Familias aisladas desde hace más de un mes en campos de Ucacha
10/03/2014 CONTINGENCIAS
El agua sigue rodeando la zona rural entre esta localidad y Bengolea. Con un tractor, un médico y una enfermera desafiaron las grandes lagunas para asistir a niños, mujeres embarazadas y peones rurales
Familias de puesteros y tamberos ubicadas en un radio de 400 hectáreas alrededor de estas dos localidades hace más de un mes que no pueden salir de sus hogares, producto de la gran cantidad de agua acumulada en los caminos y campos.
A pesar de no registrarse lluvias en los últimos días, la situación poco a mejorado, por lo que autoridades sanitarias y municipales de Ucacha decidieron hacer una incursión con tractores por los campos para acercar asistencia particularmente a aquellas familias con niños pequeños.
«Ojalá las lluvias nos den una tregua y podamos seguir asistiendo a estas personas, que siguen complicadas, la situación es crítica – opinó el intendente de Ucacha Javier Paulucci en diálogo con PUNTAL al explicar las últimas acciones emprendidas desde el Municipio junto a la Provincia para asistir a las familias que quedaron aisladas.
Entre jueves y viernes, un equipo del hospital de Ucacha, formado por un médico y una enfermera, recorrió junto al intendente Paulucci distintos establecimientos rurales, en particular tambos, para asistir y relevar a quienes no pudieron salir de sus campos en el último mes.
«Tomamos contacto con ellos y nos interiorizamos de sus estados de salud y necesidades, para nosotros es prioritaria la salud de toda esta gente que quedó aislada hace un mes y no pudo volver al pueblo, los menos, pudieron pidiendo permiso en otros campos, poder salir y cubrir sus necesidades, pero muchos esperan por poder hacerlo», graficó el jefe comunal.
«Nos encontramos con niños, mujeres embarazadas y personas mayores, todos fueron asistidos -opinó Paulucci-, seguiremos en esta senda y esperando que al no existir canales clandestinos y no se produzcan por unos días nuevas precipitaciones de importancia, la situación tendería a normalizarse, aunque también las pérdidas han sido importantes y las consecuencias para los habitantes rurales de esta zona, muchas».
Testimonios
Lucía, esposa de un tambero de la zona de Bengolea, relató que fueron momentos muy difíciles los que debieron soportar en medio del campo y mientras el agua los rodeaba. «No podíamos llegar al campo y seguía lloviendo, dejamos la camioneta y nos fuimos de a pie, el agua nos llegaba por encima de las rodillas y yo con mi hija en brazos, una aventura muy peligrosa», señaló la mujer.
Octavio Flores, tambero de la zona sur de Ucacha, dijo a PUNTAL que también junto a su familia vivió momentos «duros y tristes.
Ver los animales sin comida y rendidos en el agua es muy triste, nosotros de alguna manera nos arreglamos, pero nos sentimos indefensos frente a la naturaleza que nos ordenaba que nos teníamos que quedar en el campo y resistir como podamos».
El tambero dijo también que «una noche salimos prácticamente corriendo con mi hijo menor que tenía mucha fiebre, sin teléfono y con la chata inundada, pero logramos salir. Cruzamos por el campo de un productor vecino y logramos que nos asistan en Alejandro Roca. Recordando ahora pensamos que todo fue gracias a Dios y salió bien, pero pasamos momentos muy duros».
El equipo sanitario que recorrió la zona suministró vacunas a los chicos, como así también controló su estado general.
En estas circunstancias donde transcurre tanto tiempo con agua acumulada, hay serio riesgo de contraer afecciones respiratorias.
Asimismo, comienzan a proliferar insectos.
En el caso de los peones rurales se hace imprescindible prevenir cualquier accidente laboral.
La educación resentida
Tres escuelitas rurales, dos ubicadas en la zona de Ucacha y la restante entre Bengolea y Olaeta, iniciaron sus clases el pasado miércoles, aunque según se indicó a PUNTAL en una de ellas, con una matrícula de 9 alumnos, sólo asistieron 3, y en otra, de 15 alumnos, sólo llegaron hasta la escuela, 6, situación que preocupa a la comunidad docente y a las familias, que sin caminos, no pudieron llevar a sus hijos a la escuela y en otros casos, debieron recorrer grandes distancias, para poder hacerlo.
El rol de la escuela en la zona rural es de primordial importancia, puesto que es el espacio de socialización entre chicos que viven en campos y muy alejados unos de otros.
También durante la próxima semana, podrían reunirse los jefes comunales de Bengolea y Ucacha, junto a productores y miembros de Consorcios Camineros y personal de Recursos Hídricos, de manera de analizar en conjunto la problemática puntual de la zona y realizar proyecciones sobre obras pendientes de concretar en el corto, mediano y largo plazo.
La realidad hoy muestra que problemas ocurridos años atrás se repiten de igual y peor manera, producto de la falta de previsión y la postergación de obras que se planean en la emergencia, pero luego se olvidan cuando ésta pasa.