Los ojos bien cerrados del Fondo Monetario 

Caputo sigue sin acumular dólares y no sale a comprar por miedo a la inflación. La deuda que toman no completa los 5000 millones que hay que recolectar para cumplir las metas y negocian un "waiver".

Caputo sigue sin acumular dólares y no sale a comprar por miedo a la inflación. La deuda que toman no completa los 5000 millones que hay que recolectar para cumplir las metas y negocian un «waiver». Mientras, la divisa oficial se recalienta porque el Gobierno interviene en el mercado de futuros.

El Gobierno de Javier Milei y el Fondo Monetario Internacional (FMI) saben algo que los mercados suponen. Ambos tienen una certeza que es un acuerdo de palabra y, a la vez, un tema tabú por lo delicado del asunto: que en el plan geopolítico del organismo y el gobierno de Donald Trump, el Fondo está dispuesto a perdonarle a Argentina la violación de metas pactadas.

Según supo Página I12, el ministro de Economía, Luis Caputo, charló hace algo más de un mes con la jefa del organismo, Kristalina Georgieva, sobre un «waiver», un perdón para el incumplimiento casi seguro del objetivo de acumulación de reservas de dólares en el Banco Central (BCRA). «Toto» precisa sumar 5000 millones de dólares en tres semanas, sin comprar divisas genuinas por decisión propia, con el campo a semanas de terminar la liquidación fuerte, y tomando deuda, herramienta que no computa en su totalidad como refuerzo de las arcas del BCRA. ¿Por qué el FMI se toma esas licencias luego de un desembolso millonario? Por las mismas razones que lo hizo durante el gobierno de Mauricio Macri. Para el FMI y para Trump es vital que la estabilidad económica, aún forzada, se sostengan en un año electoral en el que Milei se juega la sostenibilidad de su plan económico y, sobre todo, su programa político federal. Además, entienden en el organismo que el gobierno de Milei ya hizo un ajuste feróz que dio superávit en algunas cuentas, y que eso amerita hacer la vista gorda con las reservas.

«No vamos a comentar sobre los acuerdos que tenemos ni cómo manejamos las situaciones», se sinceró en las últimas horas Pablo Quirno, el secretario de Finanzas, en un encuentro del Banco de Valores. El funcionario gambeteó y casi que admitió que la meta es imposible, y cerró diciendo que «no hacemos previsiones de futuro, pero el programa naturalmente va a acumular reservas». Lo mismo hizo Federico Furiase, uno de los directores del BCRA que responden a Caputo (ver aparte). ¿Por qué Quirno, Caputo y Milei evitan adelantar que no cumplirán la meta de reservas? Porque la reacción de los mercados sería negativa y se instalaría la sospecha respecto a la sustentabilidad del programa general.

Desde que el FMI prestó los primeros 12 mil millones de los 20 mil millones totales, el Gobierno perdió reservas por casi 1000 millones. La mitad de eso se consumió durante mayo, mes en el cual los ingresos por la soja deberían haberle hecho acumular divisas más que perderlas. Antes del primer desembolso del FMI, había en el BCRA 24.221 millones de dólares, que escalaron a 34.400 millones el 16 de abril, luego del envío de fondos. Días más tarde, se superaron los 39 mil millones por el aporte de organismos multilaterales. De allí en más bajaron, con oscilaciones, hasta casi romper la barrera de los 38 mil millones. Cabe recordar que Milei y Caputo habían prometido que, para mayo, luego del acuerdo con el FMI, las reservas estarían por encima de los 50 mil millones y el Riesgo País desplomado: no pasó ninguna de esas dos cosas.

Queman las naves para la campaña
Para Quirno, «la meta de reservas es un número en el tiempo. La única fuente no es solo la compra (de divisas en el mercado oficial). Tenemos otras fuentes de financiamiento». Aquí hay un tema que el gobierno encubre: en el acuerdo con el FMI, los primeros 1500 millones acumulados no pueden ser vía deuda. Y hasta ahora Caputo ha manifestado que las maneras de acumulación son dos. Por un lado, el Bonte 2030, con el que quieren atraer 1000 millones de dólares dando a cambio tasa en pesos, dólar fijo y garantía de salida en dólares. Por otro, en Hacienda insisten en que hay un REPO con los bancos, por valor de 2000 millones de dólares.

Es decir que, si eso fuera real, sólo la mitad de ese total podría engrosar reservas, quedando éstas muy lejos de los 5000 millones que exige el FMI. Además, Caputo le miente a Milei cuando le dice que, con este Riesgo País en 600 puntos largos, es posible financiarse en el exterior. Los que saben aseguran que, en ese nivel, no hay tasa de interés menor a los 10 u 11 puntos.

Es importante entender que todas estas especulaciones y parches se dan porque el Gobierno no quiere comprar dólares hasta que no llegue a 1000 pesos. Si lo hiciera, el precio subiría y se iría a precios, complicando la bandera de campaña libertaria: la desinflación. El problema es que el hecho de comprar sólo a 1000 pesos es una zanahoria que se aleja cada vez más: hoy, el dólar está por encima de los 1170 pesos, casi promediando la banda de flotación. Hace unas horas, la agencia internacionald e noticias Bloomberg publicó un artículo asegurando que el gobierno está interviniendo fuerte regalando dólares baratos en el mercado de futuros para evitar salir a comprar. Otra muestra de un programa macro que, a diferencia de lo que dicen algunos, no parece tener pies fuertes.

Fuente: Página 12