Pueblos con historia en las Sierras Chicas

En la región se presenta un fascinante corredor que une La Calera con Unquillo, que guarda perlas de nuestra historia que asombran al turista y al viajero.

En la región se presenta un fascinante corredor que une La Calera con Unquillo, que guarda perlas de nuestra historia que asombran al turista y al viajero.

Los orígenes de La Calera, Saldán, Villa Allende, Mendiolaza y Unquillo pueden ser disímiles, pero cobraron un renovado impulso de la mano del turismo y de la minería hace algo más de un siglo.

De ser elegantes destinos turísticos elegidos por la aristocracia a comienzos del siglo 20 pasaron a la formar parte del segundo aglomerado urbano del país que es el Gran Córdoba, y en la actualidad cada población se muestra con su propia identidad en un corredor que merece ser visitado con ojos de viajero, a pesar de que muchos realicen sus actividades al febril ritmo de las obligaciones cotidianas.

La Calera

Es posible afirmar que aquí comenzó formalmente la actividad turística en Córdoba, pues en La Calera se encuentra el Hotel Parque (hoy propiedad privada), edificio que fue el primer hotel turístico de la provincia. El emblemático establecimiento fue inaugurado por el expresidente Domingo Faustino Sarmiento en octubre de 1871, en tiempos de la Gran Exposición Nacional que se llevó a cabo en la ciudad de Córdoba.

Pero la historia comienza desde antes, con el legado de los pueblos originarios y la acción de la conquista española. Parte de esa labor es posible admirar en los edificios jesuíticos y en la producción de cal, que marcó decididamente el perfil de la ciudad y de su entorno con la intervención de los cortes en las sierras.

Lamentablemente, por los protocolos actuales estos lugares de interés se encuentran cerrados al público, pero es posible verlos desde afuera y tenerlos presente para cuando vuelva la ansiada normalidad.

Capilla Vieja. Esta edificación ya existía a mediados del siglo 18 cuando los jesuitas le compraron a José de las Casas. Los religiosos la utilizaron como puesto de hacienda y lugar de descanso hasta su expulsión de América en 1767.

Molino Doble. Se encuentra frente a la capilla y fue construido hacia 1778, obra que se complementaba con un canal que proveía el agua para hacer girar una de las piedras.

Museo de Cal. Se ubica frente a la vieja estación ferroviaria y a través de la visita es posible comprender el proceso integral de la producción de cal, con sus herramientas, hornos y túneles que marcaron el perfil de la ciudad hasta que la actividad dejó de ser rentable.

Dique Mal Paso. Es uno de los lugares icónicos de la ciudad y se puede llegar tanto por la ruta tradicional a Saldán o por la Costanera. La construcción de este dique fue ideada por los ingenieros Cassaffousth, Bialet Massé y Dumesnil, y su realización en la década de 1880 permitió evaluar la calidad de las cales cordobesas.

Paseo de los Artesanos. Este lugar de encuentro se ubica en el acceso a La Calera por la autovía E 53.

En las redes sociales del área de turismo municipal es posible consultar sobre caminatas, y también se puede preguntar sobre las actividades del Museo Ricardo Pedroni y de la Laguna Azul con su parque para las prácticas de wakeboard.

Saldán, Villa Allende y Mendiolaza

A poco de andar desde el dique Mal Paso, hacia el norte, se llega a Saldán. En el sector sur de esta localidad se encuentran los arcos, que son todo un emblema, acueducto que forma parte del canal Maestro Norte con agua derivada del dique Mal Paso, obra que sirvió para sortear el último tramo del arroyo Saldán antes de verter sus aguas en el río Suquía.

A mitad de camino entre esta localidad y Villa Allende, junto a la estancia en la que vivió don Luis de Tejeda, el primer poeta criollo, se encuentra el Nogal histórico. Hay que desviarse unos metros por la calle Paso de los Andes hasta el arroyo para encontrarse con el homenaje realizado en el lugar con parte del tronco de aquel nogal.

