y la posibilidad de generar una normativa legal local.

El plan diseñado plantea asimismo la vinculación con el municipio a través de diferentes instituciones y colaboradores interesados en la temática y fijar metas que sirvan para alcanzar el propósito del objetivo general bajo el acompañamiento de un sistema de gestión que sea sustentable en el tiempo.

Los impulsores de la iniciativa buscan que la gestión integral de los residuos domiciliarios sea considerada «una política de Estado a través del paso del tiempo y de las diferentes gestiones municipales».

En 2019, estadísticas de Ashira revelaban que los sanfrancisqueños generamos 1.200 toneladas de residuos al mes. Y muy poco hacemos para separar la basura en los domicilios.

Consideran que hay que «fortalecer institucionalmente al municipio en la aplicación de una adecuada política pública de gestión de RSU». Y para una mayor eficiencia, proponen «programas de educación y concientización, y de mejora de los servicios que componen la gestión integral».

En ese sentido, sostienen que será importante «generar propuestas técnicas y tecnológicas para remediar problemas de manejo y disposición inadecuada de RSU que pueden causar impactos de contaminación al medio natural y degradación de ecosistemas».

Organizar la recolección informal
Los recuperadores urbanos forman parte del engranaje de la gestión de las acciones para el tratamiento de los RSU. «El objetivo es lograr que dichos recuperadores, agrupados en cooperativas o aquellos que lo hacen de modo individual, realicen su trabajo en forma digna, decente y garantizando sus plenos derechos», afirman.

Para ello, «es importante sumarlos en la cadena de valor de la gestión de RSU y brindar una política pública activa municipal a fin de salvaguardar sus derechos. Este proyecto plantea que no considerar a estos actores en un programa de gestión integrada de residuos sería un error, ya que ellos conocen en profundidad la problemática y son los principales abastecedores del mercado de materiales reciclables».

Asimismo, «al realizar la recolección de reciclables previo a la recolección que efectúan los camiones que prestan el servicio oficial, reducen los costos de la limpieza pública».

El proyecto insta a estimular la asociación de los recuperadores urbanos de residuos mediante el accionar cooperativo, brindando capacitación, información, materiales higiénicos y de saneamiento, entre otros.

Gestión de pilas y baterías
Aunque las pilas agotadas constituyen un bajo porcentaje de la composición de los RSU son, junto a los residuos de los aparatos eléctricos y electrónicos, la corriente con mayor aporte de compuestos con características de peligrosidad.

Los ácidos, álcalis, sales y metales pesados como el mercurio, cadmio, níquel, litio, cinc, manganeso y plomo, hacen que resulten riesgosas para la salud y el ambiente en general frente a una inadecuada gestión de los mismos.

Precisamente, el proyecto contempla la necesidad de que «la municipalidad ponga en marcha medidas de gestión, a corto plazo, sobre el tratamiento de pilas y disponer de los recursos, infraestructura y normativa necesarios para prevenir o minimizar la generación de estos residuos».

Podría empezar haciendo una recolección diferenciada para su reciclado y procesos de recuperación, tratamiento y disposición final, evitando en la mayor medida posible, la eliminación de las pilas y baterías agotadas en el flujo de residuos urbanos.

Financiamiento y gestiones ante el BID
El Colegio de Ingenieros Especialistas de Córdoba (Ciec) seccional San Francisco es una de las instituciones que participó activamente en la elaboración del proyecto e integra la agrupación autora.

El presidente de la entidad colegiada, José Luis Daga, defendió la propuesta y aseguró a LA VOZ DE SAN JUSTO que la misma «tiende a contribuir con una problemática con características especiales».

Igualmente, resaltó que una de las mayores ventajas que tiene este proyecto, además de cuidar el medio ambiente, es que «tiene un gran componente social» a partir de la separación en origen. «Gran parte de esta tarea requiere de un fuerte consenso de la comunidad».

«Ya estamos trabajando en asegurar fuentes de financiamiento -adelantó Daga-. Hemos tenido contacto con autoridades del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)», aunque aclaró que para que esas gestiones prosperen, «tienen que estar lideradas por la municipalidad».

«Queremos tener un encuentro con el intendente García Aresca para interiorizarlo sobre este trabajo que llevamos a cabo este grupo de instituciones y para eso le hemos elevado un pedido de audiencia hace 15 días y estamos a la espera de una respuesta para poder explicar los lineamientos de este trabajo», confirmó Daga.

