En Río Cuarto insistirán para que los trapitos laven autos en la UNRC
18/03/2016 MUNICIPIOS
Pese al rechazo del Consejo Superior, la Fundación Social volverá a presentar el proyecto. Gonzalo Parodi dijo que la negativa de la casa de altos estudios es un mensaje conservador para la sociedad
Tras el rechazo del Consejo Superior de la Universidad a la posibilidad de que los trapitos laven autos en el campus, desde la Fundación Social de la Municipalidad adelantaron que insistirán para que el proyecto sea reconsiderado.
En ese sentido, cabe recordar que la casa de altos estudios determinó, a través de distintas comisiones que analizaron el tema, que la propuesta presentada el año pasado no es conveniente por diversos motivos, por lo que no aceptó la firma de un convenio.
Al respecto, el subsecretario de Promoción Social, Gonzalo Parodi, dijo a PUNTAL que la iniciativa ya ha sido probada en otras partes del país, por lo que están convencidos de que se puede poner en práctica en la ciudad. A la vez, el funcionario municipal lamentó que no hayan sido convocados por el Consejo Superior para conocer su decisión y anticipó que apelarán el rechazo.
“El plan es volver a hablar con la Universidad. Creemos que pudo haber una mala interpretación del proyecto, porque de lo contrario no entendemos por qué no se puede aplicar esta propuesta que tiene por objetivo lograr una sociedad un poco más justa e inclusiva”, indicó.
Parodi recordó que el sistema que se quiere poner en funcionamiento consiste en un servicio de lavado ecológico de automóviles en el campus, que estaría a cargo de cinco jóvenes limpiavidrios mayores de 16 años que, hasta este momento, trabajan en las calles de la ciudad.
Además, señaló que también está pensado que haya un representante de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) y otro del área de Promoción Social para controlar las actividades.
“Creemos que una institución pública como la Universidad tiene que tener un compromiso social. No entiendo por qué se dice que no hay un espacio para hacerlo, si el sitio necesario es el propio campus. Tampoco tiene que ver con una cuestión comercial, porque la Universidad no va a tener que vender absolutamente nada para que los lavaautos puedan trabajar. La verdad es que cuando presentamos el proyecto en la Universidad había un discurso interno muy progresista, por lo que creo que el rechazo a la propuesta fue una decisión adoptada sin conocimiento, porque, si no es así, se trata de una acción con un mensaje conservador para la sociedad. Evidentemente han hecho una lectura errónea del proyecto”, agregó Parodi.
“Todos los que fuimos a la Universidad pública sabemos que la misma se financia por el aporte de las personas que compran productos en cualquier negocio. Por lo tanto, los chicos que lavan vidrios en el semáforo también financian la Universidad”, acotó el responsable de la Fundación Social.
Consultado sobre por qué es tan fundamental el campus, Parodi aseguró que el proyecto necesita un espacio como ese porque allí se da un mercado cautivo debido a la gran cantidad de autos que todos los días circulan por el lugar.
“Esto funciona cuando la gente puede hacer otras cosas mientras le lavan el auto. Por eso es necesario un espacio como el campus”, detalló.
Por último, Parodi precisó que cuentan con el acompañamiento de varios empresarios para que también la parte privada tenga su participación y aporte al proyecto.
La postura de la Universidad
A todo esto, el secretario general de la Universidad, Enrique Bérgamo, aseguró a PUNTAL que todos los despachos de las distintas comisiones a las que el proyecto fue girado fueron negativos.
El principal argumento es que la casa de altos estudios no puede garantizar la seguridad de las personas que eventualmente trabajarían en el campus ni la de los vehículos que se llevarían al lavadero.
“No hay forma de organizarlo porque la Universidad no tiene horarios de ingreso y salida. Se entendió que cualquier cosa que pudiera pasar le iba a ser reclamada a la Universidad”, explicó Bérgamo.
El secretario añadió que la determinación adoptada no tiene que ver con un tema de presupuesto, ya que el costo de la implementación iba a estar a cargo del Municipio.
“También se trajo a colación un antecedente del año 2013, cuando un grupo de alumnos de las residencias universitarias presentó un proyecto de lavadero estudiantil, al que tampoco se le hizo lugar”, finalizó Bérgamo.