En este lugar José de San Martín pasó casi tres meses en el invierno de 1814 invitado por su amigo Eduardo Pérez Bulnes, recuperándose de sus dolencias físicas pero definiendo las bases de su plan libertador. San Martín partió de Saldán para asumir como gobernador de Cuyo y volvió a Córdoba precisamente en julio de 1816 para la entrevista decisiva con Juan Martín de Pueyrredón, recientemente designado Director por el Congreso de Tucumán, en la que se definió el cruce de los Andes.

Al llegar a la avenida Goycoechea se puede desviar hacia la izquierda, para tomar el camino que lo lleva a la Reserva Supaj Ñuñú, o más conocida como San Fernando que es un sitio muy elegido para los amantes del mountain bike, con la casa que perteneció a Victoria Ocampo de la estancia La Reducción, y el acceso al camino de tierra hacia el cerro Pan de Azúcar con su aerosilla.

Si se toma por la avenida Goycoechea a la derecha, se accede al centro de Villa Allende, y si se continúa derecho se arriba a la plaza frente a la cual se levanta la imponente iglesia Nuestra Señora del Carmen que data de la década de 1930. Es una obra del arquitecto italiano Augusto César Ferrari, el mismo que proyectó la iglesia de Los Capuchinos en la capital cordobesa, y que desarrolló buena parte de su obra en Villa Allende. Desde allí y en un radio de pocas cuadras es posible realizar el Paseo Ferrari, a lo largo del cual es posible apreciar nueve casonas con su inconfundible sello personal.

Prosiguiendo hacia el norte se llega al Polideportivo y al acceso al tradicional Golf, sector que siempre se muestra con un intenso movimiento y entorno al cual se ha desarrollado una nutrida oferta gastronómica.

Desde allí el camino se divide en dos rutas que corren casi en paralelo, pasando entre señoriales y centenarias casonas devenidas en salones de fiesta y atravesando la pujante localidad de Mendiolaza con su oferta gastronómica y su club hípico.

Unquillo

Ambas rutas se vuelven a encontrar en el ingreso sur de esta localidad, que es un verdadero pueblo de artistas, enclavada en un área natural de singular belleza. El pintor Lino Enea Spilimbergo, el maestro Guido Buffo o ese no muy conocido personaje como el caricaturista y cineasta Quirino Cristiani se enamoraron y dejaron su impronta en este sector de las Sierras Chicas. Hay numerosos sitios para visitar, algunos necesitan una reservación previa.

Museo de la Ciudad. Un buen punto de partida para empezar a conocer Unquillo es ingresar a este museo que funciona en la antigua estación de trenes de Unquillo (a muchos sorprende que el tren haya llegado hasta esta localidad), ubicado en el centro del Parque Integrador Acceso Sur, a metros del MACU (Museo de Arte Contemporáneo Unquillo).

A través de una línea de tiempo es posible viajar desde los tiempos de los pueblos originarios, las reducciones en la época colonial, los campesinos y aparceros del siglo 19, la gran estancia Retiro del Rosario y su división, hasta el nacimiento de Unquillo con la construcción de la estación ferroviaria en 1913 en tierras de la estancia Santa Lucía.

El Ferrocarril Central Argentino llegaba con su ramal desde Guiñazú y pasaba por Villa Allende, Mendiolaza y Unquillo, y si bien tenía destino final Río Ceballos el proyecto nunca se concretó. Metros más delante de la estación unquillense estaba la plataforma giratoria, que entró en desuso con el advenimiento del cochemotor a mediados del siglo 20, hasta el finalmente el servicio ferroviario dejó de funcionar en 1969.

Tal fue el crecimiento en los primeros años dorados de Unquillo que numerosas familias de Santa Fe y Buenos comenzaron a edificar sus casas señoriales, hacia 1925 se inició la construcción de la iglesia Nuestra Señora de Lourdes con proyecto del arquitecto Ferrari, los bailes y los corsos comenzaron a trascender la región y hacia 1940 ya existían unos 70 hoteles. La producción de cal fue otra de las actividades que marcaron el perfil de Unquilo en el siglo pasado. (Horario: jueves a sábados de 10 a 20; domingos de 10 a 18, entrada libre y gratuita).

Casa Museo y Capilla Buffo. Es el museo más requerido por los visitantes y es necesario inscribirse previamente por cuestiones de cupo, ya que la única forma de recorrerlo es a través de las visitas guiadas (www.museos.unquillo.gov.ar).

