Qué es eso del ataque al peso?

La moneda de un país representa todas las cosas y su valor es determinante del sistema de precios interno. La cantidad de moneda en circulación conforma la mayoría de la base monetaria que se relaciona con el PBI, principalmente con el trabajo, y con las reservas del BCRA a los fines de conformar indicadores macroeconómicos aplicados a comprender las realidades del sistema socioeconómico. La moneda es entonces un elemento crucial de la economía política, que desde 1615 vino a reconocer el carácter sociopolítico de la economía en competencia con las visiones no valorativas y objetivas.

Un ataque especulativo a la moneda siempre se relaciona y presupone una crisis cambiaria, es decir una relación de equivalencias entre divisas. Los especuladores financieros atacan apostando a una devaluación forzada del peso por la baja en las reservas internacionales del país. Y el Gobierno se defiende … como puede y con la economía política. Forzando la venta de las reservas en dólares para evitar el aumento nominal del mismo, se incita a compensarlas e incorporar divisas mediante el recurso del endeudamiento internacional a tasas exhorbitantes respecto de los países centrales. El sistema especulativo es simple: endeudate para hacer reservas que yo te las compro, vos te quedás con la deuda, los pesos devaluados y el costo del interés y yo con los dólares, los títulos de tu deuda y la ganancia rentística. En términos financieros esto se suele disimular bajo el eufemismo de arbitraje, un tecnicismo del que supo burlarse Jauretche.

El argumento de que el factor determinante de un ataque especulativo es el déficit fiscal que impulsa la expansión monetaria vía emisión o crédito doméstico, no tiene asidero en el caso argentino debido a que precisamente Argentina siguió el camino inverso: se desendeudó y bajó el peso relativo de la deuda externa respecto a su PBI. Sustituyó deuda externa improductiva y alienante por deuda interna motorizadora del consumo que alienta la inversión y la ocupación. Atinado, pero contrario a los poderosos intereses financieros.

Si es cierto que el mecanismo tiene éxito sólo si es acompañado por ribetes sicológicos basados en el rumor y en opiniones aparentemente expertas (véase las de Domingo Cavallo o Martín Redrado, por ejemplo). Estos autores se basan en que el origen de un ataque especulativo proviene de la decisión racional de agentes económicos determinantes (hay que buscar en Bancos y Financieras) que disponen de información privilegiada y costosa en el marco de una economía en problemas donde hay incertidumbre.

Con absoluta claridad conceptual, la Presidenta identificó la situación económica actual como la deriva de la desestabilización financiera producida por un ataque especulativo contra la moneda nacional. La situación también puede ser vista como un castigo al desendeudamiento del país que iniciara el presidente Kirchner en 2005 que permitió reestructurar el 92% de la deuda en default desde 2001. El sistema actual globalizado no acepta políticas autónomas y heterodoxas que algunos países latinoamericanos impulsan para vivir y autoadministrarse con lo que les es propio.

En verdad, esos ataques a las monedas son sistémicos y universales. Los viven todas las monedas nacionales, excepto la que fija el parámetro de la economía mundial. Inclusive el euro en la actualidad y seguramente en el futuro el dólar, cuando sea desplazado por el renminbi chino. Esto es así como consecuencia de la base financiera del modo de producción capitalista que busca impulsar y justificar los endeudamientos sistemáticos de los países dependientes como forma de establecer políticas macro de control de la gestión gubernamental. Controlando la moneda se controlan todos los precios y todos los productos. Es decir, el sistema actual de acumulación financiera genera unas fuertes capacidades operativas y tecnológicas de grupos concentrados de capital transnacional (aunque inclusive argentino) que les permite intentar apropiarse, con o sin éxito, de las reservas en dólares del país. La historia reciente del país demuestra que han tenido relativo éxito.

Para que ello se concrete es también necesaria

  1. la existencia de niveles de inflación suficientes (de dos dígitos anuales) acompañados de una tasa negativa de interés –que es el principal precio en una economía monetaria-;
  2. la instalación de un ambiente público pesimista a través de los medios de comunicación que impulsan la desconfianza sobre el futuro; y
  3. un sistema financiero apropiado por el poder económico para actuar como mecanismo de propagación de la crisis.

Cuando estos tres planetas se alinean sucede el eclipse de la economía nacional productiva. Y la oscuridad del eclipse y la noche de la especulación que traslada fondos de los trabajadores hacia los bancos y las grandes empresas formadoras de precios permiten aventuras políticas y económicas (inclusive algunos desvaríos académicos) que incluyen, básicamente, procesos de desestabilización que debieran ser repudiados por quienes se asumen como integrantes del arco democrático del país. No he tenido ocasión de leer ni escuchar demasiadas voces reflexivas en ese sentido, ni a nivel nacional ni provincial.

Sin embargo el Gobierno nacional ha actuado de manera consciente frente al escenario: ha dejado un régimen de flotación para el tipo de cambio del dólar; ha fijado un mercado con justificación fiscal de acceso al ahorro en moneda extranjera a través de la AFIP; ha limitado la tenencia especulativa en moneda extranjera de los bancos y ha fijado una política de precios relativamente controlados. Instala también la idea de control de costos por sobre el control de precios. Pero principalmente ha rehusado el camino fácil del endeudamiento externo, los cantos de sirena del establishment financiero que se repiten y se multiplican en cuanto programa periodístico al que se intenta forzar para hipotecar el destino nacional.

  1. Para la historia argentina, la reducción de reservas es un clásico desde 1948 cuando se la excluye del Plan Marshal. Se lo conoce, pero no se ha estudiado lo suficiente sobre cómo ha sido el proceso de apropiación de las reservas nacionales por la oligarquia interna y las empresas transnacionales.
  2. Principalmente en “El medio pelo en la sociedad argentina” (1966). Jauretche fue director del Banco Provincia de Buenos Aires y diseño una concepcion financiera de la banca como servicio publico y del credito popular que incidó en Miranda, primer ministro de Economía de Perón en 1946.
  3. que significa “moneda del pueblo”, su unidad básica es el yuan y que ha desbancado al euro para transformarse ya en la segunda moneda mundial.
Fuente: Crónica de Comodoro Rivadavia