Industriales quieren encender los motores de las fábricas
El 20 por ciento de la industria está en funcionamiento. La UIA quiere que el gobierno empiece a levantar ese piso.
03/04/2020 El PaísEl 20 por ciento de la industria está en funcionamiento. La UIA quiere que el gobierno empiece a levantar ese piso. Piden la reapertura parcial de sectores capital intensivo, como maquinaría agrícola, autopartistas, metalurgia, la cadena foresto industrial, producción de cigarrillos, laboratorios, minería.
La Unión Industrial Argentina (UIA) busca que el gobierno acepte una flexibilización de las restricciones económicas que fueron dispuestas como forma de impulsar el aislamiento social.
Desde la entidad consideran que hay actividades que es necesario reactivar con dotaciones mínimas y protocolos sanitarios para evitar la parálisis absoluta del circuito comercial, como es el caso de los bancos, mientras que entienden que rubros de la manufactura “capital intensivos”, es decir, con baja uso relativo de mano de obra, tienen que reabrirse. Se trata del sector autopartista, maquinaria agrícola, foresto-industrial, minería y tubos para la industria petrolera, entre otros.
Los industriales quieren preparar el terreno para que después de Semana Santa, cuando se termine esta segunda etapa de restricciones sanitarias, la economía comience el largo camino de la normalización.
Tanto en el gobierno, como en los gremios y las empresas saben que las restricciones llegaron para quedarse, pero no está claro en qué grado. Durante las casi dos semanas que faltan para que se cumpla el plazo de esta segunda fase de la cuarentena obligatoria, se espera que el sector privado empiece a mostrar más sus cartas.
“Para nosotros, los bancos son como las venas que deja correr la sangre por el cuerpo. En muchos de los países que estamos viendo con problemas y crisis, los bancos están considerados como esenciales por todo el movimiento que tienen que hacer. Esto no quiere decir que funcionen al 100 por ciento. Se están manejando con todos los cuidados para evitar contagios y con las condiciones mínimas para poder funcionar. Son temas donde se pueden tomar medidas para que eso funcione”, dijo este miércoles en declaraciones radiales el titular de la UIA, Miguel Acevedo.
Se calcula que alrededor de un 20 por ciento de la industria está en funcionamiento. El resto, permanece cerrada en acatamiento del decreto de necesidad y urgencia que frenó toda actividad considerada “no esencial”. Ahora la UIA quiere que el gobierno empiece a levantar ese piso.
“Las actividades intensivas en capital podrían estar operando con un protocolo y dotaciones mínimas. Hay rubros como maquinaría agrícola, autopartistas que abastecen y exportan a la cadena de valor, metalurgia, la cadena foresto industrial, producción de cigarrillos, laboratorios, minería y otras industrias exportadoras que generan dólares. No estamos hablando de un restaurante que se llena de gente o un salón de fiestas”, explica el economista jefe de la UIA, Diego Coatz.
Otro de los sectores que la entidad quiere que se restituya es la producción de tubos de acero para la industria petrolera, que maneja Techint. Precisamente, la firma de Paolo Rocca comunicó días atrás el despido de 1450 trabajadores de la construcción, amparándose en una originalidad del convenio colectivo de trabajo del sector, que permite el despido de empleados una vez que terminan las obras.
La medida despertó el repudio de parte del presidente, Alberto Fernández, y el freno del Ministerio de Trabajo a partir de la conciliación obligatoria. Sin embargo, permitió que el arco empresarial avanzara en la presión al gobierno para obtener ayuda y para que se relajen restricciones. De hecho, la suspensión de despidos que definió el gobierno es una medida potente en parte motorizada como respuesta a la presión patronal.
El gobierno coincide con la UIA en que cuanto más rápido se levanten las restricciones sanitarias, menos tiempo tardará la economía en recuperarse, pero hasta el momento el factor sanitario y de salud de la población tuvo la prioridad absoluta.
Los industriales subrayan la necesidad de ampliar la operatoria de los bancos aunque sea con una dotación mínima, para no paralizar del todo la cadena de pagos. «No tiene mucho sentido que esté abierta una fábrica de pastas y que los bancos estén cerrados», dicen. También advierten que el Estado tendrá que ofrecer un instrumento financiero para sostener el rechazo de cheques, que se espera masivo para las próximas semanas. Apuestan a que las garantías públicas para los créditos junto a los Repro contribuyan a sostener el pago de los sueldos.