Villa El Libertador, un gran barrio de Córdoba postergado y olvidado
La falta de red cloacal es un problema de larga data en Villa El Libertador. Su pronta ejecución aliviaría el estado de las napas que se desbordan.
08/02/2018 MUNICIPIOSLa falta de red cloacal es un problema de larga data en Villa El Libertador. Su pronta ejecución aliviaría el estado de las napas que se desbordan.
El radicalismo transita su séptimo año de gestión municipal en la ciudad de Córdoba y no fue capaz de solucionar ningún problema de fondo. El servicio de recolección de basura, el transporte público, el estado de las calles o de los centros de salud son sólo algunos ejemplos de la situación de abandono a la que nos ha llevado el intendente Ramón Mestre.
La falta de red cloacal es un problema de larga data en Villa El Libertador y no cabe duda de que su pronta ejecución aliviaría el estado de las napas que se desbordan de forma permanente, creando ríos y lagos de agua servida.
Lejos de traer una solución a los problemas que viven los vecinos, sus anuncios grandilocuentes, reclamos seudo federales y aspiraciones electorales para 2019 son insultos para quienes viven cada día entre napas saturadas, calles anegadas y una situación sanitaria que pone en riesgo a cientos de niños, adultos mayores y mujeres que allí residen.
El anuncio de la extensión del decreto de emergencia para Villa El Libertador es otra muestra de que el municipio no estuvo a la altura de las circunstancias. Sin acompañar al vecino y buscando fotos con funcionarios nacionales que recorren obras que él no gestiona, no ejecuta y mucho menos financia, es una sobreactuación más.
Todos los días las familias de este barrio sufren desagradables episodios por la falta de infraestructura en esta parte de la ciudad de Córdoba.
En cualquier medio de comunicación vemos cómo se suceden las noticias de viviendas que se derrumban; autos que no pueden transitar en las calles convertidas en lagunas de agua servida; y pozos negros que se tragan patios, mascotas y hasta a sus propios dueños.
Esta realidad precipitó que un colectivo de vecinos presente una serie de amparos para que la situación se solucione de inmediato, y son quienes ven con preocupación cómo el intendente manda a funcionarios de cuarta línea para hacer acto de presencia y nada más.
“Inoperancia” es la marca de esta gestión municipal. Decretar una emergencia es poner a todas las áreas operativas, de defensa civil, viales, tránsito y alumbrado, etcétera, a trabajar todos los días en la zona; es dotar a centros de salud y hospitales de la zona con más personal. Es más que poner la cara: es gestionar con eficiencia y con la rapidez que la situación demanda.
Tanto el Gobierno provincial como el nacional trabajan para resolver estructuralmente las reparaciones de la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Bajo Grande y hasta una planta nueva, mientras que la participación lenta y perezosa del gobierno mestrista es aprovechar, luego de cinco años, una concertación público privada que favorece a la Corporación América, para que supuestamente invierta una magra limosna de las altísimas rentabilidades que le redituará al grupo construir una ciudad en altura en una preciosa zona de la capital.
En fin, el lema de Mestre parece ser que unos ganan y otros pierden. Mientras, la Provincia tomó a su cargo la ejecución del nexo de un colector cloacal, que amplía la obra y la extiende desde la avenida Cruz Roja unos siete kilómetros, donde el principal barrio que podría conectarse es Villa El Libertador, y también barrios Comercial e Inaudi.
La inversión que estima la Provincia es de 153 millones de pesos y no incluye las redes domiciliarias que la Municipalidad se comprometió a financiar a través de convenios con el Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento Ambiental (Enhosa), pero aún los vecinos no ven su ejecución.
Por el momento, nada de lo que el intendente prometió se cumple porque no quiere, no puede y anda preocupado en 2019.