La investigación por la deuda externa tensiona al sistema político

De diciembre de 2015 al mismo mes de 2019 la deuda externa creció del 35,2 al 69% del PBI. Mientras que los intereses pasaron del 8 al 18,4% en el mismo período.

De diciembre de 2015 al mismo mes de 2019 la deuda externa creció del 35,2 al 69% del PBI. Mientras que los intereses pasaron del 8 al 18,4% en el mismo período.

De diciembre de 2015 al mismo mes de 2019 la deuda externa creció del 35,2 al 69 por ciento del PBI. Mientras que los intereses pasaron del 8 al 18,4 por ciento en el mismo período. En estos días, la negociación agónica que lleva adelante el gobierno con los acreedores ronda sobre una cifra de 66 mil millones, de los cuales 41 mil corresponden a los años del gobierno macrista.

La Comisión Bicameral de Seguimiento y Control de la Deuda Externa se formó en 2016, pero recién la semana pasada tuvo su bautismo, en una sesión caliente. Con interrupciones, gritos y gente enojada. Lo sustancial, y novedoso, fue la puesta en marcha, tal vez como nunca antes, de un principio de investigación rigurosa sobre el descalabro estructural del esquema endeudamiento externo-devaluación-fuga, que empobreció a la Argentina de manera recurrente desde mediados de los años 70 a la actualidad. Desde ya, con distintos grados de intensidad, según los ciclos políticos.

Entre sus atribuciones, la comisión puede solicitar información, documentos y datos a organismos de los tres niveles de gobierno, así como a todo tipo de entidades financieras tanto nacionales como extranjeras.

En el secretismo económico, aunque más aún financiero, se sintetiza el factor clave con que cuenta la cúpula del poder en la Argentina, y en el mundo entero. Por eso la existencia de los «paraísos» fiscales, tan crecientes en las últimas décadas, como creciente la desigualdad, una pandemia permanente.

El punto de partida de la investigación por la deuda lo dio el propio Banca Central de República Argentina, BCRA. Al publicar un inédito informe donde dice, «la contracara de la fenomenal deuda fue la abultada fuga de capitales», que fue de 86 millones durante el gobierno macrista.

La fuga, o formación de activos externos, que no es necesariamente una actividad ilegal, aunque sí ilegítima, en consonancia con el orden mundial hiper concentrado, tuvo igual formato: el 1 por ciento de las empresas que fugaron, explica el 75 por ciento del total de las personas jurídicas. A nivel de personas físicas, la fuga también fue concentrada, aunque no tanto, el 1 por ciento fugó el 22 por ciento del total. Sumados ambos 1 por ciento, el monto de la fuga alcanza los 57 mil millones de dólares.

La bicameral que preside José Mayans (senador, Frente de Todos -FdT), y que integran como vocales los santafesinos María de los Angeles Sacnun y Federico Angelini, ahora espera un nuevo informe del BCRA donde se detallarán los nombres de unas mil empresas que fugaron tres cuartas partes del total (personas jurídicas). Mayans anticipó que las irán analizando de a cien en cien.

Otro tanto sucederá con las personas físicas, de las cuales el BCRA informará sobre aquellas personas que hayan sacado del circuito 300 mil dólares, o más. Siempre dentro del período 2015 a 2019. Desde ya, y como lo aclaró el diputado Carlos Heller, que integra la bicameral, será obvio de toda obviedad que no todos los dólares sacados del país a cuentas externas forman parte de operaciones delictivas. Hay muchas situaciones justificadas para sacar dólares: remesa de utilidades, operaciones comerciales, pago de deuda del sector privado, entre muchas otras.

Sin embargo, la expectativa en el FdT es que el grueso de los dólares que se fueron de la Argentina no pueden ser explicados por las empresas involucradas, tampoco por los particulares. ¿Evasión, lavado de activos?, es la pregunta.

El gran objetivo político y estratégico que se plantea el gobierno nacional, y el oficialismo dominante en la bicameral, se orienta a erradicar los mecanismos de fuga, hacia una nueva lógica económica a futuro.

Fuente: La Capital