Restringirán el uso de drones en las ciudades
18/02/2015 MUNICIPIOS
La Administración Nacional de Aviación Civil tiene listo un borrador que implicará una virtual prohibición al manejo de esas aeronaves en los grandes centros urbanos.
Si 2014 fue el año de los drones, el 2015 puede ser el año en que su uso quede restringido en la Argentina: el Gobierno ya tiene en carpeta un borrador con una estricta reglamentación que limita la utilización de las cada vez más populares aeronaves a control remoto.
Infobae tuvo acceso al texto del llamado «Proyecto de reglamento provisional de los vehículos aéreos no tripulados», un documento elaborado por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) para que funcione como base para la regulación de la actividad que se oficializará en los próximos meses.
Los 31 artículos de la propuesta sugieren una serie de rígidas normas que, en la práctica, actuarían como una prohibición para utilizar la mayoría de los modelos de drone en los grandes centros urbanos. El artículo 17, por ejemplo, establece que «no podrán operar a una distancia lateral menor a los doscientos (200) metros de áreas residenciales, urbanizaciones, viviendas aisladas, rutas y/o autopistas y reuniones públicas o privadas al aire libre y a menos de UN (1) kilómetro de pueblos o ciudades».
La aplicación de esa norma implicaría que las aeronaves no tripuladas no podrán ser utilizadas en ningún lugar habitado, ya sea para filmar edificios, protestas, actos públicos o grandes eventos deportivos. Hechos como la grabación desde las alturas de los festejos por la clasificación a la final del Mundial o el ingreso a la cancha de River de un drone con la bandera de Boca no podrían volver a repetirse.
Sólo se permitiría grabar imágenes desde el aire «cuando previamente se hubiere obtenido autorización de la autoridad aeronáutica» para hacerlo. Es decir que cualquier periodista o ciudadano común necesitaría un permiso del Gobierno para poder registrar ese tipo de videos de manera legal.
La restricción es además complementada por la prohibición de volar de noche o cerca de los aeropuertos y aeródromos, la exigencia de contar con un seguro contra terceros y el requerimiento de que la aeronave tenga adosada una chapa con los datos de su dueño. Incluso quedaría vedada la posibilidad de que se utilicen drones para llevar paquetes como aspira a hacer el sitio de compras online Amazon en los Estados Unidos.
De la propuesta de reglamentación quedan exceptuadas las aeronaves no tripuladas de «uso recreativo o deportivo». Pero la clasificación es tan estricta que se vuelve de difícil cumplimiento: el documento establece que no serán consideradas dentro de esa categoría los drones que sean utilizados para la «fotografía, filmación u observación no consentida de terceros o de sus bienes o pertenencias». La complicada tarea de obtener el consentimiento de aquellas personas que se encuentren en la vía pública terminaría por descartar esa excepción.
En diálogo con Infobae, fuentes de la ANAC reconocieron que el objetivo es restringir el uso de los drones. Las sanciones por incumplimiento serán las mismas que ya rigen para el régimen de faltas aeronáuticas, lo que incluye multas y hasta el retiro del registro para operar.
En principio, la intención es poner el nuevo régimen en sintonía con las normas vigentes para el uso de aviones a control remoto, juguetes que sólo pueden utilizarse en los grandes espacios abiertos. Aclararon, sin embargo, que el proyecto es por ahora un borrador abierto a modificaciones. Este jueves, el organismo dirigido por Alejandro Granados (hijo homónimo del Ministro de Seguridad bonaerense) oficializó la apertura del «procedimiento de Elaboración Participativa de Normas» para oír críticas, comentarios y propuestas para la reglamentación. Durante 30 días corridos recibirán los comentarios en la casilla normaer@anac.gov.ar, según consignaron en la Resolución 41/2015. Vencido ese plazo, avanzarán en la reglamentación final de la norma. Fuentes de la ANAC estimaron que eso tardará unos 90 días más.
La privacidad y los operativos de seguridad se vieron en el último año jaqueados por los drones. La liberación de las patentes y la baja en los costos de producción de los pequeños vehículos aéreos no tripulados los volvió un ítem de consumo masivo que ya plantean problemas no sólo entre vecinos que se espían los unos a los otros: en el último año, las zonas restringidas tanto de la Casa Blanca como del Kremlin fueron violadas por las pequeñas naves voladoras.
En la Argentina, el único incidente que se conoce sucedió en el Aeroparque Jorge Newbery a fines de 2014. Cuando se preparaba para aterrizar, un piloto observó que un extraño objeto flotaba frente a su avión. Advirtió entonces a la torre de control y desvío su rumbo, mientras la Policía de Seguridad Aeroportuaria salía a buscar a los dueños del drone. Los efectivos lograron detener a dos jóvenes, pero no consiguieron dar con el drone porque sus compañeros ya se lo habían llevado en una camioneta. Los detenidos luego confesaron que trabajaban para una empresa de publicidad: estaban filmando una publicidad de la autopista Illia para el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Por decisión de la Justicia, esas imágenes aún no pueden usarse.
Ante la complejidad de reglamentar el uso de unos dispositivos tan extendidos, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) se comprometió a elaborar un marco regulatorio común para todos los países. Pero ese documento estará listo recién en 2018. Hasta entonces, la ANAC planea utilizar sus propias reglas.