Para llegar hay que transitar 8 kilómetros de tierra por un camino muy transitado y que se vuelve angosto en la segunda mitad. Muchas personas eligen además este lugar para disfrutar del arroyo Cabana y su arboleda durante el día, en plena Reserva Natural Los Quebrachitos.

La casa de veraneo del docente italiano Guido Buffo y su familia es una mezcla de amor, ciencia y arte; y entrelazan las vitales personalidades de cada uno de sus integrantes: Guido Buffo, un docente, artista e investigador, un genio que dejó su huella en una capilla única; Leonor Allende, considerada la primera periodista cordobesa y la poetiza Leonor. Al fallecer su esposa e hija, en 1931 y 1941 respectivamente, Guido decidió levantar una particular capilla convertida en panteón familiar, con murales realizados por el mismo Buffo e iluminados por luceras de precisión astronómica, marcas astronómicas en el piso y péndulos de Foucault, utilizados para realizar investigaciones que pudieren anticipar movimientos sísmicos. (Horario: jueves a domingos, visitas guiadas cada una hora desde las 11 hasta las 15, los domingos y feriados hasta las 16, $ 200 por persona).

Desde este lugar, dentro de la Reserva Hídrica Recreativa Natural Municipal Los Quebrachitos, de unas 5 mil hectáreas, se puede realizar el exigente sendero Los Chorritos del Cabana con 7 puntos de referencia y que demanda unas tres horas de ida hasta la cascada, y otras tantas de regreso. Es indispensable registrarse al ingreso.

Casa Museo Lino Enea Spilimbergo. Este artista plástico porteño (1896-1964) adquirió esta pequeña vivienda en 1952, y funciona como museo desde 1972.

Se exhibe una colección de objetos originales del maestro, obras y en los muros exteriores se encuentra un mural con el retrato de una figura femenina, descubierto bajo capas de pintura, restaurado y preservado para apreciarlo durante las visitas al museo. (Horario: jueves a sábados de 10 a 20; domingos de 10 a 18, $ 100 por persona).

Casa de la Cultura. Esta bella casona es la sede de la Dirección de Cultura y Turismo Municipal y en el jardín se puede apreciar el Algarrobo Abuelo de Unquillo, de más de 300 años.

Casa Museo y Centro Cultural Rivolta. Funciona en la casa de la familia de Eugenio Rivolta y María Dieguez, que con su numerosos hijos se afincaron hacia 1945. La familia desarrolló una intensa actividad en la comunidad unquillense y en 2010 fue donada al municipio para convertirse en Casa Museo y Centro Cultural. (Horario: jueves a sábados de 10 a 20; domingos de 10 a 18, $ 100 por persona).

Cine Teatro Municipal. Surgió en 1928 gracias a la familia Ramé, que lo denominó cine Rivadavia, y fue una de las primeras salas en la provincia de Córdoba. Asimismo, fue escenario de bailes y espectáculos musicales. Este espacio fue reabierto en 2008 y tiene en el frente un mural de quien fue uno de sus habitué, Quirino Cristiani.

Centro de Producción de Animación Quirino Cristiani. Por ahora sólo es posible visitar la casa Villa Adelina por afuera, antigua residencia de verano construida por la familia Forchieri en 1928. La propiedad pasó al municipio en 1971 y desde 2019 alberga al Centro de Producción de Animación del Polo Audiovisual.

¿Pero quién fue Quirino Cristiani? Para comprender la figura de este caricaturista llegado desde Italia con apenas 4 años, cuando recién comenzaba el siglo 20, solo basta decir que fue el realizador de la primera película animada muda en el mundo en 1917, El Apóstol; y de la primera sonora en 1931, Peludópolis, ambas sátiras políticas de la época; mientras que el primer corto de Walt Disney data de 1928. Fue precisamente Disney, en su visita a la Argentina en 1941 quien lo tentó de sumarse a su compañía, oferta que Cristiani rechazó. Conoció Unquillo y se enamoró de la villa serrana en 1943, y dos años después levantó su casa en la zona de Cabana, a la que llamó Cineville.

Fuente: Voy