La construcción sigue sin reaccionar

La magnitud del derrumbe de la actividad de la construcción el año pasado no se registraba desde la crisis de 2002. No hubo ni un mes con señales de recuperación respecto del mismo período de 2015.

La magnitud del derrumbe de la actividad de la construcción el año pasado no se registraba desde la crisis de 2002. No hubo ni un mes con señales de recuperación respecto del mismo período de 2015. Sólo el rubro asfalto mejoró al final del año.

La actividad de la construcción cayó 7,8 por ciento en diciembre respecto del mismo mes del año pasado, al tiempo que acumuló una baja del 12,7 por ciento en 2016. El sector no consiguió recomponerse en la segunda parte del año y siguió perdiendo puestos de trabajo. El último informe de Indec registró que en noviembre hubo 415.287 empleados registrados en el sector, con una merma de 7,3 por ciento en relación con igual mes del año pasado. La construcción, al igual que la industria, fueron actividades muy afectadas por la recesión del mercado interno en 2016.

El año pasado la rama de la edificación marcó caídas que no se veían desde la crisis de 2002, tras el estallido de la convertibilidad. En enero del año pasado, el sector bajó al 2,5 por ciento, en febrero lo hizo al 6,2 por ciento, en marzo al 6,8, en abril al 24,1, en mayo al 12,9, en junio al 19,6, en julio al 23,1, en agosto al 3,7, en septiembre al 13,1, en octubre al 19,2, en noviembre al 9,4 y en diciembre al 7,8. No hubo ni un mes con crecimiento interanual en 2016. La actividad de la construcción había acumulado entre enero y octubre de 2015 un crecimiento de 7 por ciento. El gobierno de Macri, tras declarar la emergencia estadística, nunca publicó los datos de noviembre y diciembre de ese año.

En el documento del Indec dejaron de informarse en forma desagregada los bloques que explicaron la caída de la construcción en 2016. Sin embargo, se observaron tensiones en todos los rubros. En el caso de viviendas del sector privado, el desarme de programas como Procrear fue clave para explicar el menor incentivo para avanzar en nuevas edificaciones. En las obras viales y otras obras de infraestructura, las que se asocian a inversiones del sector público, se registró también un fuerte freno por el recorte del presupuesto en gastos de capital. Por eso asfalto marcó un retroceso del 14,6 por ciento en 2016  en relación con 2015. Las obras petroleras, en tanto, anotaron dificultades por la baja del precio internacional del petróleo, lo cual puso en suspenso el desarrollo de complejos como Vaca Muerta.

La venta de insumos para la construcción fue otro de los indicadores que registró la floja performance de la actividad el año pasado. En diciembre hubo un retroceso del 16,2 por ciento en hierros redondos para hormigón y se acumuló una baja del 19,4 por ciento en todo 2016. En ladrillos huecos las caídas fueron del 17,0 por ciento (-12,2 por ciento para 2016), en pinturas del -5,7 por ciento (-6,3), en pisos y revestimientos cerámicos -6,8 (-9,5) y en placas de yeso -15,1 (-6,8).

En lo que refiere a cemento, se observó un avance de 0,7 por ciento en diciembre y un retroceso del 10,7 por ciento para el acumulado del 2016. No fue la primera vez que hubo un avance interanual de cemento. En agosto ya había subido y fue festejado por los funcionarios del Gobierno como el primer brote verde del segundo semestre. Pero en los meses siguientes volvió a caer y desacreditó los pronósticos oficiales de reactivación para el mercado interno. Asfalto, en tanto, marcó una suba del 62,8 por ciento el mes pasado y una contracción de 14,6 por ciento en todo 2016. El Gobierno recién reactivo la obra pública, concentrada en repavimentación y otras obras viales, en la última parte del año, lo que explica el repunte de diciembre en asfalto.

En noviembre de 2016, según el documento del Indec, hubo 415.287 empleados formales en el sector, cuando la cifra era de 448.078 trabajadores en igual mes del año anterior. Esto implica un recorte de personal de 32.791 obreros registrados, cifra que no tiene en cuenta los despidos de los trabajadores informales, quienes sufren en mayor medida el impacto de la crisis económica. Una encuesta del centro de estadística oficial reveló que 68,2 por ciento de las constructoras consideró que en el primer trimestre de 2017 la actividad del sector se mantendrá o disminuirá respecto de los niveles de 2016, mientras que el 31,8 por ciento restante cree que subirá. La obra pública, según los empresarios, sería el principal motor de la rama este año.

Fuente: Página 12