En el peor de los mundos

La devaluación no derivó en un aumento de las ventas al exterior para rubros industriales clave, mientras que la apertura importadora empieza a desplazar a la producción local.

La devaluación no derivó en un aumento de las ventas al exterior para rubros industriales clave, mientras que la apertura importadora empieza a desplazar a la producción local.

El saldo comercial en el primer trimestre se deterioró para varios sectores de la manufactura local. La industria metalúrgica pasó de un déficit de 201 millones de dólares entre enero y marzo de 2015 a 272 millones este año, en tanto que el bloque textil-indumentaria aumentó el desequilibrio de 260 millones a 281 millones. Autos y camiones, a su vez, pasó de un superávit de 336 millones a un déficit de 579 millones y marroquinería, de 211 millones a 125 millones, mientras que maquinaria agrícola cerró en la misma línea que el año pasado. Ese resultado se dio a partir de una fuerte caída de las exportaciones y suba de importaciones. La baja de las ventas al exterior se produjo por la caída de la demanda externa, en especial de Brasil, y a pesar de la fuerte devaluación del peso, que según la expectativa macrista debería haber impulsado esas colocacioes. La suba de las importaciones se dio a contramano del desplome del consumo y la inversión, gracias a la liberalización del comercio exterior.

El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, planteó en su momento que la liberación del “cepo cambiario” y de otros “cepos” que castigaban a la economía local supondría una liberación de las fuerzas productivas. Según su visión, la megadevaluación del peso que acompañó a la eliminación de los controles sobre la venta de divisas para atesoramiento, de las trabas para girar dividendos al exterior y de los cupos para la exportación y la sensible reducción del sistema de administración comercial impactarían de forma positiva en la actividad.

Según datos a los que accedió este diario a través del sistema Nosis, las exportaciones de autos terminados cayeron en el primer trimestre un 39 por ciento, mientras que los camiones bajaron un 44 por ciento. En total, las ventas de autos y camiones mermaron de 1271 millones a 741 millones de dólares en la comparación interanual en el primer trimestre. Al mismo tiempo, la importación de autos creció un 43 por ciento y la de camiones, un 37 por ciento. Entre ambas categorías, las compras al exterior pasaron de 935 millones a 1320 millones de dólares. En suma, el saldo comercial pasó de un superávit de 336 millones a un déficit de 579 millones de dólares.

Las exportaciones del sector textil bajaron un 6 por ciento y las de indumentaria, un 43 por ciento. En cambio, las importaciones del sector subieron en total un 4 por ciento. Los avances más significativos se verificaron en el rubro de indumentaria y no en tejidos e hilados, es decir que creció más la importación de bienes finales que de insumos. La compra al exterior de indumentaria subió un 35 por ciento, similar a la de sombreros y cascos. En el global, el déficit comercial del sector textil e indumentaria pasó entre trimestres de 260 a 281,6 millones de dólares.

Los resultados en materia exportadora en la industria son hasta ahora muy pobres a raíz del flojo panorama internacional, especialmente en relación a la crisis económica brasileña. Quedan al descubierto las falacias de la evaluación económica del macrismo y de algunas de sus promesas de campaña: la Argentina no estaba desaprovechando oportunidades de un mundo pujante ni era la intervención del Estado (para controlar el mercado cambiario y las exportaciones e importaciones) el principal problema de los empresarios. Por otro lado, hubo un fuerte incremento de las compras externas porque a fines del año pasado se aprobaron automáticamente unos 35 mil pedidos de importación que se habían cursado a través de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) y estaban frenados desde el final del Gobierno anterior. Se aprobó todo, incluso solicitudes que se habían presentado por duplicado o triplicado.

Las exportaciones de la industria metalúrgica bajaron un 47 por ciento. Las ventas de hierro y acero cayeron un 61 por ciento, el aluminio lo hizo en un 24 por ciento y el cobre un 71 por ciento. En este sector tuvo también impacto la caída de los precios internacionales y la reducción de la demanda por la crisis de la industria petrolera. Las importaciones de esos insumos también cayeron en total un 21 por ciento en el trimestre. Como las ventas bajaron más que las compras, el saldo comercial también se deterioró, ya que el déficit pasó de 201 millones a 272 millones de dólares.

En marroquinería, las exportaciones bajaron un 32 por ciento en el trimestre, a raíz del flojo desempeño de cueros y pieles, al tiempo que las importaciones subieron un 21 por ciento, con lo cual el saldo comercial retrocedió de un superávit de 211,3 millones a 125,2 millones de dólares. En maquinaria agrícola el saldo comercial terminó parejo en la comparación anual, con un déficit acumulado de 70 millones de dólares. Las exportaciones bajaron un 2,2 por ciento mientras que las importaciones se redujeron en un 5 por ciento. En este último punto se destaca la suba de las importaciones de bienes finales, particularmente de tractores (43 por ciento) y de cosechadoras y trilladoras (29 por ciento).

Fuente: Página 12