En el sur cordobés, el agua sepulta miles de hectáreas y siguen cerrando tambos
A los inconvenientes por las lluvias, se suman la falta de obras hídricas y las canalizaciones clandestinas. Por el cierre de 7 tambos se perderán $ 3,5 millones mensuales. Advierten que no se podrá sacar la cosecha
10/04/2017 MUNICIPIOSA los inconvenientes por las lluvias, se suman la falta de obras hídricas y las canalizaciones clandestinas. Por el cierre de 7 tambos se perderán $ 3,5 millones mensuales. Advierten que no se podrá sacar la cosecha
Con registros de lluvias que superan los 400 milímetros en menos de una semana y un acumulado de más de 700 mm en lo que va del corriente año, el sur cordobés vuelve a tener miles de hectáreas sembradas sepultadas bajo agua y una decena de tambos terminaron por cerrar y liquidar las vacas ante la imposibilidad de mantener los animales o de sacar la producción.
Este crítico panorama es multicausal: por un lado, un clima que se ha empecinado con la región sur, con lluvias que superan todo pronóstico, las obras hídricas nunca concretadas, el conflicto interprovincial para dar una salida ordenada al agua; y por otro lado, las canalizaciones clandestinas realizadas por los propios vecinos que sufren la inundación y que terminan aplicando la ley del “sálvese quien pueda” y derivan la masa hídrica que corre sin control.
Sólo en la zona rural que rodea Serrano hay alrededor de 15.000 hectáreas bajo agua, cuyos cultivos difícilmente puedan ser recuperados. Pero el impacto más fuerte se siente en la producción láctea con el cierre de siete tambos que, en promedio, eran la fuente laboral de 4 a 6 familias por cada explotación, las que hoy se quedan sin su ingreso mensual.
En cifras más precisas, un tambo de 30 mil litros generaba alrededor de medio millón de pesos mensuales que se inyectaba a la economía de los pueblos, que ahora ya no lo tendrán. Multiplicado ese número por los siete tambos cerrados, la pérdida económica mensual es de alrededor 3,5 millones de pesos aproximadamente. “Y esto es sólo el principio. Los problemas serán más graves aún si no se puede sacar la cosecha. Acá esto no da para más”, señaló un productor que el pasado viernes reclamó a funcionarios provinciales en Serrano hagan las obras prometidas y cierren los numerosos canales clandestinos.
Sector más complicado
Del Campillo, Serrano, Pincen e Italó son los sectores más comprometidos por la inundación. Gran cantidad de agua baja desde la zona rural siguiendo la pendiente del terreno. Según señalan los productores, dichos excesos deben salir hacia la provincia de Buenos Aires, pero la falta de un trabajo conjunto interprovincial genera resistencia por parte de los habitantes de poblaciones limítrofes, que apuntan a Córdoba como la responsable de sus inundaciones.
Hace desde las inundaciones de los 90 que los gobiernos hablan de acuerdos interprovinciales para ejecutar obras conjuntas y dar una respuesta definitiva al problema, pero hasta el momento todo ha quedado en buenas intenciones. De las reuniones entre funcionarios de distintas provincias sólo surge la “necesidad” de obras, pero sigue faltando la decisión política para ejecutarlas.
En territorio cordobés, el gobierno asiste al sur con maquinarias y material para paliar en parte la crisis.
Tanto en Pincen como en Del Campillo, la problemática se extiende a la zona urbana donde los vecinos conviven con el agua de la napa y las calles anegadas aún cuando no llueve. En la primera población, además, está en serio riesgo la comunicación con la ruta 26, puesto que, a pesar de haberse taponado las alcantarillas, el agua sigue ganando la calzada del trazado provincial. En el lugar hay permanente vigilia de autoridades comunales para evitar que los productores liberen las alcantarillas, en una puja que los enfrenta desde hace más de una semana por el manejo de los excesos hídricos.
Aldo Martín, vecino de la zona rural de Ranqueles y miembro del Consorcio Caminero, manifestó que los caminos están intransitables. “Nosotros estamos llegando en camioneta, pero estamos haciendo un tramo de 300 metros sobre la vía para poder llegar a la ruta 26, el acceso al pueblo es imposible”. Al tiempo que agregó: “Esto es difícil asumirlo. Como productor también estoy afectado, tengo entre 40 y 50 centímetros de agua en la soja y eso no lo podés sacar”
700 milímetros en 3 meses
Marcela Género es agente del Inta Zonal del Roca. Respecto de la situación en el sur cordobés dijo: “Es crítica. Viendo los registros, ya tenemos los milímetros que llueve en un año en estos primeros meses. El caso más significativo es en la zona de Italó con 700 milímetros. Venimos ya de una situación complicada en el 2016 y en nuestros suelos se junta la napa alta con las precipitaciones y no hay posibilidad de escurrimiento alguno. Lamentablemente no es un panorama que se modifique en el corto plazo y no hay muchas posibilidades de mejora”, sentenció.
Y agregó: “Es penoso para nuestra zona porque es una cosecha histórica. Los cultivos están muy buenos, pero ante la falta de piso en lotes y en los caminos será imposible trabajar. Queda una zona que está mejor, que es de Huinca, la ruta 35 hacia el oeste, pero en general está muy complicado”.
Así las cosas, mientras por un lado el clima no da tregua, los productores insisten en que para terminar definitivamente con las inundaciones deben afrontarse trabajos integrales sobre cuencas que comprendan acuerdos interprovinciales que, a la vista de la actual situación, están lejos de lograrse.