Los negocios más pequeños, la primera línea de caída en el centro de Río Cuarto

La combinación de fuertes subas en los alquileres, electricidad y salarios, con baja de ventas generalizadas, pone a muchos contra las cuerdas y con escasa capacidad de reacción. Los chicos, los más complicados

La combinación de fuertes subas en los alquileres, electricidad y salarios, con baja de ventas generalizadas, pone a muchos contra las cuerdas y con escasa capacidad de reacción. Los chicos, los más complicados

El prolongado desplome del consumo, que en el caso de la provincia lleva casi dos años ininterrumpidos, está acumulando dificultades que empiezan a ser difíciles de sobrellevar para los pequeños negocios de la ciudad. Además, el proceso de caída casi no advierte excepciones: ocurre en todos los rubros.

La situación es seguida de cerca por las autoridades del Centro Empresario (Cecis), que desde hace unos meses comenzaron a observar cómo se inició un proceso de cierre de comercios, principalmente pequeños, en el área central de la ciudad.

“Son como la primera línea que no logra resistir las dificultades, que no son pocas. Especialmente la caída de ventas, que es fuerte. Por eso se están viendo notoriamente locales vacíos”, explicó un experimentado dirigente mercantil.

De acuerdo con el último relevamiento de la Federación Comercial Córdoba (Fedecom), las ventas minoristas de los comercios pymes de la provincia de Córdoba volvieron a caer en marzo. “En esta oportunidad, la baja interanual fue del 18,7%, por lo que se profundizó la recesión y el ‘parate’ que vive el sector comercial y de servicios desde hace 22 meses”, indicó el relevamiento.

La caída de ventas es la consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos de una enorme mayoría de la población. Los bolsillos no pudieron acompañar a los precios y entonces se compra menos. Mucho menos.

Y en las familias el recorte comienza desde lo menos relevante hasta lo más esencial.

Lo cierto es que la caída de ventas en los negocios, además de profunda, es prolongada. No se trata de uno o dos meses de retracción, sino de casi dos años. Eso complejiza todo.

Pero, además, del otro lado de la ecuación, mientras las ventas retroceden, los costos aumentan a pasos agigantados por el mismo efecto inflacionario. En particular el de alquileres que se volvieron prohibitivos en las zonas más destacadas de la ciudad. Además, los costos de los servicios y, finalmente, las actualizaciones en los haberes de los trabajadores mercantiles terminan de desvirtuar la ecuación.

“El comercio está sufriendo claramente por la suba de alquileres, el de la luz, los salarios y la caída de ventas. Esa combinación está impactando con fuerza”, sugirió el directivo mercantil.

Como dato, un local estándar en una calle central de la ciudad se ubica en el menos $750 mil de alquiler. “Para sostener eso hay que vender y eso no está ocurriendo”, acotó otra fuente del sector.

Con respecto al cambio de tendencia, los comerciantes mantienen las dudas de que ocurra en el corto plazo. “Mucho va a depender de si esta recesión se prolonga o finaliza en breve. No tengo dudas de que mucha gente está aguantando con su comercio a la expectativa de que el proceso de caída sea profundo pero corto. Porque muchos comerciantes son conscientes de que están trabajando a pérdida, pero con la esperanza de que cambie pronto”, apuntó el dirigente mercantil.

Y agregó: “Es una caída de escalones. El que estaba bien pasa a estar regular, el que estaba regular pasa a estar mal y el que estaba mal está contra las cuerdas”, dijo.

“Hasta que no mejoren los salarios, difícil que cambie la tendencia”

Alguien que conoce mucho al sector mercantil y a diario recorre calles y conversa con los comerciantes del centro y el boulevard Roca destacó la evidente caída de las ventas que atraviesa a las distintas actividades, pero vaticinó que “el rebote no se ve cerca, al menos hasta tanto no se recompongan los salarios eso no va a pasar”, afirmó.

Es lo que muchos economistas vienen indicando desde comienzos de año y que descreen de la posibilidad de que haya rápidamente un rebote en “V”. Algunas de sus proyecciones apuntan al último trimestre del año. Es que, para que haya recuperación del poder adquisitivo, los salarios deberán ganarle a la inflación, que sigue mostrándose en niveles muy altos, más allá de que descendió desde el pico del 25% de diciembre y el 20% de enero.

Ayer hubo entusiasmo en el oficialismo cuando se publicó que los precios mayoristas aumentaron un 5,4%. Se sabe, es el indicador que anticipa tendencia de la próxima inflación minorista, que finalmente el Gobierno espera que se ubique en un dígito.

Fuente: Puntal