Reforma política: El voto electrónico que quiere Macri es cuestionado por caro e inseguro
Si bien no hay precisiones en torno a cuál de los sistemas de voto electrónico aplicará el Gobierno si prospera la reforma política, el antecedente porteño prende luces de alerta por el uso de tecnología RFID, considerada cara e insegura.
24/06/2016 El PaísSi bien no hay precisiones en torno a cuál de los sistemas de voto electrónico aplicará el Gobierno si prospera la reforma política, el antecedente porteño prende luces de alerta por el uso de tecnología RFID, considerada cara e insegura.
La reforma política anunciada por el gobierno de Mauricio Macri, que incluye una serie de modificaciones del sistema electoral que van desde la eliminación de colectoras hasta el debate presidencial obligatorio, tiene un ítem que despertará fuertes polémicas: El voto electrónico.
Si la idea de Macri es instalar el sistema de Boleta Única Electrónica –que la Ciudad Autónoma y Salta implementaron en 2015-, habrá críticas. El sistema permite seleccionar los candidatos a través de una pantalla táctil e imprimir la boleta, a la vez que registra la información en el chip RFID de la misma. La Boleta Única Electrónica fue provista por la firma MSA, a quien se le atribuyen vínculos con el núcleo duro del macrismo.
Ese punto, el sistema RFID, es en sí mismo el origen de la polémica. Se trata de un sistema de almacenamiento y recuperación de datos remoto que usa dispositivos denominados etiquetas, tarjetas, transpondedores o tags RFID y que transmite los datos mediante ondas de radio, lo cual lo hace vulnerable a todo tipo de interferencias. El senador massista Sebastián Galmarini hizo foco en este punto y alertó sobre “problemas en la seguridad, en cuanto a la inviolabilidad del sistema”.
La seguridad no es el único tema que preocupa a los que examinan el sistema de voto electrónico. Además, aseguran, es caro, ya que “requiere la utilización de un tipo de papel especial, de cartón, la incorporación de chip, además del alquiler o la compra de las máquinas”, según indicó Galmarini.
Si se aplicara, advirtió el legislador, “el costo de la implementación podría elevarse de forma escandalosa”, pasando de 330 millones para 95 mil mesas que demandó la elección de 2015, contra los 245 millones que costó la elección porteña, con apenas 7 mil mesas. “Estaríamos gastando más de 3.500 millones de pesos para una reforma en el sistema de votación”, advirtió el legislador de San Isidro.