Luz verde para el reciclado cooperativo en San Francisco
La Cooperativa Reciclando Conciencia ya instaló canastos para depositar materiales reciclables y en poco tiempo abrirán el primero en el centro. Esa separación, a su vez, se convierte en trabajo e ingresos para las trabajadoras.
24/08/2021 MUNICIPIOSLa Cooperativa Reciclando Conciencia ya instaló canastos para depositar materiales reciclables y en poco tiempo abrirán el primero en el centro. Esa separación, a su vez, se convierte en trabajo e ingresos para las trabajadoras.
La cooperativa Reciclando Conciencia planifica la apertura de un punto de reciclaje en el centro como ya lo hicieron en otras plazas de la ciudad. Su intención es restaurar lo que alguna vez fue un kiosco de chapa ubicado en la vereda del Jardín Botánico.
Esta joven institución ya colocó otros seis canastos en un año en diferentes barrios de San Francisco y son espacios donde la gente se acostumbró a dejar sus desechos reciclables separados. Todo esto después es clasificado, prensado en fardos y vendido permitiendo que 13 personas tengan trabajo e ingresos económicos.
Reciclando Conciencia nació hace un año por interés de un grupo de personas que combinaron la idea de contribuir con buenas acciones al medio ambiente y a la vez generar fuentes de trabajo bajo los preceptos de la economía circular.
«Esto nace porque hay un descuido en la ciudad con respecto al cuidado del medio ambiente, sabemos que ese descuido tendrá y tiene un gran impacto en la sociedad de hacer algo. Por eso tuvimos la idea de iniciar la movida a partir de la cooperativa y la generación de trabajo», dijo uno de sus impulsores Ariel Quintero.
La Cooperativa cuenta con un número de WhatsApp para evacuar dudas sobre dónde dejar las bolsas, todos pueden comunicarse al 3564 662835 y también por Instagram @reciclandoconciencia.sf
Puntos de acopio
En este tiempo la cooperativa ya puso diferentes cajones donde las personas pueden depositar sus materiales reciclables, pero ninguno en el centro y actuando bajo la lógica de que todas las personas en algún momento pasan por ese sector entendieron la necesidad de instalar uno allí.
Su deseo es que el kiosco verde de chapa en la vereda del Jardín Botánico se convierta en un punto de acopio, el lugar será remodelado e identificado fácilmente y quien fuera su propietario y explotador antes dio el visto bueno para este uso. Agustina Pérez, integrante de la cooperativa contó que «la idea con este kiosco es tener un punto verde céntrico donde la idea es que la gente pueda acercar lo que tiene para reciclar en bolsas que en un principio serán de consorcio, pero después se van a repartir unas más resistentes y grandes».
«Por el momento hay puntos verdes en plazas de barrio Roca (Vélez Sarsfield), El Prado, Palmares 5, Maipú, Independencia, 20 de junio. Son canastos de madera o tachos en algunos casos y ahora les vamos a poner carteles con lo que se puede llevar, la idea es que los lleven embolsados, aunque hay gente que los da sueltos», agregó.
Más trabajo
Una vez que todos los paquetes que dejan las personas con materiales se recogen por los distintos puntos todo se acomoda en el galpón de la cooperativa ubicado en calle Catamarca 3680 en barrio 9 de septiembre.
Ahí empieza el otro gran objetivo de la cooperativa que es generar puestos de trabajo para las personas y allí actualmente hay unas 13 personas, en su mayoría mujeres y madres de familia, que están abocadas a la separación de residuos según su categoría como por ejemplo cartón, papel, plástico, tapas, telgopor, aluminio.
Una vez clasificado se enfarda y se lleva a distintos lugares (que no son de la ciudad) para venderlo y así obtener ingresos. Quintero comentó a qué apuntan en esta área en particular: «Proyectamos el trabajo colectivo para que la gente empiece a reciclar y reutilizar, fomentar la economía circular, que haya más posibilidades de trabajo», expresó el referente.
También indicaron que «la cooperativa es autónoma porque no depende de ningún gobierno nacional, provincial o municipal. Todo lo material que entra, se enfarda y se negocia un precio con las empresas, de ese ingreso de dinero se puede mantener el espacio».
Un trabajo duro
En el galpón de Catamarca trabajan 13 personas en diferentes momentos del día, en su mayoría son mujeres y madres de familia. Una de sus referentes es Norma Pucheta que comparte las labores con sus compañeras.
Todas las personas que están allí están registradas en el programa de la nación Potenciar Trabajo por medio del cual reciben 13. 000 pesos por mes y trabajan 20 horas semanales que las cumplen en el galpón. La retribución les ayuda porque obviamente con esto solo no se puede vivir y así adaptan también sus horarios a otros trabajos.
«Acá hay un gran trabajo porque hay que separar, verificar en bolsas o las vamos a buscar en camioneta a las empresas y kioscos. Todo se divide y va la prensa se arman los fardos y lo llevan a vender», sintetizó Norma de una forma sencilla tanto como tomarse el tiempo de separar lo que se desecha y ayudar a todos.