Más cuentapropistas y menos empleo formal

Se perdieron 200 mil empleos registrados y 750 mil no registrados. Unos 500 mil argentinos en edad de trabajar, dejaron de hacerlo y además no buscan una nueva ocupación. 

Se perdieron 200 mil empleos registrados y 750 mil no registrados. Unos 500 mil argentinos en edad de trabajar, dejaron de hacerlo y además no buscan una nueva ocupación.

Un informe privado que repasa el impacto de la pandemia en el mercado laboral del país, revela que el empleo no asalariado (cuentapropista) creció en 150 mil personas, mientras que el empleo asalariado registrado (privado y público) cayó en aproximadamente 200 mil personas y el empleo asalariado no registrado cayó en 750 mil personas.

“Estos datos muestran que el ajuste en el mercado laboral se concentró en el empleo asalariado no registrado. Las medidas para preservar el empleo, como la prohibición de despidos –que todavía está vigente–, los subsidios al salario –los ATP– y otras disposiciones adoptadas en la negociación colectiva fueron relativamente exitosas en el sector formal”, sostiene el Instituto para el Desarrollo Social Argentino. Recuerda el centro de estudios a cargo del economista Jorge Colina, que las medidas de la Casa Rosada “no tuvieron incidencia entre los asalariados no registrados” y que “dado que el empleo informal está muy presente en los hogares vulnerables, el derrumbe de esta modalidad laboral explica en buena medida el fuerte aumento de la pobreza”.

“La recuperación de la economía por el relajamiento de las medidas sanitarias -dice Idesa- está activando la recuperación del empleo informal. Esto ya se observa si se compara el último trimestre del año con los dos trimestres anteriores que fueron de confinamiento más estricto. Sin embargo, esta recuperación del empleo informal consolida en Argentina un mercado de trabajo fuertemente segmentado”. Expone que “menos de la mitad del empleo es asalariado formal (del cual un tercio es empleo público), mientras que la otra mitad es empleo asalariado no registrado y cuentapropismo (el cual en su mayoría también es informal)”.

Suben los “inactivos” 

“El Ministerio de Trabajo estima que en el 4° trimestre del 2020, respecto a igual periodo del año anterior, hay 500 mil personas más que pasaron a la inactividad laboral (no trabajan ni buscan trabajo) y otras 300 mil personas más que se declaran desocupadas (no tienen trabajo pero buscan activamente uno). La pandemia acumula un saldo de 800 mil personas que perdieron su trabajo”.

Idesa apunta que el hecho de que pocas personas en edad activa accedan a un empleo formal “tiene connotaciones muy negativas. Expulsa a muchas familias a un estado de alta vulnerabilidad y agrega dificultades severas para financiar el sistema de protección social. No permite mejorar el financiamiento del sistema previsional el cual es el principal factor desestabilizador de las cuentas públicas por los recursos que demanda al Tesoro nacional. En el sistema de salud de la seguridad social, la falta de financiamiento ha llevado a una situación extrema y riesgosa como la declaración de huelga de los trabajadores de la salud en medio de la pandemia debido a que los prestadores médicos tienen sus precios muy retrasados”

DEMOCRACIA
“Un mercado laboral con más gente en la inactividad, en el desempleo (11%) y en la informalidad también pone en riesgo el funcionamiento de la democracia. Crecientes cantidades de hogares tienen dependencia estructural de la asistencia social. Esto es un condicionante muy severo para ejercer el derecho a voto con libertad de criterio. Mientras mayores sean los déficits laborales, más fértil es el campo para las políticas demagógicas y oportunistas manipulando a la gente en base a su necesidad”.

Fuente: El Litoral