Villa de las Rosas: Es cura en un pueblo e intendente en otro
“Será un desafío ser párroco de Villa de las Rosas sin dejar de ser jefe comunal en Chancaní, pero haremos lo posible para cumplir con las dos misiones”, contesta Enrique Maldonado.
17/05/2017 MUNICIPIOS“Será un desafío ser párroco de Villa de las Rosas sin dejar de ser jefe comunal en Chancaní, pero haremos lo posible para cumplir con las dos misiones”, contesta Enrique Maldonado. En días, este sacerdote católico se hará cargo de la parroquia que en esta localidad del valle de Traslasierra dejó sorpresivamente “el padre Mirko”, el cura de origen polaco que se marchó hace dos semanas, luego de un confuso episodio, y del que no se tienen ni noticias de su paradero.
Maldonado confirmó a este diario que volvía al sacerdocio luego de haberse alejado hace casi dos años para dedicarse a la política, y que lo hacía en el pueblo del reciente insólito y no aclarado episodio con el cura que un día se fue, sin avisar.
La misa de regreso será este 19 de mayo y es tomada como un acontecimiento por muchos seguidores de Maldonado, quien se ha convertido en un líder social en Traslasierra. Según expuso, seguirá viviendo y administrando la comuna de Chancaní pero los fines de semana dará misa y sacramentos en Villa de las Rosas. Casi 90 kilómetros separan a ambos pueblos.
El cura pródigo
Maldonado fue candidato a legislador por el departamento Pocho, por el Frente para la Victoria, en 2015. No ganó, pero vecinos de Chancaní (pequeño pueblo al que se llega desde Villa Dolores por un camino de ripio de 70 kilómetros) le pidieron que fuese jefe comunal, en la elección de ese mismo año.
Se presentó y ganó la comuna En diciembre de 2015 asumió ese cargo, en un pueblo pequeño dominado por el atraso y la pobreza desde siempre.
“En la comuna trabajamos en equipo, puedo faltar un par de días sin que se alteren las cosas”, afirmó Maldonado.
Al asumir el cargo, dejó la práctica sacerdotal pero no de ser sacerdote. “Cuando decidí ir por la comuna, pedí que se me desvinculara del estado clerical, pero ese alejamiento no se formalizó en este tiempo, y ahora el obispo Santiago Olivera me pidió que me hiciera cargo de la parroquia de Villa de las Rosas, al menos los fines de semana”, contó. Luego, aclaró: “Preferiría no dar misa en Chancaní, para no mezclar las cosas”.
Antes, durante décadas, en distintos pueblos de Traslasierra, Maldonado ejerció un activo rol social. Se recuerda, por ejemplo, la construcción de cientos de viviendas mediante los planes sociales de Cáritas que promovió para muchas familias de bajos recursos de la región.
El cura que no vuelve
El “padre Mirko” le llaman en Traslasierra a Miroslaw Zadzilko, sacerdote nacido en Polonia que dejó repentinamente la parroquia de Villa de las Rosas en abril pasado. De un día para el otro, se fue. Y nadie en el pueblo supo nada más de él.
Sí se conoció que horas antes, una mujer lo había denunciado ante una fiscalía de Villa Dolores por un supuesto hecho violento. La mujer había discutido con el religioso, y le habría quitado un celular que entregó a la Policía como una supuesta prueba de irregularidades en su función sacerdotal. Pero el fiscal Sergio Cuello afirmó que no había delitos posibles como para decidir imputaciones o detenciones.
El cura sólo afirmó antes que se volvería a Polonia porque tenía a una hermana en grave estado de salud. La denunciante también se ausentó de la zona.
El confuso episodio fue tema de conversación durante días en la región.
Zadzilko había llegado en marzo de 2016 a Villa de las Rosas, para dar un fuerte impulso a la parroquia y a las capillas de la zona. Contaba con un alto consenso en la comunidad. Antes se había desempeñado en Misiones. Ahora, ni sus allegados saben confirmar si efectivamente está en Polonia.
El padre que se fue
Villa de las Rosas es uno de los más encantadores pueblos del valle de Traslasierra. En las últimas semanas, en sus esquinas no hubo otro tema de conversación más recurrente que el del cura Mirko Zadzilko, quien sorpresivamente dejó la parroquia y se fue, sin que nadie pudiera precisar aún su destino. Horas antes, se generó un confuso episodio que incluyó la denuncia de una mujer. El pueblo quedó sin sacerdote y la Iglesia convocó al intendente Maldonado.