Los Molinos no sale de la emergencia ambiental
Por estos días, ya no es noticia por los peces muertos ni por el agua verde fosforescente. Esas imágenes pasaron, hace apenas meses. Pero el lago Los Molinos no sale de la emergencia ambiental.
19/03/2019 MUNICIPIOSPor estos días, ya no es noticia por los peces muertos ni por el agua verde fosforescente. Esas imágenes pasaron, hace apenas meses. Pero el lago Los Molinos no sale de la emergencia ambiental.
El embalse, que comparten los valles de Calamuchita y Paravachasca, tiene un alto valor recreativo y turístico. Además, provee de agua a un tercio de los habitantes de la ciudad de Córdoba.
Tras la última aparición intensa de algas verdeazuladas –o cianobacterias– dos años atrás, se creó la Mesa Perilago Los Molinos, una comisión integrada por organismos del Estado provincial, comunas emplazadas en sus costas, entidades ambientalistas y vecinos, entre otros actores. Pero las medidas concretas para motorizar el saneamiento siguen sin aparecer. Días atrás, se realizó, en Villa Ciudad Parque, la sexta reunión de esa mesa de diálogo.
“Los Molinos ha progresado en su estado trófico, actualmente está en una condición eutrófica, y lo podemos ver a través del florecimiento de algas. El deterioro de la calidad del agua lamentablemente sigue progresando”, advirtió la ingeniera química Raquel Bazán, quien participa de los monitoreos que se efectúan desde hace dos décadas.
La Provincia, la empresa Aguas Cordobesas y la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba realizan los controles, que volvieron a incrementar su frecuencia, luego de la última luz de alarma.
Bazán es una de las personas que más conoce sobre la evolución del dique. La causa de la degradación –recordó– es el exceso de nutrientes que llegan a través de distintas fuentes. Una son los efluentes cloacales sin tratamiento en toda la cuenca. Otra, la que aporta la ganadería regional. El alto contenido en fósforo y en nitrógeno, que llegan por esas vías, nutre y multiplica las algas.
“Más que falta de control, ya es un asunto de planificación para prevenir esa problemática”, sostuvo la especialista.
Camino al San Roque
Desde hace años, especialistas vienen advirtiendo de que Los Molinos va camino a convertirse en el segundo San Roque, en relación con el estado aún mucho más contaminado del lago de Punilla.
“No es una exageración decirlo, eso está estudiado. En nuestros trabajos, hay mediciones hechas que indican que, si no se toman medidas, este embalse tendrá una condición similar al San Roque. Habíamos establecido un plazo de diez años, que se cumplieron en 2016, y en 2017 tuvimos las floraciones de cianobacterias que tuvieron mucho impacto en la sociedad y motivó un mayor monitoreo de calidad de agua, y volvimos a una frecuencia mensual”, respondió.
Las cloacas, en espera
Ninguna localidad de los alrededores del lago tiene red cloacal. El marcado crecimiento urbanístico, sobre todo en Potrero de Garay, influye en el crecimiento de las sustancias orgánicas que terminan impactando en el lago.
Desde la Administración Provincial de Recursos Hídricos (Aprhi), que depende del Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos de Córdoba, insisten con los anuncios de creación de plantas cloacales para los cuatro pueblos costeros: Villa Ciudad Parque, Los Reartes, Villas Ciudad de América y Potrero de Garay.
Pero ese proceso luce lento, aún en etapa de anteproyecto. Se había anunciado que a mediados de 2018 esas plantas de tratamiento estarían iniciadas, pero ni siquiera están definidos aún los terrenos para su construcción.
A la vez, se admite la necesidad de apurar un sistema de emergencia, mientras se ejecuten las cloacas prometidas a mediano plazo.
“Esa norma está en desarrollo para acordar con cada municipio el sistema de tratamiento efectivo que se necesita para cada domicilio que linda con el lago; eso va a permitir disminuir esos efluentes que se están produciendo tan cerca y que llegan al embalse. Al menos, hasta que llegue la solución de las plantas y las redes”, apuntó el ingeniero César Suaya, vocal del organismo provincial.
“Hasta que hagan las redes en cada pueblo, cada municipio tiene que comenzar a exigir plantas de tratamiento pequeñas en cabañas, alternativas para las sangrías, o pozos negros”, reforzó Lucas Sánchez, jefe comunal de Los Reartes.
Quejas vecinales
Vecinos y vecinas se quejan de la falta de actuación ante denuncias concretas, apoyadas con videos de vertidos directos de efluentes cloacales al lago. Funcionarios provinciales admitieron una especie de zona gris, donde Provincia y Nación se disputan competencias para actuar en el perilago (en el caso de los clubes náuticos) y escasez de recursos humanos para efectuar controles.
“En Potrero de Garay ya ni me baño con el agua de la ducha, porque sale directamente mal del lago. Estamos en emergencia ambiental”, dijo Ana María Molina. “Estamos todavía en veremos, hay proyectos en marcha, pero ninguno se concreta. Mientras, se está dando un crecimiento explosivo de la zona”, apuntó Silvina Freytes, de Villa Ciudad Parque.
Una explicación por la mortandad de peces
En enero, hubo miles de carpas muertas en las costas.
En la última reunión de la comisión regional creada por el lago Los Molinos, se informaron las causas que provocaron la masiva mortandad de carpas en enero pasado. Raquel Bazán aclaró que ese fenómeno “no está asociado con la calidad del agua”. Las razones están vinculadas –dijo– con “un tema físico de temperatura ambiental que se trasladó al agua y a una situación específica de desove de las carpas en esos días, que las encuentran con las defensas bajas, más la aparición de una bacteria oportunista”.
César Suaya apuntó a la vez que “fue una conjunción de causas”.
Vecinos reclamaron por la falta de respuesta y por indicaciones en ese momento. “Nos sentimos abandonados por el Estado”, aseguraron varios.
Miles de carpas muertas debieron ser recogidas y enterradas con cal. La mortandad sólo afectó a esa especie y no a otras que habitan el lago. Algo similar, pero en menor medida, se observó en el vecino Embalse del río Tercero.
“Actuar lo antes posible”
El dique Los Molinos tiene ya 65 años. Para Rocío Fernández, ingeniera especialista en saneamiento de lagos e investigadora del Conicet, ese embalse “sigue el mismo proceso de eutrofización que el San Roque”.
Precisó que el uso del suelo en sus cuencas hídricas varía un poco respecto del San Roque, donde es aún más gravitante el impacto de la falta de cloacas por la mayor urbanización que lo rodea. “Pero el proceso de contaminación es el mismo. Además, ambos embalses tienen similar tiempo de residencia, es decir, cuánto tarda el agua que entra en salir. Lo que hay que evitar en ambos es que sigan entrando altas cantidades de nutrientes”. Fernández acotó que “por ser más viejo y tener más impacto, el saneamiento del San Roque tomará más tiempo que el de Los Molinos. De allí la importancia de actuar hoy, lo antes posible. Mientras antes se tomen medidas, será más económica la remediación y más cortos los plazos”.
Ese diagnóstico lo planteó hace dos años, en una nota de este diario. Casi nada ha variado desde entonces.