Con apoyo del comercio
Daga resaltó el aporte que realizó en esta iniciativa el Centro Empresarial y de Servicios (CES).

Al respecto, comentó que «el año pasado comenzamos a avanzar junto al CES en diferentes temas que hacen a la problemática social. En este momento, el problema de los residuos muestra que San Francisco está muy retrasado si nos comparamos con otras ciudades como Río Cuarto o Villa María e incluso con otros pueblos más pequeños de nuestra región como el caso de Devoto o Alicia».

Este es «un trabajo muy completo sobre el cual no se está improvisando en absoluto», dijo el ingeniero ya que con el mismo se apuesta a «reordenar el sistema de recolección de residuos sólidos urbanos en la ciudad evitando al máximo posible el enterramiento y en su lugar se potencia la clasificación y posterior separación de residuos comenzando en el lugar de origen. Si se logra esto, tenemos gran parte del problema resuelto porque hay muy buena voluntad para hacer una recolección diferenciada, pero llegamos a un punto donde necesitamos que el municipio tome cartas en el asunto y a partir de allí ayudemos entre todos».

Daga destacó el trabajo que lleva adelante la Cooperativa La Virgencita, con la recolección y tratamiento de cartones y papeles a lo que se suma la producción de compost. «Queremos poner en marcha la instalación de una planta de compost para el tratamiento de residuos orgánicos» con el objetivo de darle un destino ecológico a estos elementos que, de otra manera, terminan en el basural.

Con todo esto, «pretendemos que en el relleno sanitario se entierre solo un 15 % de la totalidad de los residuos que se generan, lo que reduciría notoriamente la contaminación y generaría más recursos para muchos que trabajan en torno a la transformación de residuos reutilizables».

Intentos que no prosperaron
En San Francisco hubo tibios intentos por mejorar el tratamiento final de los residuos sólidos urbanos, aunque hasta el momento todo ha quedado en la nada.

En la década del ’80 se intentó concientizar a la población acerca de la importancia de la separación de residuos en el domicilio. Sin embargo, esto no tuvo el resultado deseado y con el transcurso del tiempo la idea fue perdiendo fuerza hasta que finalmente se terminó desvaneciendo. La prueba más evidente de ello se puede advertir en algunas calcomanías que aún permanecen adheridas en las puertas de algunas viviendas exhibiendo el modelo de bolsas verdes (para los residuos inorgánicos) y rojas (para los orgánicos).

El logro más destacado en este sentido se dio en el año 1995, cuando la municipalidad puso en marcha el relleno sanitario, ubicado en la zona de Monte Redondo, a través del cual se reemplazó al anterior basural municipal ubicado en el sector sur de la ciudad que hasta ese momento era considerado un foco de contaminación en pleno casco urbano.

Todo funcionó bien allí durante los primeros años. A finales de la década de los noventa se abandonó el buen trabajo que se venía haciendo y no prosperaron las soluciones o intenciones anunciadas desde ese entonces. Con el correr del tiempo, las celdas de enterramiento se fueron completando de residuos y el predio terminó transformándose nuevamente en un basural a cielo abierto. El mismo suele convertirse en foco de incendios que se generan por la quema de basura.

En diciembre de 2012, se celebró la firma de un acuerdo marco entre la municipalidad y el gobierno de la Nación para el financiamiento de la instalación de una planta de reciclado de residuos sólidos urbanos en el predio del ex relleno sanitario. Se dijo que este anuncio se había «constituido en una de las novedades más significativas» de ese año.

Se agregó que «de concretarse el convenio se pondría en marcha una modificación trascendente en el tratamiento de los residuos que se originan en nuestra ciudad y comenzaría a ponerse punto final a una situación triste y degradante que viene de años

El acuerdo contemplaba la incorporación de máquinas especiales para separar los residuos sólidos según su tipología. El objetivo final, luego de pasar por varias etapas, sería la generación de gas a partir de la basura producida en la ciudad. Desafortunadamente, no hubo luego mayores novedades ni anuncios sobre este tema. Tampoco la ciudadanía modificó sus hábitos a la hora de «sacar la basura».

Fuente: La Voz de San Justo