La CGT se reunificó y pidió cambios en la política económica, pero no lanzó un paro

En un congreso con más de 1.500 delegados, se consagró el triunvirato que conducirá la central: Schmid, Acuña y Daer. Hubo disidencias.

En un congreso con más de 1.500 delegados, se consagró el triunvirato que conducirá la central: Schmid, Acuña y Daer. Hubo disidencias.

Luego de 12 años la CGT volvió a unificarse con tres referentes colegiados como secretarios generales: Carlos Acuña (Estaciones de Servicio), Héctor Daer (Sanidad) y Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento). Un congreso con más de 1.500 delegados concretó sin sobresaltos, y sin sorpresas, una decisión que ya estaba tomada con bastante anterioridad, luego de meses de acercamientos y acuerdos. La nueva CGT se pronunció de manera crítica sobre las políticas económicas del gobierno nacional, aunque evitó tomar definiciones respecto de posibles medidas de protesta.

«Estamos en una etapa de viraje hacia la derecha, que va en busca de nuestras conquistas como trabajadores», caracterizó Schmid en el discurso más conceptual de la tarde. Y agregó, «tenemos una gran responsabilidad como CGT». El rosarino planteó, como novedad, que la central de trabajadores debe acercarse a los movimientos sociales de desocupados, de los precarizados, «el círculo maldito». Y remató con una mención a la memoria de Felipe Vallese, «el primer desaparecido», que fuera miembro de la JP, trabajador metalúrgico y secuestrado el 23 de agosto de 1962, hace 44 años.

«Alguna cosa», «evaluar medidas», «ponernos firmes»; fueron expresiones elegidas por el nuevo triunvirato directivo de la CGT para evitar decir la palabra prohibida: paro. Tampoco nadie mencionó al presidente de la Nación por su nombre, con excepción de dos oradores de un sector minoritario de congresales que se retiró del recinto de Obras Sanitarias a poco de iniciadas las deliberaciones. Por lo demás, y aunque los integrantes del nuevo triunvirato le resten toda relevancia, dos de sus miembros (Acuña y Daer) forman parte de la misma organización política -no «justicialista»-, el Frente Renovador (FR). Siendo uno de ellos, el representante del sindicato de la Sanidad, el primer Secretario general de la central obrera en la historia argentina que además comparte tareas con la de diputado nacional (FR).

Juan Carlos Schmid —tercer miembro del triunvirato- no pertenece a esa fuerza política, aunque resulta notorio, se trata del hombre de máxima confianza de Hugo Moyano, a su vez, el padre del también diputado nacional por el FR, Facundo Moyano.

En los próximos días llegará el primer «consejo directivo», la reunión del casi medio centenar de dirigentes que conforman la nueva conducción. Allí se resolverá apurar el pedido de una reunión con el primer nivel de la Casa Rosada «para llevar los planteos por la gran preocupación que tenemos en el movimiento obrero». La nueva conducción imagina una secuencia: el gobierno los recibe, no concede o concede muy poco, las bases presionan, los despidos avanzan, los salarios pierden valor, y «antes de fin de año le clavamos un paro», murmuró ayer durante uno de los largos cuartos intermedios -tal vez para que lo escuche la prensa- uno de los tres miembros del triunviro electo.

El congreso cegetista duró cerca de ocho horas; pero curiosamente los delegados prácticamente no hicieron uso de la palabra. Casi todo el tiempo se lo llevó el trámite reglamentario, y luego una lenta votación por la lista única consensuada. La excepción fueron dos cortos discursos disidentes de Sergio Palazzo (Bancarios) y Marisa Carrizo (Fatpren) que mocionaron se amplíe el triunvirato a por lo menos cuatro miembros, y que el Congreso defina una medida de fuerza contra «la política económica neoliberal de (Mauricio) Macri».

La postura estuvo en minoría, no fue receptada, y el grupo («La Corriente Federal») aunque aceptó el criterio mayoritario, e informó que no se va de la CGT, decidió antes del mediodía retirar a sus congresistas del mítico estadio en el barrio de Núñez, de la Capital Federal.

Para el diputado y ahora miembro de la máxima conducción unificada de la CGT, Héctor Daer, «los trabajadores estamos todos de la misma vereda, porque mientras existe el capitalismo estarán los dueños del capital que se llevan la mayor parte de las ganancias, y los trabajadores que nos llevamos la parte menor». Luego reconoció, sin embargo, que «es cierto que tenemos matices, y que la CGT está abierta a todos, pero no seamos hipócritas, necesitamos generar nuevos consensos que sinteticen a todo el movimiento obrero».

Para Daer, los trabajadores argentinos están sufriendo por «la necedad de este gobierno y sus políticas». En relación a una posible «medida» (de fuerza) que pueda tomar la Central, el dirigente deslizó que debería ser en el marco de una «estrategia general del CGT, y mirando a toda la sociedad, los sectores medios, intelectuales, entre otros, además de los trabajadores».

Respecto del sector sindical que mocionó se dictamine un paro general, que no encontró apoyo y que luego se retiró del Congreso, el Secretario general de sadop Rosario (docentes privados), Martín Lucero, congresista ayer en Buenos Aires, explicó a este cronista: «La cuestión era estar o no favor de una medida de fuerza. Los compañeros del triunvirato elegido están cercanos al gobierno y prefieren por ahora seguir esperando».

Fuente: La Capital Rosario