Se van acomodando los melones
La próxima semana, después de tres meses, el Consejo Directivo volverá a reunirse. Será el inicio del proceso para elegir al futuro secretario general. Resta definir el rol de los gremios de la industria.
28/03/2018 El PaísLa próxima semana, después de tres meses, el Consejo Directivo volverá a reunirse. Será el inicio del proceso para elegir al futuro secretario general. Resta definir el rol de los gremios de la industria.
La convocatoria de un Consejo Directivo de la CGT para el próximo 5 de abril indica que sectores conocidos como gordos e independientes alcanzaron con los representantes de los gremios del transporte y el MASA, un primer acuerdo para reconfigurar la nueva conducción de la central obrera. Ahora resta conocer cuál será la actitud de los miembros de la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) y, sobre todo, el rol que jugarán los poderosos gremios de la industria como la UOM y el Smata.
La confirmación de la reunión del Consejo da cuenta que el triunviro Héctor Daer, referente de los gordos, consiguió el número suficiente para funcionar con quórum. Pero si bien el número es importante lo que vale es sirvan para aprobar el proceso que derivará en la elección del futuro secretario general. Ese día los que se reúna deberán aprobar la convocatoria a un Comité Central Confederal (CCC) donde la orden del día incorpore la convocatoria al congreso donde se definirá la futura conducción. Para ese día no sólo debe estar cerrado el nombre del nuevo jefe sindical sino la integración del resto de las secretarías y vocalías que tiene el Consejo Directivo.
La confirmación de que Camioneros no participará de este proceso alivió la tarea de los operadores gremiales pero sobre todo a los sindicalistas que hoy ocupan una silla en el actual Consejo fruto de la alianza con Moyano. Estos quería distanciarse no tanto por el veterano líder sino por diferencias que fueron profundizándose con Pablo Moyano. El último de ese grupo que se independizó fue el titular de los empleados judiciales, Julio Piumato. Antes lo habían hecho Jorge Sola (seguros), Abel Frutos (panaderos) y el triunviro Juan Carlos Schmid, entre otros. Ahora todos jugarán para la normalización pero eso tiene un costo o, por lo menos, realizar una jugada que puede ser arriesgada.
El triunvirato que solo existe en los papeles tiene un mandato por cumplir de cuatro años. Según dirigentes sindicales el proceso para elegir un nuevo conductor exige la renuncia de no sólo los tres integrantes de la conducción, Schmid, Daer y Carlos Acuña, sino también la dimisión de integrantes del Consejo para justificar la necesidad de un nuevo congreso.
Todo indica que hay consenso para que el nuevo secretario general sea Daer pero para ello tantos gordos como independientes deberán resignar sus curules en el Consejo. Los nombres de quienes los reemplacen le darán carnadura al perfil de la nueva CGT tanto para ser dialoguista, combativa o una mezcla de ambas. La reunión que realizaron el lunes pasado los referentes de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) y los del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), estuvo en esa línea. La síntesis que realizó del encuentro el titular del sindicato de Patrones Fluviales, Julio González Insfrán, da cuento de la necesidad de contar con una CGT con un grado de mayor firmeza: “Aspiramos a un país industrial y no solo de servicios… porque no es posible continuar primarizando la economía sino otorgarle valor agregado al actual modelo, que está agotado”, aseguró.
Para que la definición de González Insfrán no quede en una simple frase es preciso que la CGT incluya a los gremios de la industria. Tal vez los dos más importantes son la Unión Obrera Metalúrgica y el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata). Hasta el momento ninguno de estos gremios dio pistas sobre cuáles son sus aspiraciones. Los metalúrgicos se habían retirado con críticas al triunvirato por la falta de firmeza ante la reforma laboral pero sobre todo con la previsional. Ahora prometen retornar si la CGT opta por un perfil más combativo.
Entre los miembros de la Corriente también hay discusión interna. La mayoría de sus integrantes impusieron su decisión de no abandonar la CGT y es posible que algunos de sus integrantes, como el piloto Pablo Biró, llegue a ocupar una futura secretaría en el nuevo Consejo Directivo. Pero esto dependerá de otras negociaciones y acuerdos con otros dirigentes que lo quieren a Biró jugando en el nuevo esquema de conducción.