Los alimentos que costaban $ 1.000 en 2017, ahora cotizan a $ 9.870

Es por el efecto inflacionario que se acumuló a lo largo de los últimos seis años, desde que salió a circulación el billete de mayor denominación. En el caso de la indumentaria, la pérdida del poder de compra fue peor

Es por el efecto inflacionario que se acumuló a lo largo de los últimos seis años, desde que salió a circulación el billete de mayor denominación. En el caso de la indumentaria, la pérdida del poder de compra fue peor

Si bien al cierre de 2022 se evitó la espiral inflacionaria con la que coqueteó la gestión de Alberto Fernández a comienzos del segundo semestre, y más allá de que hubo funcionarios que destacaron el hecho de no haber alcanzado los tres dígitos, el 94,8% de escalada promedio en los precios fue la cifra más alta de los últimos 32 años y marcó un salto significativo con los valores anteriores. Con eso, la actual gestión presidencial cerró su tercer año con un acumulado del 314% que la ubica muy por encima de los antecesores para el mismo período de tiempo.

Lo cierto es que la continuidad del proceso, con una clara aceleración mandato tras mandato, provocó un deterioro profundo del poder de compra de los billetes en circulación, haciendo que los de menor denominación dejen prácticamente de utilizarse y los de mayor adquieran cada vez menos bienes y servicios.

En el caso de los alimentos, para equiparar la compra de un billete de $ 1.000 en diciembre de 2017, cuando salió a circulación, hoy sería necesario contar con $ 9.870 de acuerdo al informe “Changómetro” publicado ayer por la Fundación Fada. Para dimensionar el efecto acumulativo del proceso inflacionario hay que observar que a fines de 2020 se necesitaban $3.367 para comprar los mismos alimentos y a fines de 2021, $ 5.063.

En el caso de que el billete de $ 1.000 se utilizara para comprar ropa, a fines de 2020 era necesario contar con $3.235 para tener el mismo poder adquisitivo que en el cierre de 2017. Es decir, la ropa y el calzado habían evolucionado levemente por debajo de la canasta de alimentos en ese período. Pero después la situación cambió fuertemente.

Siempre según el trabajo de Fada, el rubro vestimenta aceleró en los últimos dos años. Por eso, ya en 2021 se necesitaban $5.325, un valor más alto que el de los alimentos cuando venía de un escalón más atrás. Y finalmente en 2022 decididamente se recortó como el rubro con mayor incremento de precios con casi el 121% de aumento de acuerdo a la publicación del Indec, lo que llevó a que se necesitaran $11.758 el mes pasado para comprar la misma indumentaria que con $1.000 a fines de 2017.

Fuente: Puntal