Invap instalará en Córdoba el primer radar del Sistema Nacional anti catástrofes

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Se trata de un avanzado sistema de alerta hidrológico y meteorológico que permitirá prevenir diferentes contingencias ambientales como crecidas repentinas de los ríos, caída de granizo, ocurrencia de tornados o tormentas severas.

En los próximos meses comenzará a funcionar en la ciudad de Córdoba el primer Radar Meteorológico Argentino (RMA) que, con el objetivo de prevenir catástrofes, instalará el Gobierno nacional en 12 puntos del país para conformar el Sistema Nacional de Radares Meteorológicos (Sinarame).

El radar, desarrollado y fabricado en el país por la empresa estatal rionegrina Invap, se instalará en la zona sur de la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

El Sinarame va a permitir a los científicos el estudio de la atmósfera y otros datos de la zona de Córdoba y alrededores mediante la articulación con otros sensores satelitales y estaciones hidrometeorológicas.

Cuando el radar esté operativo, será incorporado a los sistemas de alerta provincial y nacional, que implican más de 14 señales satelitales y unas 60 estaciones hidrometeorológicas.

Se trata de un avanzado sistema de alerta hidrológico y meteorológico que permitirá prevenir diferentes contingencias ambientales como crecidas repentinas de los ríos, caída de granizo, ocurrencia de tornados o tormentas severas.

También será de utilidad para detectar nubes de polvo, migraciones de aves o insectos -como mangas de langostas-, así como para predecir la magnitud de precipitaciones que van a caer en un lugar determinado y favorecer la agricultura, y contribuir al estudio de tormentas convectivas, señaló Martín en declaraciones a los Servicios de Radio y Televisión (SRT) de la UNC.

El RMA es el primer radar meteorológico que utiliza tecnología doppler, de doble polarización, fabricado en Argentina, lo que significa que además de anticipar fenómenos meteorológicos también medirá la velocidad de las partículas de precipitación y detectará la forma o geometría del fenómeno en la atmósfera.

Esa posibilidad facilitará a una mejor identificación de los acontecimientos climáticos, entre otras cosas porque cuenta con un alcance de 240 kilómetros, extendible a 480 en modo vigilancia.

Fuente: El Cordillerano